domingo, 16 de octubre de 2016

HALLOWEEN




Halloween (contracción de All Hallows´ Eve,”víspera de todos los Santos), también conocido como Noche de Brujas, es una fiesta moderna resultado del sincretismo originado por la cristianización de las fiestas del fin del verano de origen celta.

Según la teoría tradicional tiene su origen en una festividad céltica conocida como Samhain, que deriva del irlandés antiguo y significa fin del verano. En el Samhain se celebraba el fin de la temporada de cosechas, y era considerada como el “Año Nuevo Celta”, que comenzaba con la estación oscura.

Los antiguos celtas creían que la línea que une este mundo con el “otro mundo” se estrechaba con la llegada del Samhain, permitiendo a los espíritus (tanto benévolos como malévolos) pasar a través. Los ancestros familiares eran invitados y homenajeados mientras que los espíritus dañinos eran alejados. Se cree que el uso de los trajes y máscaras se debe a la necesidad de ahuyentar a los espíritus malignos.

Institucionalización del Halloween por la iglesia católica.

En una época en la que predominaban las festividades “paganas”, los papas Gregorio III (731-741) y Gregorio IV (827-844) intentaron suplantarla por una festividad católica (Día de Todos los Santos) que fue trasladada del 13 de Mayo al 1 de noviembre.

Expansión a Norteamérica
En el año 1840 esta festividad llega a Estados Unidos y Canadá donde queda fuertemente arraigada. Los inmigrantes irlandeses transmitieron versiones de la tradición durante la Gran hambruna irlandesa. Fueron ellos los que difundieron la costumbre de tallar los Jack-o`-lantern (calabaza gigante hueca con una vela dentro), inspirada en la leyenda de “Jack el Tacaño”.

Sin embargo, la fiesta no comenzó a celebrarse masivamente hasta 1921. Este año se celebró el primer desfile de Halloween en Minnesota y luego le siguieron otros estados. La fiesta adquirió una progresiva popularidad en las siguientes décadas. Algunos países latinoamericanos, conociendo esta festividad tienen sin embargo sus propias tradiciones y celebraciones ese mismo día, aunque coinciden en cuanto a su significado: la unión o extrema cercanía del mundo de los vivos y el reino de los muertos.
Leyenda de Jack-o’-Lantern.
Existe una leyenda irlandesa que cuenta la historia de un pillo llamado Jack, el Tacaño. Al diablo le llego el rumor de un alma tan negra y acudió a comprobar si efectivamente era así. Disfrazado de un hombre normal acudió al pueblo de éste y se puso a beber con él durante largas horas, revelando su identidad tras ver que en efecto Jack era un auténtico malvado.  Cuando Lucifer le dijo que venía a llevárselo para hacerle pagar por sus pecados, Jack le pidió que bebieran juntos una ronda más, como última voluntad. El diablo se lo concedió, pero al ir a pagar ninguno de los dos tenía dinero, así que Jack retó a Lucifer a convertirse en una moneda para demostrar sus poderes. Satanás lo hizo, pero en lugar de pagar con la moneda, Jack la metió en su bolsillo, donde llevaba un crucifijo de plata. Incapaz de salir de allí el diablo ordenó al granjero que le dejara libre, pero Jack respondió que no lo  haría a menos que prometiera volver al infierno para no molestarle durante un año.

Transcurrido ese tiempo, el diablo apareció de nuevo en casa de Jack para llevárselo al inframundo, pero de nuevo Jack pidió un último deseo, en este caso, que el amo de las tinieblas cogiera una manzana situada en lo alto de un árbol para así tener una última comida antes de su tormento eterno. Lucifer accedió, pero cuando se hallaba trepado en el árbol, Jack talló una cruz en el tronco para que no pudiera escapar. En esta ocasión pidió no ser molestado en diez años, además de otra condición: que nunca pudiera el diablo reclamar su alma para el inframundo. Satanás accedió y Jack se vio libre de su amenaza.

Su destino no fue mejor: tras morir (mucho antes de transcurridos esos diez años pactados), Jack se aprestó a ir al cielo, pero fue detenido en las puertas de San Pedro, impidiéndosele el paso pues no podían aceptarle por su mala vida pasada, siendo enviado al infierno. Para su desgracia allí tampoco podían aceptarlo debido al trato que había realizado con el diablo, quien de paso le expulsó de su reino y, despechado, le arrojo a Jack una ascuas ardientes, las cuales el granjero atrapó con un nabo hueco, mientras burlonamente agradecía la improvisada linterna. Así quedo condenado a deambular por los caminos sin más luz que  dicha linterna en un eterno vagar entre los reinos del bien y del mal.

Con el paso del tiempo Jack el Tacaño fue conocido como Jack el de la Linterna o “Jack of the Lantern”,  nombre que se abrevió al definitivo “Jack O’Lantern”. Esta es la razón de usar nabos (y más tarde calabazas), al imitar con su color el resplandor de las ascuas infernales) para alumbrar el camino a los difuntos en Halloween, y también el motivo de decorar las casas con estas figuras horrendas para evitar que Jack llamara a la puerta de las casas.

En España, debido a su origen celta hay un número considerable de tradiciones relacionadas con los espíritus, siendo probablemente las más famosas las meigas y la Santa Compaña de Galicia. En Asturias, en el siglo XVIII, los niños llevaban lámparas y pedían comida a las puertas de las casas durante esa noche. Por ejemplo en la actual comunidad de Madrid, se tienen registros de numerosos municipios en los que se decoraban las casas con calabazas, a las que les hacían agujeros en su interior para simular una cara con ojos, nariz y boca y se introducía una vela o lun dentro con el objetivo de invocar espíritus protectores y asustar a la gente generando una atmosfera de terror.

También era costumbre tocar una campanilla durante toda la noche hasta la madrugada y en muchas ocasiones la gente vestía de negro. Se llevaban luces a los cementerios para “guiar” a los muertos y se limpiaban las tumbas. En Soria, Castilla y León, se celebra una procesión muy famosa llamada “Ritual de las Ánimas”, en la que las personas cantan por la noche mientras llevan en las manos velas protegidas por botes, calabazas o cacharros de barro agujereados para finalmente hacer una gran hoguera. Esta tradición fue inmortalizada  por Gustavo Adolfo Bécquer en su cuento de terror “El monte de las ánimas”. (1862)

Muchas de estas tradiciones paganas convivían con otras religiosas, principalmente cristianas como el Día de Todos los Santos, sin embargo en épocas en las que hubo gobiernos fuertemente religiosos, se buscó que la Iglesia tuviera el monopolio de las celebraciones festivas.

Feliz Halloween 2018

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