lunes, 6 de mayo de 2019

CONTRA LAS PICADURAS DE INSECTOS





En verano abundan los insectos Aunque a veces nos molesten, lo cierto es que tienen un papel esencial en el ciclo de la vida sobre la Tierra. Sin ellos, muchas plantas no llegarían siquiera a florecer. Los atraen hacia sí para ser polinizadas. Al mismo tiempo, promueven mecanismos químicos para ahuyentarlos cuando conviene, a través de partículas volátiles que saturan el ambiente. Por ello pueden ser ellas las que nos ayuden a mantenerlos alejados.

Estas son 5 plantas aliadas contra las picaduras de insectos:

1. La malva (Malvasylvestris) se ha empleado tradicionalmente para curar afecciones de piel y, ante todo picaduras. Flores y hojas, con mucilagos y taninos, son antiinflamatorias y cicatrizantes.

Cuando conviene: para bajar la inflamación y eliminar el picor de picaduras de todo tipo de insecto volador que se manifieste con hinchazón, enrojecimiento, entumecimiento o cierto hormigueo.

Como se utiliza: con la decocción (unos 50 g de planta seca por litro de agua) se lava la zona o se empapan unas compresas y se aplican sobre la picadura unos minutos; en cataplasmas de hojas, combinadas con linaza en polvo y calentadas al baño de María; y el jugo de la planta fresca, vertido sobre la picadura.

2. Helenio Antealergico (inulahelenium) una planta robusta con grandes capítulos florales de color amarillo, se emplean con fines medicinales el rizoma y la raíz.

Cuando conviene: es muy conveniente en caso de reacción alérgica por picadura. Ayuda a eliminar urticarias y granos y a cicatrizar la herida si se infecta. Actúa como antihistamínico natural aliviando la congestión pulmonar, los ataques de tos, la rinitis y la conjuntivitis.

Como se utiliza: por vía interna, la decocción (unos 25 g por litro de agua), preferentemente combinada con plantas que mejoren el sabor, como el hinojo; y la decocción por vía externa en compresas tibias, para aplicar sobre el área afectada.

3. Clavo de olor contra los mosquitos. Del clavero (Eugenia caryophyllata), un árbol tropical originario de las Filipinas y las Molucas, se usan los capullos florales. Son ricos en aceite esencial y contienen mucilagos y esteroles.

Cuando conviene: su fragancia ofrece una alternativa a los repelentes sintéticos frente a moscas, mosquitos, hormigas y pulgones. También es útil para desinflamar y desinfectar picaduras de avispa y tábano y favorecer la cicatrización.

Cómo se utiliza: se vierten unas gotas de aceite esencial sobre la ropa o, muy diluidas en aceite vegetal, sobre la piel; se aplican en masaje los clavos macerados en alcohol, o bien se empapan unas compresas con la decocción. Se usan también como difusor repelente, clavados en una manzana o un corcho.

4. Llantén Menor para picaduras de avispa. (Plantago Lanceolata), Esta planta poco vistosa, que aparece en márgenes de caminos y herbazales, se considera un tesoro en los herbolarios. Se cosechan sus sumidades floridas. Es expectorante, antialérgica y cicatrizante.

Cuando conviene: es un buen aliado para alérgicos a las picaduras de avispa, abeja o tábano. Combate los síntomas de la reacción y restaura las mucosas.

Cómo se utiliza: por vía interna, la infusión, una cucharada sopera por taza, mejor si se combina con malvavisco, helicristo y anís verde; por vía externa, la infusión de 15 g de llantén con arcilla roja para formar una pasta espesa y aplicar una capa de 2mm sobre la picadura; y las hojas frescas en cataplasma.

5. Aloe Regenerador. (Aloebarbadensis). La pulpa de aloe contiene un líquido viscoso rico en mucilagos, de gran poder dermoprotector y demulcente. Basta practicar una pequeña incisión en la hoja para obtenerlo.

Cuando conviene: entre sus muchos beneficios, restaura el epitelio y favorece su regeneración tras la picadura.

Como se utiliza: aplicando la pulpa fresca directamente sobre el área afectada, o bien esta en forma de gel o en extracto líquido, de venta en herbolarios.



Donde se esconden: Vale la pena conocer las preferencias de los insectos para prevenir a tiempo. El mosquito abunda cerca de agua estancada. La abeja, donde hay flores, en prados y jardines y la avispa, en espacios abiertos. La garrapata se esconde en riberas y matorrales. Y la hormiga roja, menos habitual, solo pica para defenderse.

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