sábado, 29 de enero de 2022

EL TIEMPO ESTA EN EL OJO DEL OBSERVADOR



El tiempo no es igual para todos los animales. Los más pequeños y con una velocidad metabólica mayor (como algunos pájaros) lo perciben más lentamente que los animales de gran volumen y con un metabolismo lento, como las tortugas gigantes, ha revelado un estudio. El hallazgo señala que existe todo un universo de detalles que sólo algunos animales pueden percibir.

Un equipo internacional de científicos, entre los que se encuentran investigadores del Trinity College Dublin (Irlanda), de la Universidad de Edimburgo y de la universidad de St Andrews (ambas en Escocia) ha demostrado que la capacidad de los animales para percibir el tiempo está relacionada con su ritmo de vida.

Así, la velocidad a la que el tiempo es percibido varía entre animales. Por ejemplo; las moscas son capaces de evitar un rollo de papel de periódico que va a matarlas gracias a que observan el movimiento en escalas temporales más finas de lo que nuestros ojos pueden alcanzar. Esto les permite esquivar el papel del mismo modo que los protagonistas de la película The Matrix esquivaban las balas.

En general, el estudio demostró que los animales de tamaño pequeño con velocidades metabólicas mayores, como algunos pájaros, perciben más información en una unidad de tiempo, experimentando por tanto el tiempo más lentamente que los animales de gran volumen con un metabolismo lento, como las tortugas gigantes.

Un universo de detalles

El profesor de la Facultad de Ciencias Naturales del Trinity  de Dublin y autor de la investigación, Andrew Jackson, explica en un comunicado de dicha Universidad que: “Para un organismo, la ecología consiste en encontrar un espacio en el que garantizase el éxito y que nadie más pueda ocupar. Nuestros resultados sugieren que la percepción del tiempo supone una dimensión aún no analizada de especialización animal, y que este sistema debería estudiarse con detenimiento”.

“Estamos empezando a comprender que hay todo un universo de detalles que sólo algunos animales pueden percibir, y resulta fascinante pensar en cómo éstos pueden percibir el mundo de manera distinta a como lo hacemos nosotros”, continua Jackson.

“Nuestros resultados señalan la importancia de la percepción del tiempo para animales cuya vida depende de dicha percepción, pues suelen ser víctimas de organismos de movimiento rápido, como los depredadores”, comenta por su  parte el autor principal de la investigación, Kevin Healy.

La capacidad para percibir el tiempo y sus variaciones se puede demostrar con todos los animales, a través de un fenómeno llamado Frecuencia Crítica de Parpadeo.

Este fenómeno, basado en la velocidad máxima de los destellos de luz que un individuo puede distinguir antes de pasar a percibir la luz como una constante, es el principio subyacente a la ilusión de que no parpadeamos ante las pantallas de televisión, de los ordenadores o del cine.

También es la razón por la que los perros parpadean mucho cuando ven la televisión, ya que sus ojos tienen una frecuencia de actualización más alta que la de la pantalla del televisor.

Ver el tiempo en alta resolución

Los investigadores aprovecharon la Frecuencia Crítica de Parpadeo para explicar la variación observada en la percepción del tiempo a través de una amplia variedad de animales, lo que mostró que los animales más ágiles poseen una capacidad más refinada de ver el tiempo a altas resoluciones.

Graeme Ruxton, de la Universidad de St Andrews y colaborador del proyecto de investigación, señala que estos animales: “Tienen ojos que envían actualizaciones al cerebro a frecuencias mucho más altas que nuestros ojos; pero esto no tendría ningún valor si el cerebro no pudiera procesar esa información con la misma rapidez. Por tanto, este trabajo destaca las impresionantes capacidades incluso de los cerebros de los animales más pequeños. Las moscas pueden no ser unas pensadoras profundas, pero sí que pueden tomar decisiones a toda velocidad”

Lucas McNally de la Universidad de Edimburgo añade: “Los animales también pueden utilizar la variación en la percepción del tiempo para enviar señales encubiertas, por ejemplo, muchas especies, como las luciérnagas y otras que habitan en las profundidades del mar, utilizan luces intermitentes a modo de señales. Los depredadores con más volumen y más lentos pueden no ser capaces de decodificar dichas señales, si su sistema visual no es lo suficientemente rápido, lo que proporciona a los señaladores un canal de comunicación secreto”.

Fuente: Tendencias 21

 

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