viernes, 28 de noviembre de 2014

CONCIENCIA Y CONSCIENCIA.


 




CONCIENCIA:


La conciencia es el conocimiento de lo que nos rodea, en base a los órganos de los sentidos. En sentido moral, como “capacidad de distinguir entre el bien y el mal”, sólo se usa la forma de conciencia.

CONSCIENCIA:

La consciencia  es el conocimiento de sí mismo. La conciencia define al ser. Se es consciente de sí mismo y de lo que nos rodea en base a lo que uno ES. Otra definición es la que asocia la consciencia a un estado de unión con la vida universal. Es una expansión continua, igual que el universo.

¿Se puede ser consciente, sin conciencia?

Parece que si apagamos la conciencia, no estamos en el aquí y en el ahora, así que difícilmente llegaremos a elevar la consciencia. Es lo que nos da a entender el cuento del maestro zen que recibía muchas visitas de personas en busca de consejos:

Un día el maestro zen recibió a un joven que se tomaba muy en serio su camino espiritual. Se sentía preparado para convertirse en la mano derecha de cualquier gran maestro. Ese día había llovido cuando el joven llegó a la casa del maestro, el joven se quitó los zapatos y dejó el paraguas antes de entrar en la habitación. Se inclinó ante el maestro y le dijo que le gustaría convertirse en su discípulo.

El maestro sonrió, pero no dijo ni una palabra. El joven, un poco incomodado por el silencio, le dijo que había estudiado mucho, que pensaba que estaba llamado a convertirse en uno de los “iluminados”.

El maestro le pregunto: ¿sabes a qué lado de la puerta has dejado el paraguas y a qué lado de la puerta has dejado los zapatos?

N-n-n, tartamudeó el joven, desconcertado. ¿Por qué?

El maestro le respondió de forma muy calmada: “Porqué lo que buscas es la consciencia” ¿Y cómo puedes estar consciente si ni siquiera a sabes dónde has dejado los zapatos y el paraguas?

¿Cuál es la diferencia entre una persona que no es consciente y otra que lo es?

Si no soy consciente considero que mis límites son fronteras inexpugnables, acumulo límites…En cambio, un ser consciente conoce sus límites y sin embargo aspira a la totalidad, quiere ir más allá de los mismos. 

Las enfermedades son cristalizaciones de niveles de consciencia que no cambian, la curación comienza por la aceptación de la enfermedad y su transformación en aliada. La enfermedad es esencialmente separación, es decir, creencia de estar separado.

Para ganar consciencia podemos seguir el camino de la información, considerando la información no como palabras sino como experiencias… otro camino es el arte, que nos abre a otros mundos, a otras miradas, nos muta la consciencia.

Diez reflexiones sabías sobre el tema de la consciencia
 

1.-“Si queremos cambiar el mundo, primero debemos cambiar nuestra manera de verlo”. En el pasado esta cambio de consciencia sólo sucedió a un número muy reducido de personas, sin embargo en la actualidad el cambio de consciencia se da a una escala mucho mayor. E. Tolle.

2.-“Darse cuenta de lo que hay que hacer, y  no hacerlo, es cobardía” Confuncio.

3.-“La consciencia es la presencia de Dios en el hombre” Swedenborg.

4.-“El valor sin consciencia es una fiera salvaje” Robert G. Ingersoll

5.-“….esa chispita del fuego celeste, la consciencia” George Washington.

6.-“Que peligrosa es la inconsciencia. Para liberarte de los perjuicios solo tienes la consciencia. Es la consciencia la que te puede liberar. Siempre serás esclavo de las cosas de las que no eres consciente” Anthony de Mello.

7.-“La conciencia es la burbuja del hombre”. Vincet Van Gogh.

8.-“La finalidad del arte es dar a la gente un mayor nivel de conciencia” Brassai.

9.-“La conciencia es la voz del alma; las pasiones, la del cuerpo”. Willian Shakespeare.

10.-“Conciencia es la voz silenciosa de tu ser interior que no te deja ni de día ni de noche, ni en la vigilia ni en el sueño esperando que lo escuches”. Vásquez D.R.D.

Un cuento sobre la consciencia:

En un chalet muy lujoso con una gran piscina se está celebrando una fiesta. El dueño que es multimillonario, dice que compartirá su fortuna con el valiente que se atreva a cruzar su piscina llena de cocodrilos hambrientos.

De repente se ve a un chico dentro del agua nadando a toda velocidad, cuando sale por el otro extremo de la piscina el dueño acude a felicitarlo, diciendo que por fin acababa de conocer a una persona realmente valiente.

El joven le respondió: “¡Que valiente, ni que valiente….alguien me empujó”!

 

Dice A. Jodorowsky, que la piscina con sus cocodrilos son nuestros “demonios interiores”, contra los que tenemos que luchar para tratar de conocernos.

Que ese pequeño empujón que te lanza al interior de la piscina te lo da “un maestro”. Pero la energía para luchar y salir (aprender) la pones tú. Sin ella no serviría de nada el pequeño empujón que nos han dado.

La recompensa de atravesar la piscina es conocerse mejor, un aumento de nuestra “consciencia” rompiendo algunos límites que establecíamos como fijos e inmovibles.


Compilado de un artículo de A. Jodorowsky.

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