domingo, 26 de junio de 2016

RELACIONARSE CON IRA.



 
 





RELACIONARSE CON IRA.

Cuando nos relacionamos con enojo ponemos al otro en una encrucijada, solo tiene dos reacciones posibles: “obedecer con resentimiento” o “redoblar la apuesta”. Pero cuando gritamos, también agotamos nuestros argumentos para solucionar el tema, nos quedamos sin recursos.

¿Entonces por qué gritamos?: Gritamos porque no tenemos recursos para manejar la situación y entonces levantamos la voz para silenciar al otro, con lo cual limitamos a la persona a reaccionar de las mismas dos maneras anteriores. Gritar NUNCA es aconsejable.

Cuando alguien te provoca, está eligiendo una estrategia, te está invitando a su batalla. Si muerdes el anzuelo habrás entrado en una batalla que no es tuya. Si libras la batalla equivocada, aunque ganes perderás. No dejes que los demás elijan tus batallas.

Falsos mitos del enojo:

Explotar me libera: Falso. Cuando más explotamos, más nos recargamos y más nos habituamos a generar nueva ira.

Ocultar el enojo ayuda: Falso. El enojo se guarda en forma de resentimiento y sale de manera agresiva. El enojo se oculta muchas veces por miedo del otro o porque no podemos ponerle límites, ya que somos incapaces de ponernos limites a nosotros mismos.

¿Qué hacer con el enojo?:

Podemos consumirlo: Podemos hacer alguna actividad física, caminar, correr, hacer respiraciones etc, a fin de gastarla. Porque si lo guardamos dañamos nuestro cuerpo que es la casa de nuestras emociones.

Dialogar: Para resolver un problema tenemos que hablar, pero hablar bien: no culpes, no etiquetes, no amenaces, no diagnostiques, no prediques, no ridiculices, no humilles, no menosprecies ni des órdenes. Cuando alguien te molesta házselo saber hablando con tranquilidad.

Evita los disparadores: Aprende a escapar de aquellas situaciones que sabes que te harán enojar.

Usa la técnica del “tiempo muerto”: Haz un alto, retírate de la situación. Ten presente que es muy importante calmarse antes de hablar.

El enojo enferma cuando:

Cuando es muy frecuente.

Cuando dura mucho tiempo.

Cuando es muy intenso.

Cuando lleva a la violencia.

¿Cómo podemos resolver esto?

Algunas actitudes nos ayudan a resolver los conflictos, veamos:

Saber esperar: No se puede construir un dialogo a partir del enojo. Los gritos y la agresividad son una reacción emocional, y lo racional no puede dialogar con lo emocional.

Evitar el conflicto sin huir: Si una persona grita y no contestamos guardando silencio, o le respondemos  mientras esta en ese estado, su enojo crece y el conflicto no se resuelve. ¿Qué hacer?: Por ejemplo podemos decirle: “puede que tengas razón, lo hablaremos después” o “en estos términos no nos vamos a poner de acuerdo, ya hablamos después”. De esta manera frenamos el conflicto y lo posponemos hasta estar más tranquilos.

Transformar el enojo en energía: Cuando dos personas discuten no tienen que buscar quien tiene la razón, sino sentarse a analizar de qué manera pueden resolver sus diferencias. El enojo muchas veces nubla la razón sin embargo, lejos de generar  división.
Un problema tiene que servir para unir a las personas y que juntas puedan resolverlo.

Fuente: Nudos Mentales. De Bernardo Stamateas.

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