jueves, 10 de marzo de 2022

LUZ Y ENERGÍA



No podemos ver un electrón con nuestros ojos porque no están preparados para ello. La visión humana está limitada  en el tiempo y el espacio. Pero los parámetros temporales  y especiales del electrón son totalmente distintos a los de nuestros ojos. Para ver un electrón, tendríamos que ser otro electrón en tiempo y espacio idénticos. Como estamos formados por electrones podemos asimilar el concepto de electrón. Y como tenemos emociones podemos entenderlas, aunque no las percibimos con los ojos.

Esta clase de percepción se acerca más a la instintiva que al proceso analítico de nuestra razón. Estamos conectados a todo y nuestro intento incide en todo.
Un ser humano es al órgano de la humanidad de la Tierra lo que una neurona al cuerpo humano. Una neurona puede tomar una decisión que todo el cuerpo acatara. Del mismo modo, un ser humano puede adoptar una determinación y los elementos le responderán. Los elementos obedecen al intento humano.

Para atraer la lluvia, debemos transformar nuestro punto de vista y convertirnos en una unidad con la lluvia y la atmósfera. Cuando estamos en armonía con su vibración, todo es posible. Podemos aplicar este mismo principio para identificarnos con un animal o con cualquier otro órgano del planeta, y extender este proceso de manera que abarque al universo entero, no sólo a la Tierra.

Cuando se comprende la relación del ser humano con el universo entero, resulta fácil constatar la certeza de la astrología. La astrología es una ciencia más que un instrumento  de adivinación. Los antiguos toltecas sabían que el universo es un ser vivo que tiene metabolismo. La astrología era, así, un estudio del metabolismo del universo.

Los toltecas eran videntes que sabían predecir lo que le sucedería al planeta porque eran capaces de interpretar la calidad de la energía que el universo necesitaba de la Tierra.
Nosotros generamos energía emocional y ésta es la principal forma de energía que la Tierra transmite al Sol. Desde el Sol, se irradia energía emocional hacia el resto del  universo. El Sol controla la Tierra y toma decisiones que la afectan.

El Sol nos manda luz. En la luz solar está toda la información que el Sol quiere enviar a la Tierra. La luz es energía. Toda la energía tiene memoria, de modo que toda la información puede almacenarse en la luz. La luz solar transporta información a todo el planeta y provoca en él reacciones. La Tierra contiene energía, material y emocional. En respuesta a la información codificada en la luz solar la Tierra le proporciona al Sol la energía que este y desea.

Teilhard de Chardin, el gran filosofo jesuita, bautizo con el nombre de "noosfera" la calidad de la mente y el pensamiento que rodea el planeta. La noosfera es el órgano mental que esta formado por todas las mentes humanas juntas. Esta idea explica la simultaneidad de inventos y el modo en que una idea pasa con rapidez de una mente a otra y conduce a cambios del pensamiento humano.

Rupert Sheldrake es un bioquímico británico que propuso la teoría de la causación formativa, en la que cada sistema natural, desde los cristales hasta los seres humanos, comparten un campo mórfico. Las entidades individuales de cada campo heredan una memoria colectiva, que dirige sus hábitos de conducta y reproducción de acuerdo con su clase.

En un campo especifico, una "resonancia mórfica" opera a través del espacio y del tiempo. cada campo es una unidad y todos los campos están en constante evolución, desde los átomos hasta las galaxias. Sheldrake escribe: "Según la hipótesis de la causación formativa en cierto sentido estos campos todavía existen, aunque no pueden expresarse porque no hay nada en sintonía con ellos. 

Aunque el Sol es también receptor de información de un sistema vivo aun mayor en el centro de la galaxia, para nosotros que vivimos en la Tierra, el Sol es la fuente de nuestra evolución. Un río continuo de luz viaja del Sol a la Tierra y contiene las vibraciones de cada individuo y de cada campo de vida en la Tierra. Para que se produzca un cambio evolutivo, el Sol emite una vibración alterada de la luz solar. El organismo receptor reacciona y transmite su respuesta de regreso al Sol, en una constante interacción de energías, que hace que Todos seamos Uno.

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