lunes, 29 de julio de 2019

EL PROPOSITO





Vivir sin propósito es vivir a merced del azar, del acontecimiento fortuito. Porque si no tenemos una norma mediante la cual juzgar lo que vale la pena y lo que no vale la pena, estamos perdidos.


Las fuerzas exteriores nos impulsan, como un corcho que flota en el agua, sin una iniciativa nuestra que fije un curso especifico. Nuestra orientación en la vida es reactiva en vez de ser proactiva. Vamos a la deriva

Vivir con propósito es utilizar nuestras facultades para la consecución de las metas que hemos elegido. Son nuestras metas las que nos impulsan, las que nos exigen aplicar nuestras facultades, las que vigorizan nuestra vida. es entre otras cosas, vivir productivamente, una exigencia de nuestra capacidad para afrontar la vida.

La productividad es el acto de conservación de la vida plasmando nuestras ideas en la realidad, fijando nuestras metas y actuando para conseguirlas, el acto de dar vida a los conocimientos, bienes o servicios.

Los propósitos que nos animan, para poder ser realizados, tienen que ser específicos. Yo no puedo organizar mi conducta de manera optima, si mi objetivo es únicamente "hacer lo que pueda". Esta meta es demasiado vaga, hay que concretar mis objetivos para conseguir mis progresos. Así pues. vivir con propósito significa vivir con un nivel de consciencia.

Pero vivir con propósito y productivamente exige cultivar en nosotros la capacidad de autodisciplina.

La autodisciplina es la capacidad de organizar nuestra conducta en el tiempo al servicio de tareas concretas. Nadie puede sentirse capaz de afrontar los retos de la vida si carece de autodisciplina. La autodisciplina consiste en la capacidad de posponer la gratificación inmediata al servicio de una meta más lejana. Es la capacidad de proyectar las consciencias al futuro, de pensar, planificar y actuar a largo plazo. A falta de esta práctica nada puede funcionar con eficacia. 

Quizá debería mencionar que una vida con propósito y autodisciplina no significa una vida sin tiempo o espacio para descansar, relajarse, aprovechar el ocio y tener actividades superficiales o incluso frívolas. Simplemente significa que estas actividades se eligen conscientemente, sabiendo que participar en ellas es algo seguro y adecuado.

Y en cualquier caso, el abandono temporal de todo propósito también tiene un proposito, tanto si se busca conscientemente como si no: LA REGENERACIÓN.

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