LA FRUTA MADRE: LOS
AGUACATES
Los aguacates son la fruta madre,
la base de la despensa, el alma de todos los demás alimentos. Aunque la piel de
la mayoría no es comestible, está repleta de cientos de sustancias
fitoquímicas, muchas de las cuales se impregnan en la pulpa del aguacate durante
su crecimiento. Algunas de estas sustancias fitoquímicas son isotiocianatos; le
dan el color amarillo verdoso a la pulpa y ayudan a restaurar el revestimiento
estomacal e intestinal.
Cuando sufres cualquier tipo de
trastorno digestivo, los aguacates acuden al rescata. Son fáciles de digerir y
su pulpa cremosa es el calmante supremo del tracto gastrointestinal para
las personas con intolerancias alimentarias, enfermedad de Crohn, colitis o
síndrome del intestino irritable.
Poseen componentes antiinflamatorios
con propiedades parecidas a las de la aspirina pero que no licuan la sangre, de
esta forma reducen el estrechamiento y la distensión del tracto digestivo.
Poseen también propiedades reductoras de pólipos y te ayudan a prevenir o
eliminar estas pequeñas protuberancias del revestimiento intestinal.
Son además maravillosos para el
cerebro. Al ser una fuente saludable de ácidos grasos omega-6 ayuda a restaurar
el sistema nervioso central y alivian el Alzheimer y la demencia senil. Su
consumo produce también un efecto antienvejecimiento en la piel, reduce la
sequedad, le aporta un lastre saludable y contribuye a la desaparición de las
ojeras. Contienen además unos agentes antirradiación que son fitoestrógenos, es
decir, que pueden detener los cánceres del aparato reproductor y de colón
relacionados con los estrógenos.
Trastornos
Si sufres cualquier de estos trastornos prueba a incluir los aguacates en tu vida.
Enfermedades cardíacas,
infertilidad, enfermedades renales, ictus, epilepsia, cáncer cerebral,
endometriosis, fibromialgia, ansiedad, trastorno de déficit de atención (TDAH),
autismo, depresión, herpes zóster. Trastornos del sueño, pólipos, infecciones
del tracto urinario, insomnio, hemorroides, cáncer de ovarios, cáncer de útero,
cáncer de colon, síndrome de taquicardia, ortostática postular, esclerodermia,
liquen escleroso, vómitos producidos por la radiación, vértigos.
Síntomas
Si tienes algunos de los
siguientes síntomas, prueba a incluir los aguacates en tu vida.
Pérdida de memoria, síntomas de
la menopausia, dolor de cabeza, proliferación excesiva de cándida, calambres
musculares, dolor muscular, ataques de pánico, ansiedad, dolor de espalda,
mareos, problemas de equilibrio, hormigueo y entumecimiento de las
extremidades, gases, hinchazón, erupciones, calambres abdominales, síntomas del
síndrome premenstrual, gastroparesia, fatiga, alergias alimentarias, neuralgia
del trigémino, miodesopsias (“moscas” volantes en los ojos), debilidad.
Apoyo emocional
Los aguacates nos ayudan a
encontrar el camino de vuelta a nosotros mismos. Cuando necesitamos fuerza
emocional y conexión con lo que realmente somos, cuando tenemos que curar un
corazón roto, los aguacates nos fortalecen y nos permiten convertirnos en el
eslabón fuerte de la cadena de la interacción humano.
Cuando tratamos con personas
necesitadas, agresivas o destructivas –los eslabones más débiles de la cadena-,
los aguacates nos ayudan a trasmitirles nuestra preocupación y nuestra entereza
y nos permiten sostener la integridad de nuestras conexiones y enseñar a otras
personas a sobrevivir a las pruebas que nos pone la vida.
Los aguacates son también una
herramienta esencial para afrontar la culpabilidad. Si necesitas modificar y
redirigir unos sentimientos de vergüenza y de arrepentimiento, los aguacates
serán tus aliados, te alimentarán con el amor de una madre y te ayudará, a
extraer las emociones dolorosas del corazón y del alma.
Lección espiritual
Los aguacates son lo más
nutritivo que hay. Como ya dije anteriormente, son la fruta madre. ¿Y por qué?
Pues porque son el alimento más parecido que existe a la leche materna. Esto
significa que además de todos los aspectos en los que ayudan a nuestro cuerpo,
también nos llenan espiritualmente con un amor nutricio y maternal.
Cuando necesitamos ofrecer
nuestra atención a otras personas –por ejemplo, cuando necesitamos ayudar a un
amigo o a un ser querido que está pasando momentos difíciles-, tomar aguacates
nos ayudan a transmitir esta energía maternal.
Cuando somos nosotros los que
necesitamos amor, ya sea para mantenernos en marcha mientras atendemos a los
que nos rodean o por los altibajos que se producen en nuestra propia vida, el
aguacate es el alimento reconfortante supremo. Pon aguacates en tu vida porque
son los maestros del amor incondicional, tanto hacia ti mismo como hacía los
demás, y observa cómo crece y florece tu capacidad de compasión.
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