sábado, 16 de septiembre de 2023

CUATRO SEÑALES....



CUATRO SEÑALES DE QUE TE HAS PERDIDO A TI MISMO

Mantener una relación sana con nosotros mismos es esencial para nuestro bienestar. Por ello, te mostramos algunas señales de alerta que pueden indicar que estás descuidando este vínculo importante.

¿Cómo está tu relación contigo?

Seguramente esta sea una pregunta que pocas veces te has planteado. Y es que, pese a que nos preocupamos por cuidar nuestros vínculos con otros, muchas veces descuidamos el que mantenemos con nosotros mismos. Por ello, vamos a enumerar las principales señales que pueden ayudarte a identificar que te has perdido a ti mismo.

Hay que tener en cuenta que el auto-respeto, el cuidado y la compasión hacia uno mismo son esenciales para nuestro bienestar y nuestra salud mental. No obstante, todo amor que se descuida puede caer en la infidelidad, incluso el propio. Por tanto, es necesario revisar esta importante relación y asegurarnos de que se mantenga sana.

Nunca te priorizas

Una de las señales más claras es el hecho de no elegirte nunca primero cuando hay que escoger. Por ejemplo, pospones tus propias obligaciones y tareas por ayudar a otros a cumplir con las suyas e incluso renuncias a tu tiempo de descanso para satisfacer los deseos, necesidades y favores que otros te piden.

Así, todo lo relacionado contigo queda en último lugar. No dudas en ceder ante los gustos y preferencias de los demás, olvidando tu propia opinión. Y, en definitiva, de algún modo te parece más relevante ser servicial con los demás que leal a ti mismo y a tus necesidades.

Deseas agradar

Es evidente que, como seres sociales, todos deseamos agradar a las personas que nos rodean. Sin embargo, cuando te has perdido a ti mismo, lo haces incluso si es necesario pasar por encima de ti.

De este modo, accedes a planes y actividades que no te gustan ni apetecen solo para ganarte el favor de los demás. Te resulta realmente complicado decir “no”, pues temes, al hacerlo, perder el amor o la aprobación del otro. Así, es posible incluso que caigas en comportamientos contrarios a tus propias  convicciones y valores si otra persona te lo pide.

Pides perdón sin ser culpable

Un comportamiento muy común en quien se ha perdido a sí mismo es el de pedir perdón aun siendo consciente de que no ha hecho nada mal. La persona sabe que no ha obrado de forma incorrecta; sin embargo, el temor al conflicto, al rechazo, el miedo al abandono le impide defender su postura.

De este modo prefiere disculparse y aceptar la responsabilidad de una discusión de la que no es culpable, solo para reducir la ansiedad. A sus ojos, el enfado del otro es una alerta de que este puede irse o retirarle su afecto, por lo que es necesario acabar con ese enojo aun si esto supone humillarse a sí mismo.

Reclamas constantemente

Por último, podría parecer que reclamar es una actitud de alguien cargado de autoestima y capaz de expresar lo que desea. Sin embargo, los reclamos no son sinónimo de comunicación asertiva. Exponer lo que se opina y se necesita de forma calmada y respetuosa es adecuado. No obstante, cuando nuestras relaciones se basan en pedir constantemente a los otros que cubran nuestras necesidades, algo anda mal.

Si mantienes vínculos en los que sientes que no se te corresponde de forma recíproca, pregúntate ¿por qué sigues en ellos? De igual manera, reflexiona acerca de si tus expectativas respecto a las relaciones están ajustadas o son irreales.

En cualquiera de los casos, existe de fondo una carencia de amor propio y autocuidado; cuando reclamas, buscas que los demás te den aquello que te falta de ti mismo. Y te falta porque hace tiempo que dejaste de estar para ti.

Si te has perdido a ti mismo, recupérate

Así, si te ves reflejado en las anteriores señales es probable que te hayas descuidado más de la cuenta. Por eso es momento de que te hagas consciente de que la relación contigo mismo es la más importante de todas las que puedes mantener y de que empieces a cuidarla con mimo y respeto.

No es sencillo abandonar el hábito de agradar y complacer a otros. De manera especial cuando nuestra autoestima no está fortalecida. Sin embargo, con perseverancia, cada pequeña acción nos llevará a recuperarnos. Empieza a priorizarte, a escucharte y a defender tus derechos y opiniones. Actúa según tus valores y no temas ser abandonado, pues no hay nada más doloroso que perderte a ti mismo.

 

Elena Sanz

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