sábado, 17 de enero de 2015

RELACIÓN DE LAS PARTES DEL CUERPO.

 
SIGNIFICADO METAFISICO DE LAS PARTES DEL CUERPO.

 
Los cabellos: Mi fuerza.

El cuero cabelludo: Mi fe y mi lado divino.

La cabeza: Mi individualidad.

Los ojos: Mi capacidad de ver.

Las orejas (oídos): Mi capacidad de oír.

La nariz: Mi capacidad de oler o sentir a las personas o situaciones.

Mis labios: Mi labio superior está relacionado con el lado femenino, el labio inferior con mi lado masculino, a la vez que está vinculado con Mis decisiones.

El cuello: Mi flexibilidad, mi capacidad para ver las situaciones de la vida.

La garganta: La expresión de mi lenguaje verbal y no –verbal -, mi creatividad.

Los hombros: Mi capacidad para llevar una carga, responsabilidades.

Los brazos: Mi capacidad para tomar las decisiones o las situaciones de la vida. Son la prolongación del corazón. Sirven para ejecutar las órdenes. Están vinculados a lo que hago en mi vida, por ejemplo mi trabajo.

Los codos: Mi flexibilidad en los cambios de direcciones en mi vida.

 
Los dedos: Los pequeños detalles de lo cotidiano.

El pulgar: Vinculado a las inquietudes o a mi intelecto o a mi audición.

El índice: Vinculado a miedos o a mi personalidad (ego) o a mi olfato.

El corazón: Vinculado a la ira o a mi sexualidad o a mi visión.

El anular: Vinculado a la pena o a mi unión o a mi tacto.

El meñique: Vinculado a mi familia o al gusto.

 
El corazón: Mi amor.

La sangre: La alegría que circula por mi vida.

Los pechos: Mi lado materno.

Los pulmones: Mi necesidad de espacio, autonomía. Están vinculados a mi sentimiento de vivir.

El estómago: Mi capacidad para digerir ideas nuevas.

La espalda: Mi soporte, mi apoyo.

Las articulaciones: Mi flexibilidad, mi capacidad para doblarme en las diferentes situaciones de mi vida.

La piel: Mi vínculo entre mi interior y mi exterior (equilibrio)

Los huesos: La estructura de las leyes y principios del mundo en el cual vivo.

El útero: Mi hogar.

Los intestinos: (sobre todo el grueso, el colón): Mi capacidad para soltar, dejar fluir lo que me es inútil y dejar fluir los acontecimientos de mi vida.

Los riñones: La sede del miedo.

El páncreas: La alegría que está en mí.

El hígado: La sede de la crítica.

Las piernas: Mi capacidad para adelantar en la vida, ir hacía el cambio, hacía las nuevas experiencias.

Las rodillas: Mi flexibilidad, mi amor propio, mi orgullo, mi testarudez.

Los tobillos: Mi flexibilidad en las nuevas direcciones del futuro.

Los pies: Mi dirección (quedarse en el mismo sitio). Mi comprensión de mi-mismo y de la vida (pasado, presente y futuro).

Los dedos de los pies: Los detalles de mi porvenir.

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