domingo, 19 de enero de 2014

¿QUE ES LA CONCIENCIA?



¿Qué es la conciencia?

La conciencia según la R.A.E. es la propiedad del espíritu humano de reconocerse en sus atributos esenciales y en todas las modificaciones que en sí mismo experimenta.

Esto nos la posibilidad de adquirir un conocimiento interior del bien y del mal, alcanzando mediante la reflexión el conocimiento de las cosas. A esta actividad mental solo puede tener acceso el propio sujeto, llegando a percibirse a sí mismo como una parte de la unidad del mundo.

Interpretamos “conciencia” cuando somos conscientes de lo que nos rodea cuando en realidad actuamos con el inconsciente la mayoría de veces. Si nos liberáramos de los conceptos de “ser conscientes de”  emergería lo que realmente somos… CONCIENCIA.

Estamos viviendo tiempos de cambios, cambios que afectan a la humanidad hasta el punto de poner en peligro su supervivencia, la tecnología, el exceso en un planeta regido por la industrialización y la falta de respeto hacia la naturaleza, pone en peligro la vida que el él existe.

Aunque hemos podido comprobar que está ocurriendo una trasformación en la conciencia humana, esta sigue siendo una posibilidad para unas cuantas personas, que sienten la necesidad no solo de su propia experiencia, sino de compartirla con el resto de seres.

El cambio que está surgiendo viene de un nivel tan profundo que transciende a todo lo conocido, consiguiendo que nos elevemos por encima de nuestros pensamientos, llegando a alcanzar una dimensión superior. Siendo al mismo tiempo la creación, y lo creado.

La Tierra es la manifestación externa de la forma, la cual es siempre un reflejo del interior, estando la conciencia de la humanidad y la vida en nuestro planeta íntimamente conectadas. De manera que a medida que los viejos paradigmas, la vieja conciencia, se vayan disolviendo, se producirán alteraciones en el planeta, cambios geográficos y climáticos, que ya hemos podido observar.

Para poder dejar atrás viejos paradigmas y entrar  en nuevos modelos de vibración se requieren esfuerzos ya que en este proceso debemos morir  nosotros mismos y volver a nacer transfigurados, sin que nada ni nadie limite nuestro avance impersonal, para que, debajo de nuestra personalidad individual tengamos la paz del anonimato, y no tengamos barreras entre lo humano y lo divino, siendo a la vez lo que somos y lo que seremos.

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