miércoles, 30 de septiembre de 2020

DOLOR MUSCULAR



Como puedes calmar el dolor muscular. Agujetas, torceduras o dolores crónicos pueden aliviarse de forma natural. Prueba los remedios que te resulten más efectivos.

Hay muchos tipos de dolor muscular: el que dan las agujetas tras un exceso de ejercicio, el provocado por una torcedura o un golpe, o también el crónico en enfermedades como la fibromialgía. En todos estos casos la persona experimenta dolor muscular, aunque por cusas distintas.

El magnesio es importante. Un mineral que ayuda a mantener la función muscular y nerviosa normal es el magnesio. Su deficiencia ocasiona dolor muscular, aunque no todo dolor muscular se debe a una deficiencia de magnesio. Que no te falte. El magnesio está presente en muchos alimentos. Son especialmente ricos en él las semillas de calabaza, el cacao, las judías secas, la melaza, las semillas de lino, sésamo y girasol, las almendras, los frutos secos, las espinacas, las acelgas, el plátano y las legumbres.

Lo que puedes hacer.

Papaya y piña. Las proteasas son enzimas que desdoblan las proteínas. Ante el dolor muscular pueden ejercer un efecto antiinflamatorio. Las más conocidas son la papaína y  la bromelaína, presentes en la papaya y en las partes centrales de la piña tropical, respectivamente. Consume en abundancia estas frutas.

Masaje terapéutico. Recibir un masaje profesional alivia el dolor muscular. El masajista puede usar aceites vegetales para que las manos se deslicen mejor y también aceites esenciales de acción antiinflamatoria, como los de lavanda, manzanilla, romero, alcanfor o hipérico.

Rutina de ejercicio. No es aconsejable el reposo absoluto, puesto que anquilosa los músculos, pero también puede resultar perjudicial un ejercicio intenso. Lo mejor es mantener una rutina regular de ejercicio moderado. Muchas molestias musculares, en especial las que aparecen después del ejercicio, se deben más a la falta de movimiento habitual que a lo contrario.

El ejercicio, por otra parte, hace que produzcamos endorfinas, que reducen notablemente el dolor. Hay que tener en cuenta, finalmente, que el insomnio y los problemas de sueño dificultan la reparación muscular durante la noche.

Estírate. Un tipo de ejercicio, el stretching, puede ser muy útil para tratar el dolor muscular. Lo practican los deportistas antes de competir para evitar contracturas y dolor. Eso sí, si notas un calambre no fuerces el músculo: detente y date un masaje estirando la parte afectada y "exprimiendo" suavemente el músculo con la ayuda de una mano, sobre todo allá donde notes un nudo o una zona contracturada. Una vez el calambre haya cedido, reinicia el movimiento con un paseo suave.

Acupuntura. Esta terapia es uno de los grandes remedios de la medicina complementaria para tratar el dolor. No funciona en casos muy rebeldes, pero se puede probar.  

Dr. Josep Lluis Berdonces.


4 PLANTAS QUE MIMAN LOS MÚSCULOS.

Manzanilla.

Relajante, se puede tomar en tisana o aplicada como aceite esencial en la zona dolorida. (Se diluye al 3% en aceite de almendras dulces).

Cayena. La capsaicina relaja los músculos  e interfiere en la conducción de los impulsos del dolor. Úsala por vía interna o en crema, sin pasarte: ¡irrita la piel!

Romero. Macera el romero en alcohol dos o tres semanas (o añade un 3% de su aceite esencial al alcohol y otro tanto de alcanfor), Date masajes con él.

Sauce. Su corteza es rica en salicilatos, antiinflamatorios similares a la aspirina, aunque de menor efecto. Prepárate una tisana hirviendo la corteza unos 15 minutos.

martes, 22 de septiembre de 2020

Personas que oyen, pero que no escuchan.



Hay quien oye, pero no escucha. Hablamos de personas que solo tienen en cuenta sus puntos de vista, no mostrando voluntad ni interés por atender otros. En este artículo profundizamos sobre sus motivaciones –o carencias de ellas- y las consecuencias de su actitud.

Hay personas que oyen, físicamente están presentes ante nosotros y que, sin embargo, no escuchan. Porque oír no es lo mismo que escuchar, se necesita de esa valiosa capacidad para ser receptivo no solo al mensaje emitido por parte del interlocutor. Además, se precisa se esa habilidad para leer gestos, descifrar emociones contenidas y toda esa información que viaja por senderos lejanos a las palabras.

