domingo, 27 de octubre de 2019

LA INDEFENSIÓN APRENDIDA




Cuando el maltrato se convierte en costumbre

Las conductas de indefensión son habituales en las víctimas que sufren maltrato. En ocasiones llega a un límite donde asumir que uno no tiene control sobre nada y que hagamos lo que hagamos, no cambiará esa realidad tan adversa.

La experiencia de la indefensión aprendida en las víctimas que sufren malos tratos es un fenómeno común. Ello explica por ejemplo, por qué en estas dinámicas relacionales tan dañinas, la persona sea incapaz de reaccionar ante una conducta que atenta contra su integridad física y emocional. Son sin duda situaciones muy complejas que debemos saber comprender.

Ser sensibles a este tipo de realidades es sin duda un elemento fundamental. De algún modo, algo que se preguntan muchas personas que no conocen de cerca este delicado universo del maltrato en la pareja, es por qué quien es víctima de cualquier tipo de abuso, no es capaz de emitir cualquier tipo de respuesta que ponga fin a esta situación. La indefensión aprendida es en gran parte de los casos la principal respuesta.

Por llamativo que nos parezca, es muy fácil caer en este tipo de espirales de dolor y vulneración absoluta. Lo es porque a pesar del daño evidente, existe el amor. Un amor mal entendido, nocivo, toxico, es cierto, pero amor al fin y al cabo. Aparece a su vez, un vínculo basado en la dependencia, también en el miedo y en esa capacidad a la hora de ver de manera clara y objetiva lo que está sucediendo.

Debemos entender que estar expuestos de manera continuada a situaciones estresantes, acaba también afectando a la estabilidad psíquica y emocional. El cerebro a menudo desconecta, se habitúa y asume que ha perdido el control de todo lo que le envuelve. 

Profundicemos por tanto en este tipo de circunstancias.

Una de las principales causas por las que una víctima de maltrato no llega a reaccionar ante estas situaciones, se explica  por el fenómeno de la indefensión aprendida.

La indefensión aprendida en la relación de pareja.

La indefensión aprendida en psicología, da forma a ese estado mental por el que una persona empieza a tolerar situaciones aversivas e incluso dolorosas sin reaccionar. Son circunstancias nocivas que se repiten de manera constante y donde la víctima, asume que no importa ya lo que haga, no tiene el control sobre nada y la única opción que le queda es adaptarse sin emitir ningún tipo de respuesta.

Es como el niño que a lo largo de primaria ha suspendido siempre matemáticas. Al llegar a secundaria da por perdida esta asignatura al decirse a sí mismo que haga lo que haga siempre ocurrirá lo mismo. Es también el pensamiento que aplica quien transita por una depresión. ¿De qué sirve salir de casa o iniciar algún cambio si todo va a hacer que me sienta mal?

Ningún enfoque mental y comportamental puede ser tan dañino para el ser humano. Esta dimensión fue definida por Martin Seligman  y su equipo en 1975, intentando explicar con ello, una parte de esa conducta psicosocial donde las personas se muestran rendidas ante determinadas circunstancias.

La indefensión aprendida y la violencia en la pareja

Una de las mejores especialistas en el campo de la violencia en la pareja relacionada con la indefensión aprendida, es Leonora E. Walker. En libros como El síndrome de la mujer maltratada nos explica en qué se basa este tipo de anatomía psicológica.

La exposición continua a la violencia consigue que la víctima, acabe modificando sus respuestas.

Al final, se asume que es mejor no hacer, no decir y no emitir respuesta alguna no solo para evitar el sufrimiento, sino también para no pensar siquiera en ello.

De este modo, podemos asumir que la indefensión aprendida actúa de tres maneras.

Indefensión motivacional: falta de respuesta para encontrar un modo de dejar atrás o defenderse de una situación negativa.

La indefensión cognitiva: los pensamientos de la víctima asumen que todo está fuera de su control.

Indefensión emocional: estado deprimido, con falta de motivación ante la creencia de que no se puede hacer nada ante esa circunstancia adversa.

El ciclo de la violencia y cómo se desarrolla la indefensión aprendida

La indefensión aprendida se va erigiendo poco a poco en el cerebro de la víctima. Es un proceso altamente doloroso donde finalmente, se integra este mecanismo de defensa casi a modo de salvaguarda para dejar de sufrir, para dejar de reaccionar ante un hecho donde se asume que lo mejor es rendirse. Sin embargo, debemos tenerlo claro, rendirnos es lo peor que puede suceder.

Por término medio, el ciclo de la violencia se basa en las siguientes dinámicas.

Aparecen los malos tratos, físicos y/o psicológicos: agresión, celos, insultos, etc.

La victima empieza a vivenciar el impacto de estos hechos de manera continuada. Se da cuenta de que si reacciona, corre el riesgo de sufrirlos nuevamente de manera más intensa.

El maltratador o maltratadora, por término medio, puede mostrar después una conducta de arrepentimiento y la promesa de que no volverá a suceder. La otra persona lo cree y continúa la relación.

Sin embargo, al poco vuelve a darse un episodio violento y la víctima asume entonces que no hay salida. Lo mejor es aceptar la situación y no reaccionar.

¿Cómo superar la indefensión aprendida?

La indefensión aprendida es una cárcel psicológica de la que podemos salir. Lo que se necesita en estos casos es todo el apoyo posible, tanto por parte de profesionales especializados como del entorno más cercano de la persona. La situación de desamparo emocional con la que llegan las víctimas de la violencia en la pareja, es a menudo inmensa.

En estas situaciones,  la terapia psicológica es fundamental. Deberá hacerse frente al impacto de un trauma, teniendo que reconstruir en muchos casos la propia identidad, la autoestima  y recuperar muchas de esas habilidades sociales básicas como la asertividad para hallar las propias fortalezas con las que seguir adelante. Asimismo, será imprescindible el apoyo legal para proteger a la víctima y separarla de su maltratador.

No hay comentarios:

Publicar un comentario