jueves, 18 de abril de 2024

NO FUE CULPA NUESTRA





Muchos aprendimos en la infancia que no estaba bien experimentar (ni mucho menos expresar) ciertos sentimientos, ciertos estados de animo, ciertas sensaciones corporales, urgencias e impulsos, pensamientos, anhelos y deseos.

Nos enseñaron  a temer y rechazar algunas partes de nosotros mismos, a verlas como zonas oscuras, "negativas", "sucias" o "enfermizas". incluso pecaminosas.

Aprendimos a desconfiar de nosotros mismos, a no fiarnos del momento presente. Nos hicieron creer que estábamos separados de todas las cosas. que estábamos escindidos o divididos de la Totalidad.

Nos obligaron a comer del árbol del bien y del mal, a digerir los condicionamientos dualistas del mundo que nos rodea, a tragar ideas y conceptos de segunda mano  sobre como "debíamos" ser.

Esta fue nuestra inocente Caída desde el estado de Gracia. No fue culpa nuestra. No conocíamos nada mejor que eso. En nuestra pura inocencia, nos abandonamos a nosotros mismos a cambio de un poco de amor-Y es posible que incluso hoy en día sigamos sintiendo que, en lo más profundo de nuestro ser, hay algo que esta mal, algo erróneo, algo disfuncional.

En las profundidades de nuestro inconsciente, todos estos sentimientos siguen drenando nuestro espíritu y nuestra energía vital, haciendo que nos sintamos cansados, deprimidos, letárgicos, ansiosos y desconectados de la vida y de los demás. Estas energías reprimidas y no sentidas pueden volverse destructivas y causar estragos en nuestro sistema inmunitario, dando lugar a toda clase de enfermedades físicas y mentales.

Como dice Jesús en el Evangelio de Tomás:

"Si no sacas a la luz lo que está dentro de ti, eso que permanece inexpresado te destruirá". "Pero si sacas a la luz lo que está dentro de ti, eso que expresas te salvará". 

Jeff Foster

La Dicha de la Verdadera Meditación

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