Admitámoslo, en ocasiones, ante la falta de novedad o los conflictos sin resolver, es complicado mantener una conversación efectiva y satisfactoria con todas las personas que forman parte de nuestra cotidianidad.

Sabemos que abundad las personas muro, esas de actitud infranqueable que no se dan, ni atienden ni quieren atender. Sin embargo, hay otras que parecen accesibles, incluso cercanas, pero que al poco percibimos que su interés no es sincero y que derivan a menudo en mera falsa condescendencia.

No saber escuchar, no practicar una escucha activa genera no solo una elevada insatisfacción. A nivel relacional las consecuencias pueden ser tan dañinas como problemáticas. Por otro lado, recordemos que en los escenarios laborales, la buena comunicación es clave para alcanzar objetivos y para crear ese clima donde el capital humano se sienta satisfecho, facilitando así las condiciones para dar lo mejor de uno.

Descrito esto; ¿por qué nos cuesta tanto escucharnos entre nosotros como merecemos?

Personas que oyen y no saben escuchar ¿por qué ocurre?

Nada erosiona tanto nuestras emociones como no sentirnos escuchados cuando lo necesitamos o cuando simplemente nos estamos comunicando con alguien. Las personas que no oyen no tienen siempre el rostro de un adolescente o de ese jefe al que no le importa lo más mínimo lo que tengamos que decirle. En realidad, este fenómeno se da con frecuencia entre muchas de esas figuras cercanas.

Decía Jean-Paul Sartre que la incomunicabilidad, así como la no escucha, es la fuente de toda violencia. En cierto modo, ese es en realidad el inicio de muchos de nuestros problemas. Al fin y al cabo, quienes no se escuchan están casi condenados a caer o bien en la indiferencia o en ese desacuerdo que acaba generando distancias a menudo insalvables. Veamos, por tanto, qué hay detrás de esas personas que oyen, pero que no saben escuchar.

Sesgo de confirmación y disonancia cognitiva.

Hay personas que solo escuchan lo que ellas quieren. Eso significa, por ejemplo, que solo abrirán sus oídos cuando digamos algo que confirman lo que ellos ya saben, creen o dan por cierto. Todo aquello que no se ajuste a sus gustos o creencias no será atendido ni tenido en cuenta.

Por otra parte, la disonancia cognitiva es también un fenómeno muy común en nuestros fallos de comunicación. Ocurre con gran frecuencia en nuestras relaciones de pareja: cuando estamos enfadados con esa persona, no importa que tenga razón en aquello que nos esté diciendo. La mente rechaza los datos disonantes e intenta ser fiel a lo que siente “si estoy enfadado contigo, no tendrás razón en nada de lo que digas”

El perfil narcisista, personas que no oyen porque solo se escuchan a sí mismos.

La personalidad narcisista está detrás de muchas de nuestras frustraciones a la hora de comunicarnos. Son perfiles que nunca atienden perspectivas ajenas. La única verdad es la que ellos tienen, y por si esto no fuera poco, toda conversación carecerá de interés  si no son ellos el centro de todo argumento anécdota o referencia.

La ira contenida que cierra los oídos.

Este es otro factor que deberíamos tener en cuenta. Una de las razones por las que las personas fallamos en  nuestros procesos comunicativos, se debe a la ira escondida.

A veces, ni siquiera hace falta que estemos enfadados con la persona que tenemos enfrente. Un mal día en el trabajo, por ejemplo, puede hacer que dejemos de practicar la escucha activa con los nuestros. Esta es una realidad que debemos tener muy presente.

No escuchan porque son ellos quienes desean llevar las riendas de la conversación.

La mayoría nos hemos encontrado en más de una ocasión con esos perfiles caracterizados por la verborrea excesiva. Es algo común y sobre todo, frustrante. Son esas personas que oyen, que están ante nosotros pero que no escuchan porque están pensando en lo que van a decirnos a continuación. Su único afán es llevar las riendas del diálogo y acaparar cada palabra. Lo que nosotros podamos decir en realidad, carece de interés.

¿Qué podemos hacer ante quienes no nos escuchan?

Tanto si queremos como si no, personas que oyen y no escuchan siempre las habrá. No las encontraremos en casi cualquier escenario. Ahora bien, lo complicado es tener junto a nosotros a alguien que es incapaz de ser cercano, empático y sensible. Pensemos que la buena comunicación es el principal nutriente de la convivencia. Sin ella, nada fluye, nada es auténtico, nada nos sirve.

