sábado, 22 de enero de 2022

WABI-SABI



A principios del siglo XVI, un monje que hasta la actualidad se considera como el padre de la ceremonia moderna del té, llamado Sen No Rikyu, desafió la tradición de emplear inmaculados recipientes de porcelana china y eligió utilizar artefactos de cerámica japonesa  que no tenían la misma simetría que los otros, pero ¿Qué importaba?. Esta simple acción inauguro una de las filosofías más interesantes y completas del mundo WABI-SABI.

Durante muchos siglos, la perfección occidental se le ha atribuido a aquello que es liso. geométrico, simétrico, impoluto, esférico. No obstante, pocas cosas en la vida contiene todas estas características, de hecho la naturaleza -y todo lo que hay en ella- es genuinamente imperfecta. Y entre más nos alejemos del cerrado concepto de "lo bueno, lo malo, lo feo o lo bonito", más podremos contemplar la realidad y apreciar la grandeza que esta en los detalles.

Se trata de valorar los pequeños defectos que hay alrededor; desde un jardín hasta la taza de un café o un templo sintoísta en Japón. Según esta forma de ver la vida, la perfección (como la interpretamos en  Occidente no existe en la naturaleza ni en aquello que fabrican las manos humanas, entonces cada cosa es bella, tal cual es.

De los monasterios hasta la actualidad.

El uso de esta filosofía se puede rastrear hasta los antiguos salones de té, unos 700 años atrás. Si bien el té se introdujo en Japón en el siglo VIII, no fue hasta el siglo XIV que esta bebida se convirtió en un centro importante del budismo zen. Para tomar esta infusión los monjes se reunían en salas cubiertas por tatamis y bebían té verde. Dicha ceremonia estaba estrechamente ligada con la espiritualidad.

Wabi- sabi se compone de dos letras, Wabi se refiere a la simpleza de lo rustico y a la elegancia de lo sutil; y Sabi, que significa lo hermoso de la edad, la serenidad que viene con el tiempo, deterioro. Esta corriente estética llego al otro lado del mundo durante la década de los setenta como una contraposición a los productos masivos e industriales, que se hacían todos iguales y perfectos. Para muchos, el Wabi-Sabi representaba la posibilidad de regresarle a la autenticidad que le faltaba. 

Para entrar en el complejo universo de apreciar lo humilde en las diferentes disciplinas se adoptaron siete principios estéticos: limpieza, asimetría, naturalidad, belleza sutil, una gracia tímida, libertad y tranquilidad. Aunque hay que destacar que esto no es para nada una definición concreta ni un concepto fijo, la subjetividad y la interpretación propia juegan un papel clave en el considerar algo Wabi-Sabi.

Dichos ideales comenzaron a aplicarse  en el diseño y la decoración, ahora se pueden ver incluso en el desarrollo personal. Así como uno puede valorar una taza un poco deforme o una grieta por donde sale una plantita, también se puede vivir con las "imperfecciones de sí mismo -físicas o emocionales- y a ver el paso del tiempo como traedor de hermosura.

Esta filosofía propone que, en lugar de dejarnos atrapar en una vida ideal y ficticia, nos inspiremos en nuestras propias imperfecciones para cultivar lo más genuino que anida en nosotros.

Estas son algunas claves:

Cultivando la autenticidad dejaras de dar importancia a lo que opinan los demás.

Cultivando tu autocompasión, te cuidaras y te aceptaras.

Cultivando un espíritu resiliente dejaras atrás la parálisis y tendrás coraje para actuar.

Cultivando la creatividad podrás conocer tu talento intimo y transformar lo que te pase.

Cultivando el juego y la pausa eliminaras el estrés de estar siempre ocupado y corriendo.

Cultivando la calma y la quietud podrás reconectar con el cuerpo y respirar, quedarte en el presente.

Cultivando el hecho de perder el control recibirás los regalos de la libertad.

Eres un ser único y no necesitas ser perfecto, ni ser reparado, y menos sin reparar el pasado. Todo lo que necesitas es aceptarte desde el amor incondicional.   


No hay comentarios:

Publicar un comentario