EL
JUICIO
20. COMO
VIBRACIÓN NUMÉRICA PERSONAL. La persona habrá de tomar
muchas decisiones en su vida. Tiene que aprender a juzgar basándose en la
razón, no en las apariencias. Cuando examine o clasifique a la gente, tendrá
que fijarse en las obras, no en su reputación.
A la persona con esta vibración, le gusta controlar a la
gente dentro de su círculo de influencia y prefiere dirigir las cosas hacia los
fines que considera valiosos. Tal posición necesita hacer elecciones. En
consecuencia se interroga constantemente, sobre que debe hacer y lo que más le
conviene.
Como su naturaleza es muy profunda, toma siempre en
cuenta los opuestos, por lo que se enfrenta a una necesidad continua de elegir.
De ahí se deriva una vida de adaptación y renovación. Los nuevos planes, los
nuevos propósitos y las nuevas ambiciones presentan un guion continuado, que
exige actos decisivos.
Este proceso cíclico da lugar a una personalidad humana
despierta, ya que el momento de juzgar coincide con el momento de conocer. No toma
una decisión hasta que ha pesado y medido todos los datos, llegando al
conocimiento perfecto de la situación. A través de la acción decisiva, se
desarrolla a sí mismo y supera las dificultades de la vida, dejando que la
conciencia le guie.
El 20 posee el poder de hacer o deshacer, de salvar o
destruir. En caso de un 20 negativo, temerá a la muerte y al cambio de los
hábitos con los que está familiarizado. Tiene que aprender a controlar sus
emociones. Su debilidad da origen a una mala salud, a la desilusión, a la perdida
de bienes materiales y a la separación de aquellos a quien ama.
SIMBOLISMO
DEL TAROT. Clave 20: el Juicio. Los símbolos clave para esta
carta son los dientes, colmillo y serpiente. A los antiguos iniciados se les
llama serpientes y, cuando queremos reclamar silencio, emitimos el sonido de la
letra correspondiente a esta clave: SH. Esto indica el silencio de la
prudencia.
Los dientes trituran el alimento y lo preparan para la
digestión. La sabiduría, equivalente al silencio guardado, invalida las formas
del mundo exterior y revela la naturaleza oculta de las cosas, de manera que se
pueda absorber la capacidad espiritual.
La cobra era el símbolo sagrado de Egipto y la India. Su
veneno ataca en el acto a todas las células del cuerpo. El colmillo de la
serpiente segrega el veneno. La analogía reside en que la sabiduría actúa como
un ácido que corroe de inmediato todo lo falso.
Por consiguiente, la palabra clave de esta carta es realización. Astrológicamente está
regida por Vulcano. Cuando hemos conquistado la realización de las cosas
espirituales, nuestra conciencia personal se encuentra preparada para
armonizarse con la conciencia universal.
Este estadio de la conciencia se inicia con una
comprensión mental del mundo real, con lo cual nuestra actitud se opone a la de
la mayoría de la gente, puesto que nos identificamos con la Única Realidad. La
voluntad domina nuestra mente subconsciente.
Nuestro día del juicio coincido con el día en que hemos
logrado la facultad de distinguir lo verdadero de lo falso. La carta representa
el y les infundirá toque que convoca el
día del juicio. El ángel Gabriel llama a aquellos que están preparados para oír
la verdad, que les hará libres y les infundirá una nueva vida
Los ataúdes de piedra, el cuerpo humano, surgen de las
profundidades. Mientras se hallan cerrados, son de color negro, a causa de la
falta de luz, es decir, de la verdad. De ellos surgen los tres estadios de la
conciencia: el hombre o la mente consciente, la mujer o la mente subconsciente,
y el niño o la mente supraconsciente.
CORRESPONDENCIA
ASTROLÓGICA: Vulcano (y Saturno). Según la mitología, Vulcano
fue arrojado del cielo, y se conviertio entonces en el guardian del fuego, vigilando
las fraguas del cielo y de la tierra. También se le conocía como el patrono de
los artesanos. A pesar de la cojera resultante de su caída, se desplazaba con
frecuencia entre el cielo y la tierra.
La analogía del mito representa la caída de nuestro
espíritu en la forma regida por Saturno. El cuerpo físico estorba la libertad
del espíritu. Hay que vigilar la fuerza vital ígnea, a fin de mantener abierta
la comunicación entre el cuerpo y el espíritu.
En ciertos casos, se asignó Vulcano a Virgo. Vulcano fue
el servidor y mantenedor de la salud. Los artesanos dependen también de Virgo.
En el 20, el poder de Dios, 0, actúa a través de Vulcano, 2, para aportar la
unión de lo que en la forma física aparece como dos partes separadas, el
espíritu y la materia.
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