sábado, 29 de octubre de 2016

SUFRIR DOS VECES






 
 
Todos los seres humanos estamos de acuerdo en una cosa: Ninguno quiere sufrir, todos deseamos evitar los sufrimientos y, recordemos; el dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional y en ninguno de los casos nos sirve de nada.

 
Decía Seneca: “SUFRIR ANTES DE TIEMPO, ES SUFRIR DOS VECES” y es cierto, la mayoría de veces, como demuestran varios estudios hechos al respecto, el ser humano sufre por cosas que no le van a suceder nunca.

Nos aferramos a las cosas, a las personas, a la casa, al coche, a aquella chaqueta que nos queda tan bien hoy…. Y a tantas y tantas cosas.

 
Nos han enseñado a retener, a mantener una estructura fija en la que existan los menos cambios posibles. A conservar rutinas, a estar aburridos con lo que nos da seguridad, pero seguro no hay nada solo es una ilusión. Todos sabemos que la vida nos cambia en un segundo. Todos los seres humanos estamos cambiando desde que nacemos. Todo se mueve siempre en un reajuste perpetuo en el cual pretender que las cosas sigan igual no tiene sentido.

 
Tenemos la percepción de que si las cosas cambian va a ser todo peor. Nos parece que estamos en un punto que sin estar genial, no estamos mal. Y retenemos y sujetamos. Si lográsemos distanciarnos de las situaciones podríamos observarlas, y estableceríamos un espacio entre lo que observo y yo mismo. Una dimensión en la que puedo abrirme y mirar de nuevo con otros ojos y a poder decidir. La mayoría de las veces  nos falta distancia y nos falta fijar la atención en lo importante, en el fondo de las cosas no en la forma.

 
Si nuestra atención está todo el tiempo sobre algo concreto le damos vida, le colocamos en un lugar preferente que nos ocupara por completo. Si desviamos nuestra atención hacia otro lado, lo que nos preocupa, lo que nos inquieta o lo que nos entristece dejará de estar en nuestro punto de mira y no lo estaremos retroalimentando constantemente, nuestra energía se centrara en la solución del problema resolviéndolo.

 
Debemos ejercitar el arte de soltar, de pasar página, de cerrar etapas, si no lo hacemos así, nos estaremos obligando a llevar una mochila demasiado pesada a nuestra espalda, llena de cosas que ya no nos son de utilidad, y nos impiden avanzar y caminar correctamente.

 
Posiblemente, una clave sea, elegir bien dónde colocamos nuestra mente, nuestra atención. Nuestra mente tiene que estar en lo movible, en lo que cambia, en la vida real que es el presente, ya que el pasado es eso pasado y el futuro no es más que un presente continuo.

 
Si algo te molesta, te obsesiona o te preocupa….dale espacio, déjalo fuera de tu perspectiva, coloca la atención en otro lado y observa los resultados.

Puede que otra de las claves sea:

“NO DEJARNOS POSEER, POR LO QUE POSEEMOS”. Y ENFRENTAR LOS PROBLEMAS CUANDO LLEGAN. NO ANTES DE QUE SUCEDAN.

 

Esteban  Perez

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