lunes, 4 de abril de 2016

SOMOS NUESTRA PERCEPCIÓN







La física cuántica ha confirmado lo que los sabios enseñaban a través de los siglos.

Aquello que percibimos y a lo que aplicamos nuestra intención determina nuestra realidad individual. Nosotros de hecho, estamos totalmente a cargo de cómo percibimos el mundo que nos rodea, y ésta es la verdad subyacente que está siendo ocultada a la humanidad.

 

Completamente contrario al modelo determinista que nos han enseñado, nuestro ser no es el resultado de factores fijos en los que tenemos muy poca influencia, sino todo lo contrario.

Literalmente, somos una proyección de nuestra propia conciencia. El resto depende de nosotros, de como permitimos que la proyección ilusoria puesta ante nosotros determine nuestra realidad.

 

Cuando crecemos para captar más plenamente la importancia de este hecho, las cosas empiezan a encajar. Una vez que esta verdad es descubierta, de hecho, experimentada como debe ser, la majestuosidad de la existencia se abre y la limitación de las concepciones de la mente desaparece como si nunca hubieran existido.

Debido a que en esencia no existen. Fue sólo real desde una percepción limitada, manipulada deliberadamente que creó un circuito ilusorio de retroalimentación, dando la apariencia de que no había otras posibilidades.

 

Saber lo que está pasando a nuestro alrededor es sólo el principio. No podemos empezar a conocer las soluciones profundas esenciales de nuestras almas, operando dentro de la densidad impuesta desde el exterior. Primero tenemos que transcender de manera segura y luego operar desde una perspectiva claramente distanciada.

Hay un tiempo para todo, pero si vamos a darnos cuenta de las verdaderas soluciones para nuestro planeta y sus habitantes, necesitamos saber desde donde estamos trabajando, y poder así ver lo que tenemos que hacer con una visión cristalina a partir de una base firme de amorosa verdad.

 

Más aún, tenemos que volver a descubrir y darnos cuenta de las verdaderas herramientas de poder espiritual que tenemos a nuestra disposición. Ha medida que lo hacemos superaremos las dificultades.

 

La verdad es indescriptible en términos mentales, por eso estamos tan impresionados por las ideas de la naturaleza, los fractales, la geometría sagrada y este magnífico diseño físico como la obra de algo que sabemos es mucho más espectacular yaciendo detrás de él.

Hay muchos tipos y niveles de verdad, pero la verdad última es fundamentalmente una experiencia interactiva y permanente con nuestro interconectado universo consciente, dentro del cual todos estamos magníficamente tejidos.

 

Hay muchos niveles de despertar pero cada uno es más sorprendente que el anterior. Lo que debe impulsarnos a nosotros, no es sólo el maravilloso camino del descubrimiento personal, sino acceder a los recursos que necesitamos para disolver el lazo establecido para aquellos que aún no conocen su situación dentro de este mundo inferior de control y engaño.

 

No existe mayor fuerza impulsora que el imparable poder de la compasión empática.

 

Compartimos el dolor de todos los que siguen atrapados y cegados por el gran engaño, y por nuestra misma conectividad estamos vinculados por amor a despertar  nuestro estado más facultado posible para ayudar a lograr la transformación que todos estamos esperando.

 

Fuente Biblioteca Pleyades.

 

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