lunes, 21 de julio de 2014

PERSONAS CACTUS.




Albert Espinosa, en su libro El mundo amarillo, dice: que "los amarillos... son el nuevo escalafón de la amistad, esas personas que no son ni amantes ni amigos, esa gente que se cruza en tu vida y que con una sola conversación puede llegar a cambiártela."

Esto es hermoso. Y, afortunadamente, me he encontrado con varios de ellos a lo largo de mi vida.

Pero por suerte o por desgracia, también he descubierto otra clase de personas, en el polo totalmente opuesto.

Las denomino "Personas Cactus".

Los cactus (a la planta me refiero) ,a lo largo de su existencia en este planeta, han modificado sus hojas convirtiéndolas en espinas. Con sus raíces absorben toda el agua que pueden y han minimizado el tamaño de sus hojas hasta convertirlas en espinas para evitar la evaporación y quedarse con el máximo de agua posible en su interior. De la misma forma, las personas a las que denomino "personas cactus" cuando aparecen en tu vida, se nutren de tus emociones, de tus sentimientos y los guardan dentro de sí, compartiendo la mínima expresión de los mismos.

De forma que cuando tú te acercas demasiado para compartir esos sentimientos... ¡zas!, lo único que recibes son pinchazos y alguna espina a cuestas. 

Líbreme Dios de juzgarlos, pero sí que me atrevo a recomendarles, que: o se desprenden de sus espinas y comparten sus emociones, o tendrán que afrontar el árido desierto de su soledad.

Articulo escrito por Eva Mª Huesca.

 

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