viernes, 14 de marzo de 2014

LAS FALLAS DE VALENCIA.. (2014)





Desde tiempos inmemorables, en muchos lugares de Europa, Asia y África se celebraban las llegadas de los equinoccios y solsticios encendiendo hogueras. . Estas manifestaciones en algunos casos han sido heredadas de pueblos tan antiguos como los celtas, y algunas de ellas han llegado a nuestros días.

Se hacían hogueras de júbilo, para proteger los bienes y tener prosperidad, se pedía a los dioses que los liberara del mal y los desastres y, tener un futuro lleno de felicidad, festejaban bailando entorno a las llamas o las saltaban. Se creía que el fuego era purificador y que espantaba a los malos espíritus. El fuego encendido frente a las casas era considerado protector.

 La Iglesia, ante la imposibilidad de suprimir estas populares tradiciones en muchos lugares de España, decidió absorberlas y dedicarlas a los santos; de esta manera, las hogueras del solsticio de verano se relacionaron con San Juan y las del equinoccio de primavera a San José.

Fue el fraile dominico Vicente Ferrer quien en el siglo XV fomentó por libre la devoción al marido de la Virgen y padre putativo de Jesús. El Gremio de Carpinteros, potente en aquella época, lo declaró su protector en 1497, y San José se hizo tan popular que el arzobispo Juan de Ribera lo declaro patrón de Valencia en 1609, título que todavía conserva.

Las Fallas como hoy las conocemos no se conocen más allá del siglo XVIII. Muchos historiadores piensan que las Fallas vienen de una antigua costumbre que tenían los carpinteros, los cuales para alumbrarse en las últimas horas de la jornada, ya sin sol, utilizaban unos candiles que sostenían en un palo a modo de candelabro llamado estai, astai, pagés o parot, el cual situaban en el centro del taller.

 Según esta teoría, era tradición que para celebrar el patrón del Gremio y el fin de las jornadas de invierno trabajando, se sacara el parot a la puerta del taller y se quemara junto a las virutas. Con el tiempo se añadieron más trastos a la hoguera, e incluso se vistió con ropas al parot para que se pareciera a una persona a la que se quisiera criticar, en la línea de la sátira. Con el tiempo se fueron añadiendo más elementos a esta primitiva figura conformando una pequeña escena. De esta manera, apareció la primera Falla.

FELICES FALLAS.

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