miércoles, 17 de noviembre de 2021

EN EL VIENTRE MATERNO



El útero es el resultado de millones de años de evolución, está concebido para dar cobijo  y proteger al futuro niño, para que este tenga cubiertas todas sus necesidades desde el primer momento y en cualquier circunstancia.

El feto experimenta como suyo lo que vive dentro del vientre materno, que es lo mismo que vive la madre aunque traducido a sensaciones y sentimientos. Es decir, si la madre,  sufre un estrés continuado por las circunstancias difíciles e intensas en las que se encuentra, el feto sentirá también cierta incomodidad.

 El espacio uterino que lo sostiene y cobija se convertirá así en un ambiente no muy agradable. De ahí que los sensibles inicios del viaje de la vida en el seno materno tengan tanta importancia,

Hay una diferencia clara entre cómo siente la madre y cómo siente el feto: la madre usa el filtro del pensamiento y el feto siente de forma directa. Es decir, la madre tiene la posibilidad de racionalizar y entender lo que está ocurriendo. Ella podrá usar la mente racional para protegerse del sentimiento y entender, indagar y decidir cómo y por qué siente de ese modo. Así podrá tratar de quitarle importancia al suceso o relativizarlo. Sin embargo, el bebé no tiene esa posibilidad. El siente sin filtro de pensamiento, dado que aún no dispone de esa capacidad.

En las primeras etapas de gestación el embrión traslada lo que ocurre en su entorno a solo dos movimientos que están relacionados directamente con su supervivencia: expansión o contracción. Expansión indica ir hacia fuera, crecer y vivir. Contracción indica ir hacia dentro, marchitarse y sucumbir.

Sea lo que sea lo que ocurra fuera del útero, el embrión traducirá toda sensación o movimiento exterior al impulso de existir o de dejar de existir, de crecer o de desaparecer. Imagina lo que vive un feto si la madre siente un malestar que además tenga que ver con él; por ejemplo, el caso de un bebe no esperado inicialmente por cualquier motivo.

En etapas posteriores de la gestación, el feto puede traducir las sensaciones agradables que vive la madre en arquetipos esenciales, como son luz, amor, apertura o, cuando se trata de sensaciones desagradables, en oscuridad, ahogo, carencia o amenaza a la vida. 

Si lo que el feto percibe a través de sus sentidos es una continua amenaza, tenderá a la contracción y a la inmovilización. Si siente un peligro inminente, estará acelerado y en movimiento, como su quisiera escapar de ese lugar. Además de sensaciones y sentimientos también percibe movimientos, sonidos y gustos.

La calidad y frecuencia con la que estos se perciban afectará al comportamiento del futuro bebé. Es decir, si en el útero materno, el feto percibe movimientos suaves y rítmicos que origina la madre en su andar, levantarse, desplazarse o bailar, estos serán incorporados como fuentes de bienestar.

Lo mismo sucederá con los sonidos suaves y la voz amorosa de la madre y del padre. Así, las tendencias iniciales conformarán los primeros pasos del camino de su vida.


No hay comentarios:

Publicar un comentario