sábado, 25 de julio de 2015

LIMITACIÓNES MENTALES.


 


Zancadillas mentales para no avanzar.


A veces la única barrera que nos impide avanzar y alcanzar nuestras metas, somos nosotros mismos, o más  bien, nuestra mente. Si no controlas tu mente, esta terminará controlándote.

Cada vez que creemos que solo existe una manera de hacer las cosas, nos estamos limitando. Cada vez que abrazamos ciegamente la tradición, nos cerramos a la novedad. Cada vez que pensamos en términos de pérdidas y fracaso, nos ponemos la zancadilla mental. Y lo peor de todo, es que hacemos estas cosas día tras día, sin ser conscientes de ello.

La voz que escuchas en tu mente: ¿De quién es?

A menudo esa voz que suena en nuestra mente, sobre todo cuando es denigrante o acusadora, no proviene de nuestro “yo”. Pueden ser las voces de diferentes personas significativas de nuestra vida, sobre todo en la infancia y adolescencia.

De hecho, si prestas atención a algunas de las frases que te dices a ti mismo cuando se desencadena ese diálogo interior, te darás cuenta de que esas frases no te pertenecen y, si escudriñas en tu pasado, encontraras a su verdadero dueño. Pueden ser tus padres, un profesor o incluso ese niño del colegio que te hacía la vida imposible.

Esas frases, que probablemente laceraron tu autoestima, se quedaron en tu memoria y, con el paso del tiempo, las has asumido como propias, pero en realidad no te pertenecen, son la visión que los demás tenían sobre un “yo” que ya no existe y que probablemente ni siquiera existió. Cuando comiences a prestarle atención a ese diálogo interior, te darás cuenta de que muchas de tus creencias tóxicas provienen de pensamientos que te inculcaron otras personas.

Las tres creencias tóxicas más comunes que te impiden avanzar.

Aunque pueda parecer un contrasentido, lo cierto es que no siempre queremos avanzar. A veces estamos cómodos en el sitio donde estamos, o tenemos miedo a lo desconocido, de forma que preferimos no movernos. Sin embargo, no lo reconocemos, nos convertimos en nuestro peor enemigo, nos ponemos la zancadilla a propósito.

Estas son algunas de las creencias más dañinas que cultivas en tu mente, quizás sin darte cuenta:

1.- “No es el momento adecuado”

La procrastinación  es un problema serio que puede hacerte perder oportunidades únicas. Postergar continuamente tus sueños, hará que llegues a la recta final sin haberlos cumplido. Y lo que es aún peor: te recriminaras por haber dejado pasar la ocasión.

En realidad detrás de la creencia de que no es el momento adecuado solo se esconde falta de motivación o miedo. Lo que sucede es que nos da miedo salir de nuestra zona de confort porque no sabemos lo que encontraremos fuera. Como resultado, preferimos engañarnos diciendo que no es el momento adecuado.

2.- “No soy un experto”

La sociedad no ha hecho creer que si no somos lo suficientemente buenos en algo, es mejor que no lo intentemos. Sin embargo este camino solo sirve para cerrar puertas, no deja espacio para el aprendizaje y el crecimiento.

Lo cierto es que nadie nació sabiendo, los que hoy son expertos en algún sector, ayer no lo eran, lo que les hace diferentes es el tiempo y el esfuerzo que han dedicado a su pasión. Preocúpate por disfrutar lo que haces, y no te escudes detrás del perfeccionamiento porque con la práctica, los resultados mejoraran.

3.- “Seguramente fracasaré”

Henry Ford, uno de los emprendedores con más éxito de todos los tiempos, afirmaba: “Tanto si piensas que puedes, como si piensas que no puedes, en ambos casos tienes razón”. Y es que tu mente es tu mejor aliada, o tu peor enemiga.

Por supuesto, una dosis de negativismo estratégico puede ser conveniente ya que ayuda a prepararte para el peor escenario. Sin embargo, pensar que vas a fracasar de antemano implica adoptar una actitud derrotista que no te conducirá por buen camino sino que ira desgastando poco a poco tu motivación.

No se trata de asumir una actitud positivista a ultranza, pero si comienzas un proyecto pensando que fracasaras, no llegaras muy lejos. Recuerda que la esperanza es nuestro motor impulsor más potente. Por tanto, no dejes que nadie te la arrebate, ni siquiera tú mismo.

Por Jennifer Delgado

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