miércoles, 7 de agosto de 2019

EL SILENCIO


el camino interior del silencio


El silencio es la terapia que contrarresta el exceso de estímulos externos. Nos enseña el camino hacia la sabiduría, cuya fuente esta en nuestro interior.

Vivimos en una sociedad ruidosa. Lo es, en cantidad y calidad, la información que nos llega desde todas partes. Y toda esta información en forma de música, gritos y titulares nos acaba afectando física y psicológicamente. Científicos a la orden del Dr Luciano Bernardi, en una investigación para descubrir cual es la música que producía mejor relajación en los sistemas respiratorios, cardiovascular y cerebral, se llevaron un sorpresa: descubrieron que todos los sistemas mejoraban durante las pausas de dos minutos que se realizaban entre las músicas. Lo más eficaz era el silencio.

Sanar y aprender.

El neurólogo Pablo Irimia señala dos virtudes principales probadas científicamente: El silencio facilita el control de la tensión arterial (reduce el riesgo cardiovascular, previniendo por tanto, dolencias del corazón e ictus) y predispone a los beneficios de una vida reflexiva.

Razones para pasar uno minutos en silencio cada día no nos faltan. Un instituto de enseñanza media en un barrio conflictivo de San Francisco inicio un proceso de silencio de un mes con sus alumnos. Debían parar cualquier actividad y sentarse en silencio tres minutos. El resultado fue que disminuyeron los casos de violencia en las aulas y que, a partir de entonces, un silencio de cinco minutos se ha instaurado cada día.

Sostenía el filosofo danés Kierkegaard que la necesidad de vivir ensordecido que hemos creado los seres humanos es uno de los síntomas reveladores del miedo. Y decía que, de profesar la medicina, remediaría los males del mundo creando el silencio para el hombre. El verdadero silencio no está necesariamente en la lejanía. El silencio esta aquí, justo detrás del ruido, es el espacio vació que permite el paso del ruido.

Ese espacio desconocido en el que está la aventura verdadera. En el que no sabemos que hay, pero se esconde la sabiduría de algo que nos precede y a la vez nos acompaña. 
Silencio es escuchar, aprender y situar en primera linea la auscultación sosegada. Es no hacer nada, dejar que la experiencia se manifieste a través de los sentidos, escuchar el pensamiento, sentir como y donde estamos, entrenar la percepción para saber cuál es nuestro punto de partida en este gran teatro del mundo que recibe tanta información.

David Simón, escritor y guionista de series como The wire, dice:  cuando pasamos tiempo en silencio, podemos oír  la voz de nuestra alma susurrándonos su mensaje secreto y alentándonos a escoger caminos que nos traen más felicidad, salud, amor, sentido y paz.

Resuelve problemas

Al cabo de un tiempo entrenado cada día unos cinco minutos en silencio podremos añadir cinco minutos más. Cada vez nos sera más fácil recoger los frutos, entrar en el instante presente, donde está el cambio que nos anuncia Krishnamurti: cuando la mente esta relajada, ya no hace un esfuerzo; cuando está en silencio solo unos segundos, entonces el problema se revela y se resuelve. Eso sucede entre dos pensamientos, entre dos respuestas. En ese estado de ánimo, el entendimiento llega.

Así reconozco lo que decía el gran poeta sufí Rumi: el silencio es el lenguaje de Dios, todo lo demás es una simple traducción.

Meditación en 4 pasos:

1 Párate- 
Apaga todos los aparatos que puedan emitir algún sonido o imagen durante la práctica. Con los ojos entrecerrados mira hacia un punto fijo. Observa la multitud de impresiones interiores con las que te encuentras., mientras tus ojos continúan viendo la luz del día o de la noche y su desplazamiento. Tu oído capta un rumor, el mirlo que canta por la mañana. Un vecino que ríe.....

2 Siente-
Repasa cada sensación. La piel siente el frió o el calor tibio. Advierte con el olfato como se desvanece la noche o despierta la mañana en casa con aromas como el del pan tostado. tu boca se llena del recuerdo del té que tomaste hace un momento. El pensamiento corre, y se desplaza en lineas divergentes y convergentes, cortas o largas que forman una amalgama.

3 Conecta-
Fíjate en la respiración sin controlarla. continua,larga o corta, rápida o lenta. Palpita tu corazón. Te sientes pleno de vida o tal vez cansado. La atención va y viene según este la concentración. Y en medio de este mar de sensaciones conectas con tu estado anímico. Todo ello conforma una parte  de los mensajes que se descubren en el silencio. Son los sonidos del silencio.

4 Date cuenta-
Entrarás en la conciencia del darte cuenta, de advertir lo que sucede. Ese darte cuenta es un tipo de consciencia  que se registra con el pensamiento y con todos los sentidos, incluido el sexto. Es la cualidad que te informa de cómo y donde estás. Con el tiempo y la práctica, irás aprendiendo a dirigir cada vez mejor tu atención y a moldear la actitud.

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