Por tanto, a quienes no hacen el mínimo esfuerzo por escucharnos de manera auténtica y activa, hay que hacérselo saber. Les dejamos claro por activa y por pasiva que merecemos y debemos ser atendidos, comprendidos. Si no hay cambios, lo mejor es dejarlos ir por bienestar y salud. La sordera emocional en materia de comunicación  deja serias secuelas. Protejámonos de ella.

Trabajaremos por tanto cada día en mantener una comunicación adecuada y satisfactoria en cada uno de nuestros escenarios sociales. Seamos el mejor ejemplo, promovamos el diálogo empático y pongamos límites a quienes no tengan voluntad de practicarlo.

Valeria Sabater


martes, 15 de septiembre de 2020

NEURONAS EN MARCHA


LAS NUECES APORTAN EL OMEGA-3

Será una casualidad que la nuez se parezca al cerebro y que sea uno de los alimentos que más lo beneficien. Es uno de los pocos vegetales con abundancia de omega-3, una familia de ácidos esenciales para la formación de las membranas neuronales.

De 5 a 7 nueces. Con esta cantidad se consigue con toda seguridad la dosis diaria de omega-3 (1,5g de ácido alfalinolénico). Polifenoles. Las nueces también aportan vitamina E y polifenoles antioxidantes que protegen el tejido cerebral frente a la acción de los radicales libres.

CORAZÓN Y CEREBRO SANOS.

El aguacate. Los ácidos grasos monoinsarurados, estos son los nutrientes más abundantes en el aguacate, poseen un efecto beneficioso sobre los astrocitos, células que se entrelazan con las neuronas, esenciales para su protección y funcionamiento. Además disminuyen la tensión arterial, lo que reduce el riesgo de declive intelectual prematuro. El aguacate cumple la regla según la cual “lo que es bueno para el corazón, también lo es para el cerebro”, pues reduce los niveles de colesterol, azúcar y triglicéridos en sangre.

MEMORIZA CON LECITINA DE SOJA.

La acetilcolina es una sustancia esencial para la comunicación entre neuronas. Su concentración en el cerebro aumenta con el consumo de lecitina, lo que puede favorecer los procesos de memorización, según estudios realizados con animales.

El fósforo, que se halla en abundancia en la lecitina de soja, es esencial para el funcionamiento de todas las células del cuerpo, también de las neuronas.

El colesterol y los triglicéridos disminuyen al consumir lecitina de soja, que fluidifica la sangre. Por eso se toma lecitina de soja como suplemento para cuidar el sistema cardiovascular. En la cocina puedes usarla para elaborar espuma o “aire” que darán un toque vanguardista a tus platos. Basta con batir 200 ml de líquido filtrado y  1 g de lecitina en polvo. También puedes espolvorearla sobre la comida.

MENTE JOVEN CON LAS MORAS.

Las antocianinas, los pigmentos que dan su color a las moras y otras hayas oscuras, se encuentran entre los compuestos con mayores propiedades antiinflamatorias y antioxidantes que pueden aportar los alimentos. Las neuronas son especialmente vulnerables a los radicales libres, que son una de las causas de las enfermedades neurodegenerativas asociadas al envejecimiento.

Aumentar la dosis de antocianinas, que tienden a acumularse en el cerebro donde protege las células, puede ser eficaz para prevenirlas. La memoria es una de las habilidades intelectuales que salen beneficiadas según estudios de la Universidad  Tufts en Boston (Estados Unidos)

4 MINERALES EN LAS SEMILLAS DE CALABAZA

Las semillas de calabaza aportan cantidades elevadas de cuatro minerales que resultan esenciales para el funcionamiento del cerebro. El zinc resulta esencial para la transmisión de señales entre neuronas. Las semillas aportan 4 mg por cada 50 g. El magnesio participa en los procesos de memorización y aprendizaje. Los niveles bajos de magnesio se relacionan con migrañas, depresión y otras enfermedades neurológicas. El aporte es de 250 mg/50 g.

El cobre también participa en la transmisión de la señal nerviosa. Los niveles bajos se han asociado a Alzheimer y otros trastornos. Las semillas aportan 0,7 mg/50 g. La deficiencia de hierro puede causar síntomas como confusión y fallos en la memoria. Unos 50 g de semillas de calabaza aportan 7 mg. Casi el 40% de la dosis diaria recomendada.

 

sábado, 5 de septiembre de 2020

NO TEMO A QUIEN ME ATACA........



