viernes, 18 de enero de 2019

ACTIVIDAD SOLAR





El aumento de la actividad solar y estelar nos traslada de adentro hacia afuera. El cuerpo humano comienza a renovarse y cambiar en una forma granulad y pixelada. Las magnitudes del tiempo y el espacio están comenzando a “bambolearse” erráticamente. Algunas personas están perdiendo la noción del tiempo, y los pensamientos se van volando como un petirrojo. El tiempo tiene poca contención, ya que el día simplemente tiende a desaparecer.

Muchos tienen dificultad para dormir, sueños extraños que no parecen pertenecerles flotan hacia la superficie durante el sueño. Algunas nauseas, dolores corporales y mareos. Algunos están sintiendo una sensación de aflicción abrumadora sin ninguna razón lógica. Muchos tienen conflictos visuales, problemas del oído interno, zumbidos internos y externos.

Las tormentas geomagnéticas y las erupciones solares en realidad nos ayudan a recibir “descargas” energéticas. Nos ofrecen “actualizaciones” y nos ayudan a transmutar y cambiar nuestro ADN. Las tormentas geomagnéticas son altamente transformadoras. Sin embargo, el cuerpo humano lo está pasando mal con la influencia de estas energías.

Durante una EMC (eyección de masa coronal), una tormenta solar o cualquier actividad interplanetaria o interestelar inusual, podéis esperar cualquiera de los siguientes síntomas: dolores de cabeza o migrañas, problemas respiratorios, problemas para dormir, hormigueos en la cabeza (activación del chakra de la corona), carácter irritable, pérdida de objetos u objetos que regresan de alguna manera misteriosa, fallos del tiempo, ser conscientes de otras dimensiones, actividad paranormal aumentada, percepciones y revelaciones repentinas, letargo, agotamiento, taquicardia o palpitaciones, hipertensión, confusión u ofuscación. Todo esto es normal y sucede a medida que aprendemos a pasar de una dimensión a otra.

La energía Crística. El Código del Mesías.

Las capas de la Ascensión y la luz se superponen entre sí, necesitan ser entrelazadas y combinadas en un lugar de recepción estable. Cristo” es una palabra de origen griego, que significa “ungido”, “enviado” o elegido”. Mesías es la palabra hebrea para “ungido”.

En tiempos bíblicos, ungir a alguien con óleo era una señal de que Dios estaba consagrado o reservando a esa persona para un rol en particular. Por lo tanto, un “ungido” era alguien con un propósito especial, ordenado por Dios. En el Antiguo Testamento, las personas eran ungidas para ocupar la posición de profeta, sacerdote y rey. La unción era un acto de consagración, un símbolo de derramar el Espíritu de Dios sobre alguien. Cuando el Nuevo Testamento se tradujo al griego, la palabra hebrea mesías” se tradujo como Christós (griego romanizado). La palabra Cristo” fue aceptada mucho más rápido que mesías”.
Los antiguos Seres que sostenían la Luz brillante y la Forma sagrada pasaban fácilmente por alto el conocimiento terrenal e ignoraban las leyes incluso de la física actual. Tal vez estos Grandes Seres venían del futuro, tal vez de otra línea de tiempo, dimensión o sistema estelar. Los verdaderos Maestros de Luz vivientes caminaron por la Tierra y aún mantenemos una alianza con cada uno a través de nuestra sangre.

Desde esa línea de tiempo en la antigüedad, las instrucciones infinitesimales se han arraigado completamente en el ADN del Tiempo. Todo en la Tierra siempre está recibiendo instrucciones de los átomos y las partículas que provienen del espacio sideral. Nuestro Sol, los meteoros, las emanaciones solares y las eyecciones de masa coronal, todos contribuyen a esa sopa cósmica. A la Tierra se le da todo para ayudarla a lograr la sanación y la aceleración hacia una luz mayor, incluso durante los momentos de agitación.

La frecuencia del Código del Mesías, le pide a uno “ungirse a sí mismo” con el conocimiento cósmico, el código de luz divina en su interior; a la memoria de la célula humana afloran registros de luz atemporales que albergan instrucciones divinas sensibles al tiempo. Todos los aspectos del Creador tienen “una inteligencia celular central”, un lugar para recopilar, descargar y actualizar, superando viejas bases de datos.

Todos los tiempos pasados y futuros se ven en el holograma panorámico de las obras registradas. Los seres humanos han forjado algo de la nada, desde el principio de los tiempos. La humanidad está diseñada para ser creativa y avanzar siempre como el Creador mismo. Lo que es humano por naturaleza siempre está buscando una solución expandida para un problema contraído, y así comienza nuevamente el ciclo.

El Código del Mesías es atemporal en su construcción, sin límites, sin formas, sin restricciones de ningún tipo. Al igual que la unción  que representa, es fluido por naturaleza, dejando atrás las leyes del tiempo, del hombre, de la física y del espacio. A medida que el Código del Mesías se activa en 2019, los diez mandamientos del ser piden ser restablecidos una vez más, ya que se les solicita a todos que reescriban y corrijan lo que no sea válido en sus vidas, en sus corazones y en el mundo en general.

Los diez mandamientos del YO son personales y puros por naturaleza, de naturaleza singular para la evolución de cada alma.  Cuando se active el Código del Mesías, ¿cómo reescribiréis vuestros códigos de luz, vuestros códigos de honor, de valor?, ¿Qué os daréis a sí mismos como mandamientos y declaraciones santas?,  

Aceptar vuestra santidad y unción divinas; llenad el cáliz de vuestra alma con una nueva luz transparente, un amor más brillante y una verdad refinada.

J.A. Marcos Fonfria


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