LAS
8 DIMENSIONES DEL SER HUMANO
Cuando comprendes, cuidas y promueve cada área que te defina,
como la espiritual, la ético-moral y la cognitiva, aumentas tu potencial para
lograr objetivos trabajar en tu
bienestar.
Pocas cuestiones son más complejas y apasionantes que
entender cómo somos los seres humanos. Podemos, sin dudas, echar mano de la
clásica definición dualista para visualizarnos como una entidad formada por un
cuerpo y una mente. Sin embargo, las personas somos mucho más que un envoltorio
físico y un cerebro que procesa la realidad que le envuelve.
Lo cierto es que cada uno de nosotros somos lo que
sentimos, lo que pensamos y hasta aquello en lo que creemos. Nos define nuestra
historia pasada e incluso la cultura que nos contiene. Asimismo, cada una de
estas esferas se relacionen entre sí para mediar en tu bienestar o en tu
infelicidad. Comprenderlas y trabajarlas te permitirá, sin duda, promover tu
plenitud.
Lo cierto es que cada uno de nosotros somos lo
que sentimos, lo que pensamos y hasta aquello en lo que creemos. Nos
define nuestra historia pasada e incluso la cultura que nos contiene. Asimismo,
cada una de estas esferas se relacionan entre sí para mediar en tu bienestar o
en tu infelicidad. Comprenderlas y trabajarlas te permitirá, sin duda, promover
tu plenitud. Profundicemos en ellas.
1. Dimensión física
Empecemos por lo más básico: el cuerpo. Podríamos
decir sin equivocarnos que la calidad de vida no existe si no hay salud física.
Su estado y el buen funcionamiento de todos sus procesos fisiológicos es la
piedra angular del bienestar del ser humano. Una nutrición saludable, una
correcta higiene del sueño y el ejercicio, influyen en el equilibrio general
del organismo.
Ahora bien, la auténtica satisfacción llega cuando
cuerpo y mente están en armonía, y esto implica atender aspectos como la
autoestima o disponer de herramientas de regulación emocional. Asimismo, hay un
elemento clave en esta materia, y es el que nos señalan en la revista Body
Image: desarrollar una buena aceptación corporal es esencial para la salud
mental.
2. Dimensión emocional
Las personas somos seres emocionales que razonan.
Por ello, a la hora de comprender las dimensiones del ser humano, no podemos
dejar de lado este plano. Tus emociones están detrás de cada decisión, de cada
sueño que te motiva, persona que amas y de tu capacidad para adaptarte a los
cambios y desafíos. Es más, muchos de esos estados psicofísicos pueden mediar
en tu salud física, tal y como describen en Psychosomatic Medicine.
Por otro lado, si hay algo que se ve con frecuencia
en la práctica clínica, es a personas que no saben regular su frustración, su
ira, sus enfados…La carencia de habilidades en esta área deriva en sufrimiento
y malestar. De hecho, somos una sociedad dominada con frecuencia por la
ansiedad y el estrés, que dificultan nuestra plenitud humana.
3.
La dimensión cognitiva
Lo cognitivo o intelectual se refiere a todos esos procesos
mentales tan afinados involucrados en tu conocimiento. Ejemplo de ello es la
percepción, la memoria, el razonamiento, la creatividad, la resolución de
problemas, entre otros. El desarrollo de estas áreas nos solo contribuye a tu rendimiento
académico y profesional. Además, podrás hacer frente a las dificultades con
mayor efectividad.
Asimismo, debemos destacar que este plano ejecutivo o
intelectual también está ligado a las distorsiones cognitivas, o a esas
interpretaciones rápidas y erróneas que solemos hacer de la realidad. Los
enfoques mentales automáticos nos pueden ocasionar problemas, como tomar malas
decisiones, caer en prejuicios o no poder llegar a acuerdos con nuestro entorno
social.
4. Dimensión comunicativo-expresiva
Una comunicación clara y asertiva es esencial
para la interacción social y el establecimiento de relaciones saludables a
través de la pertenencia. Y no solo esto, hablar de forma respetuosa y hábil te
permite resolver conflictos, lograr objetivos y promover una buena regulación
emocional. Ten presente que cuando reprimes lo que sientes y necesitas, el
bienestar se debilita.
