lunes, 15 de julio de 2019

VIVIR





Eckhart Tolle, es hoy uno delos maestro espirituales más reconocidos, pero durante un periodo de su vida fue un vagabundo sin trabajo, que dormía en los bancos de los parques de Londres inundado por un profundo estado de paz interior.

El estado de paz y dicha ininterrumpidas no lo había buscado él, llego a su vida sin previo aviso. Según cuenta en el libro que le llevo a la fama El poder del ahora, antes de despertar Eckhart vivía en un estado de ansiedad casi constante, salpicado ocasionalmente por periodos de depresión suicida.

Una noche, poco después de cumplir veintinueve años, se despertó con una sensación de pavor absoluto. Le habían asaltado sentimientos similares otras veces, pero esa fue más intenso que nunca. El silencio de la noche, los vagos contornos de los muebles en la habitación oscura, el ruido distante del tren que pasaba, le parecían tan ajenos, tan hostiles y tan carentes de significado que suscitaban en él un profundo rechazo al mundo.

Pero lo más aborrecible de todo, era su propia existencia. "¿Para qué seguir viviendo con esa carga de desdicha?", se preguntaba. "¿Para qué continuar con esa lucha interminable?". "No puedo seguir viviendo conmigo". Estos eran los pensamientos que se repetía en su mente una y otra vez.

Eckhart Tolle estudiaba en la Universidad de Londres, después de haber pasado por la de Cambrigde buscando respuestas intelectuales que nunca eran suficientes. "Cuanto más continuaba con mi búsqueda intelectual, más fuerza adquiría mi sensación de desesperación", afirma. 

Pero seguía con ella porque le transmitía una sensación ilusoria de identidad. A sus ojos y a los de los demás, se había convertido en una especie de erudito que le proporcionaba una satisfacción egoica. Pero, en la oscuridad de la noche, tuvo el deseo irresistible  de matarse. El pensamiento "no puedo vivir más conmigo mismo" seguía dando vueltas por su cabeza.

Hasta que de repente comprendió que esa frase implicaba que había dos yoes en él, un ser que sufría y otro que tomaba distancia y ejercía de observador. Justo en ese momento, tuvo lugar una "desidentificación". Su identidad se separo del ego ficticio, disolviéndose ese ser de inmediato para dar paso a una sensación de profunda paz interior.

Steve Taylor, en su libro Salir de la oscuridad  hace referencia a ello: "Al levantarse de la cama Tolle supo que era una persona nueva. Estaba en un estado de asombro y dicha. No sabía lo que le había sucedido, solo que sentía una asombrosa sensación de paz. Aunque en ese momento no fuera totalmente consciente, uno de los cambios psicológicos más importantes experimentados por Tolle era que su mente se había sosegado, la cháchara incesante del ego se había detenido"

A partir de esa vivencia, su mente iba más despacio y estaba mucho menos activa. Podía pasar largos períodos de tiempo sin pensar o pensando muy poco, y solo en cosas importantes. Había dejado de identificarse con los procesos de pensamiento, logrando reducirlos a un ochenta por ciento. Su mente dejo de estar en el pasado y en el futuro, para instalarse en el momento presente. 

Ya no existía una separación entre él y el mundo que le rodeaba, sino una profunda unidad. "Podía mirar las cosas sin poner una etiqueta, sin llamarlas algo. No interpretaba a los seres humanos, solo dejaba que fuesen como eran" Fue capaz de liberarse de la necesidad de clasificar sus percepciones. La compulsión mental, según el autor es definir e interpretar inmediatamente todo lo que percibimos, viviendo sumergidos en una realidad conceptualizada.

Las enseñanzas de Eckhart Tolle, giran en torno a la transformación de la conciencia, teniendo como requisito necesario trascender nuestro ego para lograr la paz interior.


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