domingo, 24 de agosto de 2014

REFLEXIÓN





A pesar de haber sido advertidos en múltiples ocasiones, todavía no utilizamos los cambios energéticos que se producen y varían de frecuencia según los ciclos, especialmente los ciclos o cambios en las fases de la luna.

 

En general nos es bastante difícil el mantener nuestra atención en la realidad y solo tomamos conciencia de lo aparente. Basando nuestra vida diaria en viejos conceptos y tradiciones, lo más que hacemos es sustraer unos pocos minutos al día en lo que acostumbramos a llamar meditación. Esto ha sido lo que algunos hemos hecho hasta la fecha y sin duda ha sido una actitud positiva aunque en estos momentos se califica como de muy lenta.

 

Meditar no es robar unos minutos al día, meditar es estar todo el día con la atención fija en la realidad y no en el pasado. Si lo que deseamos es avanzar con rapidez para así ser cocreadores del nuevo mundo, es decir si tenemos verdaderamente claro que deseamos no repetir curso y saltar a otros planos de vibración, tendremos que tener muy claro que no existe ya para nosotros la diferencia entre día y noche, vida externa y vida interna sino que solo existe el fluir, fluir y fluir constantemente al unísono del universo.

 

Hemos de tener muy claro el concepto de que no podemos ascender a otro plano de la realidad si tenemos aunque solo sea una sola asignatura pendiente que haya de ser resuelta en el mismo plano en donde se generó. Toda situación creada por una energía densa debe de ser eliminada en ese mismo campo vibratorio ya que es imposible deshacernos de ella en un plano más elevado.

 

Afortunadamente contamos con inmensa ayuda –si la solicitamos-, y a esa ayuda angélica debemos añadir la imparable fuerza del universo que al igual que “la nada” de la película “Una historia Interminable” se va comiendo a gran velocidad toda la oscuridad del pasado del planeta. Nunca debemos olvidar que el Plan del Creador es imparable  y que todo aparato humano que haya estado alimentado por una energía –corriente- de 125 voltios dejará de funcionar en cuanto la nueva corriente de 220 se integre a la totalidad del planeta. Se supone que nosotros somos quienes hemos de ayudar a equilibrar nuestro entorno como co-creadores, así que apliquémonos al cuento.

 

 De momento, nuestros humanos cuerpos se encuentran en esta tercera dimensión o mundo de la dualidad y al igual que el flujo y reflujo del mar cambia de la acción al reposo constantemente con las fases lunares, equinoccios, solsticios, proyecciones de la corona solar, etc, todos los humanos nos encontramos cabalgando sobre un tsunami que no es nada fácil de manejar. 

 

Con todos estos altibajos de energía, estamos sintiendo muchos de nosotros: cansancio físico, sueños extraños, bruma mental, incrementada sensibilidad (especialmente a las toxinas y a ciertos alimentos, disparos alérgicos, etc). Los asuntos de dolor corporal también pueden presentarse en dependencia de situaciones propias. De la parte emocional, ni os cuento… y del entorno planetario, menos aún, ya que da la impresión de que las siete plagas de Egipto se precipitan a la vez sobre la humanidad.

 

Ante tanta presión nuestra mente enloquece y se pasa el tiempo lanzando gritos de temor. Eso es lo que se siente, miedo y desconcierto, y es ahí en donde entramos nosotros. Debemos mantener una actitud de calma y de confianza y comenzar a crear en nuestro interior y en nuestro entorno inmediato una atmósfera de paz.

 

El lunes día 25 de Agosto vuelve a cambiar el flujo de energía y esta nos desplaza y empuja hacia una mayor claridad y organización por lo que dispondremos de una energía renovada que deberá ser utilizada en revisar las tareas que dejamos pendientes por diversas razones. Este es un gran momento para honrar la claridad y el compromiso respecto a terminaciones y comienzos.

 

Debemos pues identificar lo que está terminado y lo que necesitamos terminar y poner al día nuestra intención de terminarlo. Quizá lo que debamos terminar es el hábito del auto juicio o sacar de nuestra vida una relación que ya no nos sirve. Pensad ¿contra qué habéis estado luchando últimamente y qué es lo que debéis cambiar? Identificad lo que está comenzando en vuestra vida o lo que queréis o tenéis intención de comenzar.

 

A veces estamos tan concentrados en lo que termina que no podemos apreciar a lo que ha estado llamando a nuestra puerta. Abrid vuestra puerta a LO NUEVO, y utilizad este tiempo de  luna Nueva como manera de establecer un marcador energético para vuestras terminaciones y nuevos comienzos.

 

J,A. Marcos Fonfria.

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