NO TEMO A QUIEN ME ATACA, SINO AL FALSO AMIGO QUE ME ABRAZA

En la vida no nos faltan ocasiones para sorprendernos de las actitudes de personas que nos rodean y que creíamos fieles y leales al sentimiento de la amistad. De hecho, no solemos reconocer al falso amigo hasta que el daño está hecho…

Lo cierto es que los ataques por la espalda nos generan gran cantidad de sufrimiento. Un sufrimiento que resulta a veces insoportable por lo que supone la ruptura de la confianza y de la relación con alguien por quien en su momento hubiésemos puesto la mano en el fuego.

Si bien de la hipocresía y de la traición de aquellos que consideramos amigos es muy difícil protegerse, sí que tenemos que tener en cuenta siempre que aunque no todo es oro lo que reluce aún podemos confiar en el mundo.

La amistad un bien muy preciado

Como todos sabemos, la verdadera amistad es un bien escaso que se nutre de buenos sentimientos, esperanzas y expectativas. Así es que quien tiene un amigo no tiene un tesoro, tiene una fortuna.

De todas formas por muy terrible que nos parezca, las amistades también caducan (o mejor dicho, lo hacen las relaciones). Caducan cuando dejamos de cuidamos y olvidamos los valores que las sostienen.

Lo malo es cuando la traición y la mentira entran a jugar disfrazadas de buenas intenciones en mitad del partido. Entonces el campo se inunda de hipocresía y de falsedad.

En estos momentos podemos sentir cómo algo se quiebra en nuestro interior y nos da un vuelco nuestro mundo. Nuestros castillos se desmoronan y nos encontramos con un mundo totalmente destruido.

Reconstruir entonces la fe en la humanidad y en los sentimientos no enmascarados puede costar un poco. De hecho, puede resultar difícil incluso dejar ir esa parte de nosotros que hasta ahora nos acompañaba.

En este sentido aquellas amistades que traicionan no hacen honor al término amigo, simplemente fueron relaciones que pudieron ser algo bonito pero que se torcieron por el camino o quizás desde el principio.

5 tipos de malos amigos

Hay 5 perfiles de falso amigo que debemos reconocer para prevenir su influencia en nuestra vida.

1. Aquel que siempre pretende ser el mejor

Tener ambiciones e inquietudes no es malo, pero hay gente que siempre quiere ser superior. Se caracterizan por no alegrarse y no felicitarnos nunca por nuestros logros. Siempre ellos estarán mejor o peor que nosotros y no escucharán, solo querrán ser escuchados.

2. Aquel que siempre tiene problemas

Les define su incapacidad para sentirse afortunados y su búsqueda incesante de compasión y apoyo. Se quejan por todo y la vida en sí es un drama para ellos. No importa si tú estás pasando por un mal momento, acabarás consolándonos ante su reclamo desesperado de palabras reconfortantes.

3. Aquel que siempre te hace sentir mal

Son personas que te hacen sentir culpable y egoísta cada vez que mueves un dedo o abres la boca. Todo lo que haces estará mal y nunca te harán sentir que estás actuando correctamente salvo cuando busquen algo de ti.

4. Aquel que solo quiere cotillear

Cotillear, hablar mal de los demás y juzgar cualquier cosa son sus mejores aficiones. Cuando estás con ellos intuyes que solo buscan indagar y enterarse de los últimos movimientos en tu vida. Que no hay un interés sincero es algo que se palpa en el tono y en la insistencia.

5. Aquel que solo busca aprovecharse

Hay personas que tratan de sacar beneficio de todo, hasta de las miserias. Generalmente la balanza se inclina a su favor y solo se acerca cuando tiene garantías de sacar algo de la situación.

Aunque me decepcione una y otra vez aún creo que hay gente buena.

Pues sí, hay gente buena. Ni una ni cien traiciones pueden hacernos creer que el mundo está lleno de oscuridad. Además está claro que no somos infalibles y que a veces cometemos errores sin intención de “apuñalar por la espalda” a nuestros amigos.

De hecho, no todo el mundo es malo o bueno en su totalidad, solo que cuando nos traicionan el actor de esos actos nos parece un terrible demonio. Aun así debemos usar estas experiencias para aprender qué es lo que deseamos y de qué nos queremos rodear.

Es probable que por muchas corazas que nos pongamos sigamos encontrándonos con malas intenciones por el camino. Por eso, dado que las dudas, el recelo y la falsedad solo nos hacen daño y nos envenenan, debemos esforzarnos por cultivar la franqueza, la honestidad y la lealtad. Sin corazas y sin máscaras, solo de manera sincera.

 Raquel Aldana