domingo, 9 de octubre de 2016

EL ABRAZO



El ser humano necesita que lo necesiten, eso constituye una de sus necesidades fundamentales. Si no te muestran afecto comienzas a morir, y a menos que sientas que eres importante para alguien, aunque solo sea una persona, tu vida carece de sentido. Por eso el amor es la mejor terapia.

Se ha observado que si no se abraza a un niño, este empieza como a retroceder, incluso puede morir, aunque se le proporcione todo lo necesario. Se le habrán dispensado todos los cuidados corporales, pero no ha estado rodeado de cariño. Se ha quedado aislado, sin conexión con la existencia.

No cabe duda de que el amor es el fenómeno más terapéutico. A Freud le aterrorizaba tanto, tanto… Jamás se le habría ocurrido abrazar a un paciente, no siquiera estaba dispuesto a mirarlo cara a cara, porque al escuchar sus miserias, sus pesadillas, podría haber empezado a sentir compasión, podrían habérsele humedecido los ojos, echarse a llorar o incluso tomarle de la mano.

Le tenía tanto miedo a una relación afectuosa entre terapeuta y paciente que invento la siguiente estrategia: el paciente tenía que estar tendido en un diván, y detrás se sentaba el psicoanalista, de modo que no se vieran cara a cara. Y no hay que olvidar una cosa muy importante; que solo cuando nos miramos a cara a cara crece el amor.

A Freud le daba mucho miedo el amor; tenía miedo de su amor reprimido, de enredarse, de relacionarse. Quería quedarse fuera, no implicarse con la persona, no formar parte de su interioridad, no adentrarse en aguas profundas y limitarse a ser un observador científico, distante, lejano. Quería crear el psicoanálisis como  una ciencia, pero no lo es ni lo será nunca. Es un arte, mucho más próximo al amor que a la lógica.

Wilhelm Reich, fue quien transformo la fisonomía del psicoanálisis, al establecer una relación con el paciente. Desecho el diván y la actitud distante que representa. Si no tienes miedo de tus propias represiones puedes ayudar mucho a quien lo necesita. Si no tienes miedo de tu inconsciente, si has resuelto un poco tus problemas puedes ayudar participando y no siendo solo un observador.

Somos como una cebolla, una capa encima de otra, pero cuando pelas una cebolla encuentras capas nuevas. Lo mismo ocurre con el hombre, si profundizas en ti siempre encontraras al niño inocente, y ponerse en contacto con él siempre es terapéutico.

Abrazar te proporciona un contacto inmediato con tu niño. Cuando abrazas a alguien con calor, con amor, tu corazón fluye y entras en contacto con tu niño que sale a la superficie, y aunque solo se unos segundos te sana porque es una energía inocente, sin corromper. Has iniciado un proceso de curación lo has desencadenado.

El abrazo es el camino del corazón, y el corazón es el origen de toda curación.

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