Asimismo,
la comunicación es una herramienta de poder en nuestra sociedad. El lenguaje y
sus diferentes canales de expresión han facilitado la evolución del ser humano
en multitud de áreas, como, por ejemplo, en la cultura. Las personas
necesitamos de esa expresividad y los canales que la facilitan para
conectar, avanzar y enriquecer nuestros
vínculos.
5. Dimensión
social
Entre las dimensiones del ser humano hay una
esfera que la sustenta: la social. Tu interacción y conexión con los demás y
con la sociedad que te rodea, edifica la persona que eres. Las personas
necesitamos establecer vínculos para sobrevivir y para desarrollarnos. El
bienestar implica formar parte de una comunidad y compartir experiencias.
Por ello, uno de los mayores desafíos que
tenemos en la actualidad es atender y prevenir la soledad. El aislamiento no
deseado se traduce en sufrimiento e incluso en enfermedad. Además, realidades
como sentirse rechazado o sufrir bullying generan, con frecuencia, traumas
profundos.
6. Dimensión
cultural
La dimensión cultural está relacionada con los
valores, creencias y costumbres que una persona adquiere a lo largo de su vida.
Esta realidad también conforma una dimensión decisiva en el ser humano- Al fin
y al cabo, la cultura es un marco de referencia dentro del cual interpretamos
el mundo y nos relacionamos con él.
Por ejemplo, una persona que crece en una cultura que
valora la colectividad sobre el individualismo puede desarrollar una fuerte
orientación hacia el bienestar del grupo, en lugar de enfocarse solo en sus intereses. En el reverso, estaría lo que
vemos en nuestra actualidad: una cultura que enfatiza la tiranía de la belleza
y los cuerpos perfectos, dimensiones que contribuyen a crear problemas de auto-concepto
y autoestima.
7. Dimensión ético-moral
¿Alguna vez te has visto obligado a llevar a
cabo una acción que iba en contra de tus principios? Puede que en tu trabajo
hayas pasadp `pr esta tesitura y, en efecto, tras actuar en contra de los
propios pilares éticos, aparece la culpa y la angustia moral. Algo así es un
atentado contra lo que somos, lo que valoramos y nos caracteriza.
La dimensión ética-moral, definida por nuestros
principios, normas y valores, guía nuestro comportamiento. Es más, las
conductas nutridas por unos buenos cimientos éticos hacen más noble una
sociedad, la enriquecen y le dan trascendencia. Se trata de una esfera que
media en el bienestar psicológico e incluso en el tejido social que nos rodea.
8. Dimensión espiritual
Esta área no está relacionada solo con las
creencias religiosas. Para alcanzar un adecuado equilibrio entre todas las
dimensiones del ser humano es importante valorar aquello que te ofrece
trascendencia y paz interior, al igual que un significado vital sólido y
cargado de esperanza. Algunos lo encontrarán en la meditación, otros en la
naturaleza, en el budismo o en el cristianismo.
La espiritualidad es creer en algo que te otorga consuelo
y resiliencia en momentos difíciles. Est, como podemos deducir, tiene sin duda
un gran impacto en el bienestar físico y mental. Es mirar a través de un prisma
que te sostiene, que te guía y te permite hallar fe cuando todo va mal e
incluso mantener una actitud positiva en el quehacer cotidiano.
En
la armonía está la felicidad
Desde una perspectiva psicológica, el equilibrio entre
estas dimensiones descritas edifica el sustrato del bienestar humano. Es cierto
que no resulta sencillo lograr esa sintonía absoluta entre, por ejemplo, lo
físico, lo social, lo cultural y lo emocional. Vivimos en escenarios muy complejos
donde las desigualdades o la competitividad afectan a la salud mental y física.
Dentro de ese marco de dificultades es esencial que procuremos priorizarnos y hallar mecanismos de autocuidado. No pierdas de vista que cada dimensión del ser humano es una invitación directa a una existencia más rica y satisfactoria. Solo una mirada holística, sabia y autocompasiva podrá actuar como nuestra mejor aliada para lograr esa armonía absoluta en cada esfera.
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