domingo, 27 de julio de 2014

CREANDO UNIVERSOS,





SOMOS CREADORES.

El campo quántico conforma nuestro universo, y nosotros formamos parte de él. Somos creadores de nuestra realidad física la cual consideramos sólida y tenemos el convencimiento de que no podemos cambiar las situaciones por más que lo deseemos.


Nuestro universo está hecho de energía y electromagnetismo. Se ha descubierto que existen partículas más pequeñas que los átomos, estas partículas se denominan subatómicas y no están hechas de materia, son sólo energía, lo cual quiere decir que no existen en el mundo físico.


Según los científicos son tan diminutas que solo saben de su existencia por el rastro que dejan en los aceleradores de partículas. Parecen existir solo cuando son observadas, y solamente cuando se toma la decisión de ver una partícula la onda de energía invisible se convierte en una entidad concreta (sólida).

 La atención dirigida hacia esa energía reconocible como una onda, es lo que crea la realidad que llamamos mundo físico, dicen los científicos que el observador es el creador de la partícula o masa física del universo.
El resultado de esto es que nosotros, somos quienes creamos a partir de lo invisible (partícula subatómica), con el simple hecho de observarlo. Nosotros también somos un conjunto de átomos moléculas y partículas, tanto atómicas como subatómicas, por lo tanto no somos sólidos como solemos pensar, nuestro cuerpo se regenera en su totalidad en un lapso de 7 años.


Al ser parte de este campo quántico que funciona a base de energía y electromagnetismo, somos una masa de energía, funcionamos gracias a ella y somos como un magneto ambulante.
La física quántica es una de las más modernas ramas de la investigación científica que se desarrolló con el afán de entender la naturaleza de la realidad física, ella confirma y respalda la teoría de que “nuestros pensamientos crean nuestro mundo”, ya que describe con precisión matemática cómo se comportan las partículas que conforman nuestra realidad física.



Esta ciencia nos dice que los electrones se pueden comportar de ambas formas, tanto como partículas, como en forma de ondas de energía invisibles.
Cuando se convierten en ondas, estos “electrones” no se pueden localizar; es como si no existieran, pero existen como campos de probabilidades. Cuando se encuentran en el estado de partícula, el campo de probabilidades se colapsa y se convierte en un objeto sólido.



Los electrones se convierten en materia sólida (o partículas) cuando están siendo observados, y cuando se les deja de observas se convierten nuevamente en ondas de energía invisibles.
En esencia el mundo está construido por partículas y el observador, que tiene el poder de convertir un electrón en partícula sólida o hacerla desaparecer somos nosotros.
Todavía podemos ir más allá diciendo que es posible crear nuestro día intencionadamente, como nosotros queremos que sea.


Pensemos en las cuestiones siguientes:


¿Qué pasaría si los pensamientos que tenemos al despertar tienen el poder de afectar todo lo que suceda durante el día?.



¿Y si todos nuestros pensamientos influenciaran nuestro mundo en su totalidad?



Si aprendiéramos a dirigir nuestra intención hacía las partes de nuestra vida que aun no son visibles y les diéramos vida, tomaríamos nosotros el timón de nuestra vida,  creando las cosas de manera intencional.



Desde un punto de vista espiritual pensemos que nuestros pensamientos afectan a la realidad y por lo tanto nuestra vida entera. Desde ese convencimiento haremos un pequeño pacto y diremos:



Estoy tomándome un tiempo para crear mi día, sembrando en el campo quántico. Ahora es un hecho que nuestro ser interior (el observador) está observándome, y es él quien dirige la energía creadora.



Y sintiendo esta unión digo:



“Envíame una señal hoy de que prestaste atención a las cosas que creé,
Envíame  cosas de una manera en que yo no las espere, para que me sorprenda de mi habilidad de experimentar esas cosas y muéstramelas de cierta forma que no tenga duda que provinieron de ti.”



 

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