sábado, 13 de noviembre de 2021

LA TRASCENDENCIA



 La trascendencia, una fortaleza vital excepcional

Trascender, ir más allá de lo aparente y convencional para alcanzar conocimientos más amplios, libres y enriquecedores. Este es el último estadio del desarrollo humano según Abraham Maslow, una fortaleza psicológica que todos deberíamos desarrollar.

La trascendencia es movimiento, flexibilidad y apertura psicológica. Es también elevarse más allá de lo ordinario para conectar con un conocimiento más amplio, libre de convencionalismos, miedos e inseguridades personales. Abraham Maslow, exponente de la psicología humanista, sitúo esta fortaleza psicológica en la cumbre de su ya clásica pirámide de necesidades.

Pocos conceptos resultan tan interesantes y atractivos desde buena parte de las principales áreas de conocimiento. Para la filosofía, por ejemplo, se entiende la trascendencia como todo aquello que está más allá del mundo tangible. Emmanuel Kant dijo que este estado define ni más ni menos que la capacidad de la razón para adquirir conocimientos más elevados, más sofisticados.

William James, padre de la psicología americana y pionero en el estudio psicológico, señalo algo inspirador sobre este concepto. Para él, la trascendencia era una de las emociones más intensas y, un modo de acariciarla, de hacerla nuestra, era a través de la naturaleza. el asombro y la belleza cautivadora de un escenario natural puede invocar en nosotros esa sensación.

Como vemos, estamos ante una dimensión con múltiples definiciones y apreciaciones, pero todas ellas resultan reveladoras e interesantes. Lo analizamos.

La trascendencia, una fortaleza vital que todos deberíamos desarrollar

Es posible que el término "trascendencia" tenga para muchos una connotación que navega entre lo espiritual y lo místico. Sin embargo, tiene mucho de científico. La psicología lleva décadas manejando este concepto como sustrato del propio bienestar.

Podríamos decir que la trascendencia es la hermana de la autorrealización y que esta es el punto del desarrollo humano en el que uno alcanza la plenitud consigo mismo en relación con el mundo. Estamos ante un entidad holística qué integra todas esas piezas que deberían conformar el resultado de todos nuestros avances, tanto emocionales, como intelectuales y sociales. Conozcamos más aspectos.

Tipos de trascendencia

No hay un solo tipo de trascendencia, en realidad hay múltiples "escalones" que uno va alcanzado en ese viaje personal de descubrimientos y aprendizajes vitales. De hecho, en el libro de Abraham Maslow, The Farther Reaches of Human Nature, se nos ofrecen poderosas claves para conquistar esa autorrealización paulatina.

No obstante, es decisivo comprender primero todas sus formas y expresiones: 

Trascendencia del ego.  En este caso, implicaría mucho más que desactivar el clásico narcisismo y egoísmo tan arraigado en nuestra sociedad. Supone trabajar en uno mismo para ser útil a los demás, para que nuestro ser trascienda y dé siempre lo mejor de sí al resto. Es también, saber estar en armonía con todo lo que nos envuelve, incluida la naturaleza.

Trascendencia cultural. La cultura no deja de ser un producto construido por la propia humanidad. Debemos atravesar ese envoltorio y adquirir una mirada más crítica para saber qué es mentira, qué es útil y qué es mejor dejar a un lado.

La trascendencia del pasado. El bienestar psicológico requiere siempre liberarnos del ayer que duele para abrazarnos al presente.

Trascender al dolor. En esta dimensión siempre es de utilidad nombrar a Viktor Frankl y su búsqueda del sentido, ese intento por seguir encontrando significantes vitales a pesar del dolor, de la adversidad, del sufrimiento...Trascender a lo más oscuro de nuestra existencia nos permite ser libres, responsables, sabios....

¿Cómo puedo alcanzar la trascendencia?

La trascendencia no llega al cumplir los 40, ni los 60. No es una etapa normativa del desarrollo humano, es un estado de autorreflexión, de trabajo constante con uno mismo, de voluntad expresa por se un poco mejor cada día --tanto con nosotros como con nuestro entorno--.

Señala Jonathan Haidt, psicólogo social de la Universidad de Nueva York, que la trascendencia requiere de una emoción que no practicamos en exceso: el asombro. Ese estado emocional se logra mediante el descubrimiento, la experimentación, la búsqueda del aprendizaje constante....

Veamos a continuación qué dimensiones deberíamos poner en práctica para alcanzar la trascendencia.

Trascender es bajarse del tiovivo

Trascender requiere atrevernos a dar el salto para bajarse del tiovivo, de esa realidad pautada que solo da vueltas sobre sí misma. Muchos lo describirían como "despertar de Matrix", un concepto algo cinematográfico, pero que encierra una metáfora muy real. Por tanto, estas son las dimensiones que deberíamos considerar para lograrlo:

Descubre aquello que da sentido a tu vida. Clarifica tus valores.

Práctica la excelencia. Da lo mejor de ti en cada cosa que haces.

Toma tus propias decisiones, no te dejes influenciar, ni dominar.

Sé curioso, sé crítico, atiende lo que otros no aprecian, pon tu mirada en esos detalles que a otros se les escapa.

Revaloriza tu escala de necesidades. Habrá muchas cosas que no son realmente útiles.

Aprende cosas nuevas cada día.

Acepta a las personas tal y como son. Acepta también a la naturaleza tal y como es, no quieras transformarla.

Deja a un lado la polaridad, la diferencia, la distancia.....En este mundo todos somos breves inquilinos, intenta dejar una huella de crecimiento, no una marca traumática.

Para concluir, la semilla de la autotrascendencia reside en todos nosotros. Hacerla germinar y florecer es una tarea que exige dedicación, tiempo y valentía. Los resultados son extraordinarios.

Valeria Sabater


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