Parásitos Energéticos – Cuidando Nuestra Energía Vital
Hoy quiero
hablarte de algo poderoso, invisible, pero muy real: los parásitos
energéticos. Estas entidades, muchas veces nacidas de pensamientos densos o
de influencias externas, pueden instalarse en nuestros cuerpos sutiles y
empezar a drenar lo más valioso que tenemos: nuestra energía vital.
Al
alimentarse de nuestras emociones más bajas —como el miedo, la tristeza, la
culpa o el enfado—, estos parásitos no solo nos debilitan, sino que pueden
llegar a desencadenar malestares físicos, emocionales y espirituales.
Como
terapeutas, o simplemente como personas sensibles, buscamos protegernos de ambientes
cargados o personas tóxicas. Sin embargo, hay formas mucho más sutiles
de quedar expuestas. Por ejemplo: cuando alguien nos comparte un problema que
resuena profundamente con algo que hemos vivido, bajamos la guardia.
Empatizamos, revivimos… y sin darnos cuenta, abrimos la puerta. Ahí es cuando,
a veces, esa persona sin querer absorbe nuestra energía o incluso nos transmite
uno de estos parásitos.
Y lo más
fuerte es que muchas veces estas transferencias vienen de personas que nos
quieren. Por eso es tan importante no bajar nuestras barreras, incluso
cuando estamos con alguien de confianza. La energía no distingue intenciones,
solo frecuencias.
¿Cómo saber si estamos siendo
afectadas? Atentas a estas señales:
- Cansancio físico sin razón
aparente
- Cambios bruscos de humor
- Sensación de pesadez o desgano
- Pesadillas frecuentes o
dificultad para dormir
Estos son
indicios de que algo no está bien. Pero la buena noticia es que tenemos el
poder de cambiarlo.
El primer
paso es evitar caer en estados emocionales densos. Si te sientes mal, reconócelo,
transítalo, pero no te quedes allí. Estas emociones debilitan tu campo
energético, generando pequeñas grietas por donde estas entidades pueden entrar.
¡Y eso no lo vamos a permitir!
Ahora bien,
una vez que detectamos estas señales, es hora de limpiar nuestro campo
energético. Aquí te comparto una de mis rutinas personales, sencilla pero
muy potente:
✨ Baño de
limpieza energética:
Prepara una infusión con:
- 1 litro de agua
- 1 cucharada de sal gruesa
- Un pellizco de ruda
- Un pellizco de romero
- Un pellizco de albahaca
- Un pellizco de lavanda
- Medio limón
Hierve todo,
deja enfriar y después de ducharte normalmente, vierte esta preparación desde
la cabeza hasta los pies. Mientras lo haces, visualiza cómo lo negativo se
disuelve y se va por el desagüe. Puedes acompañarlo con afirmaciones como
“libero todo lo que no me pertenece” o “mi luz me protege y me guía”.
También
puedes usar incienso o palo santo para limpiar a otra persona. Pasa el
humo por su campo energético con intención amorosa y consciente.
Y si notas
que esa persona está atrapada a alguien, a una situación o incluso a sus
propios miedos, haz este ejercicio: Pídele que piense en aquello que la tiene
atada. Cuando esté centrada, imagina que desde su ombligo sale una cuerda de
luz. Conecten desde el corazón. Visualiza esa cuerda y, con el índice y el
corazón de tu mano dominante, corta ese lazo con intención firme y compasiva.
Ayúdala a recuperar su libertad energética.
Recuerda: tú tienes el poder de proteger tu
energía, de sanar, de liberar y de guiar a otros. Pero para ello, primero debes
cuidar de ti. La energía no miente, y cuando estás en coherencia, tu luz se
vuelve un escudo impenetrable.
✨ Eres
luz. Eres fuerza. Eres conciencia.
No estás sola en este camino, y todo lo que necesitas para sanar, ya vive
dentro de ti.
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