sábado, 17 de enero de 2015

TRABAJO DE SANACIÓN.

 

Es imprescindible que los humanos aprendamos los siguientes cuatro principios evolutivos:

1)    El objetivo el ser humano sobre la Tierra es evolucionar física, emocional, mental y espiritualmente

2)    Todo ser humano posee una Esencia Divina hecha de luz y amor cuya naturaleza es el bien

3)    El libre albedrío es un derecho universal absoluto; la impecabilidad exige al yo entregar su libre albedrío al arbitrio divino mediante la fe y la confianza.

4)    Lo que existe en la naturaleza es sagrado sin importar el modo en que sirva o satisfaga las necesidades del yo individual.
 

En esta época todo ser humano vivo recibe estos cuatro principios espirituales de modo directo o sutil.

Es una Ley Planetaria que antes del final de un gran ciclo temporal como el que se da en este momento debe hacerse que cada persona viva recuerde los cuatro principios evolutivos a fin de que los abrace.

Algunos quizá reciban estos mensajes a través de escritos como este o leyendo libros como: El Retorno de las Tribus del Pájaro; La Profecía Celestial; La Quinta Cosa Sagrada; Mensaje Mutante desde Australia; El Plan Pleyadiano, etc, o quizá a través de películas como: Bailando con Lobos; El Pequeño Buda; Misión: Salvar la Tierra, o La Selva Esmeralda. Otros, en cambio, experimentarán la muerte física y volverán tras un cambio a su cuerpo físico, siendo este el modo a través del cual podrán producir un cambio en sus seres queridos. Hay también otros casos en los que pueden recibir visitas de Ángeles., Maestros Ascendidos o la Madre María.

Nuestro cometido es pues el de seguir una vida recta, aprender y practicar la impecabilidad, la oración a fin de conocer el Plan Divino y nuestro papel dentro de él para así proceder a nuestra sanación y despegamiento a todos los niveles tanto como nos sea posible.

La nueva energía exagera nuestras pautas de costumbre a fin de hacernos conscientes de ellas, para así transformarlas.

Estas pautas con las que estamos tan identificados son:

  • la arrogancia
  • la adición
  • los prejuicios
  • el odio
  • la violencia
  • la tortura y
  • la vergüenza

Ya sea la actitud de supremacía de un estado o la actitud de un miembro de la Nueva Era de superioridad frente a seres menos espirituales y conscientes, la actitud es la misma, “arrogancia”.

 
Ya sea un alcohólico tirado en cualquier calle del mundo o una persona obsesionada por su aspecto físico o el cuerpo de su compañero o compañera, esta pauta se llama igual: “adición”.


Ya sea el K.K.K quemando cruces en el patio de personas negras o una persona espiritual despreciando a un “paleto”, el nombre es el mismo: “prejuicio”.

 
Ya sean los capitalistas que odian a los comunistas o una persona “políticamente correcta” que odia a los menos favorecidos, la actitud es la misma: “odio”.

 
Ya sea Estados Unidos generando guerras en Oriente o en América Central, o un progenitor golpeando y degradando a un hijo, la acción tiene el mismo nombre: “violencia”.

 
Ya sean indios, aborígenes australianos u otros indígenas asesinados y su tierra destruida por los blancos, o sean ardillas y ciervos muertos por conductores despistados que van muy deprisa, el problema es el mismo: “tortura”.

 
Ya sea Alemania llevando las cicatrices de un Hitler o un pobre sintiéndose indigno a causa de su pobreza, el sentimiento es el mismo: “vergüenza”.

 
Desde lo más evidente a lo más sutil, cada persona debe cumplir individualmente su pauta para reconocer y sanar estas pautas.

 
Estas pautas están acompañadas por la incapacidad de percibir los cuatro principios evolutivos que deben aprenderse

 
Durante este mes de Enero tenemos la oportunidad de trabajar sobre  el reconocimiento de cuanto estamos encadenados a esas pautas que nos mantienen atados a este plano 3D y así poder trabajar en nuestra propia sanación.

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