jueves, 1 de abril de 2021

NUESTROS DESEOS



Los verdaderos deseos no son adicciones que nos esclavizan, ni obsesiones que nos hacen más pequeños y nos consumen, ni fantasías que no tienen que ver realmente con nuestra persona real, sino impulsos profundos de nuestro ser que nos mueven en una dirección u otra a través de la vida y el mundo y mediante los cuales podemos desarrollarnos, expresarnos y realizarnos como personas.

Son, también, aquello por lo que tenemos que pasar dentro de nuestro proceso evolutivo, los puentes y barrancos,fosos de fuegos y arenas movedizas que se encuentran en el relato de nuestra vida. Nadie tiene derecho a calificarlos de grandes o pequeños: lo que para uno es pequeño para otro puede ser muy grande, y lo que uno considera muy serio a otro puede resultarle banal.

Cada uno de nosotros es la medida de su propia vida. Uno no debe vivir su vida para que se acomode a los valores y criterios de otro, sino de acuerdo con sus propios valores y criterios. En tu camino espiritual, nadie, ni el maestro más iluminado, puede decirte lo que debes hacer o lo que no debes hacer. Tu camino hacia la Luz ha de llevarte a ti mismo. Eres tú el que va a recorrerlo. No puedes vivir el camino de otro, ni tampoco puedes hacer un camino  que satisfaga o enorgullezca a otro.

Pensar en lo que hacen los demás, o lo que esperan los otros, no te ayuda. Tu camino es tu vida. Y tu vida es la que tienes, no otra imaginaría, estas donde estas, no donde crees que deberías estar. Haz realidad tu vida, la que has venido a vivir a este mundo. Atrévete a vivir. 

Tu camino debe llenarte de ilusión y de alegría. Si tu camino te aburre, si se te hace pesado e insoportable, si no te interesa, entonces es que no es tu verdadero camino. Por mucho que intenten convencerte de que lo es, o por mucho que tu intentes convencerte de que lo es, no sigas por él, porque tu aburrimiento, tu falta de interés, la sensación de tedio, de pesadez o de vació  son mensajes que te envía tu Yo superior.

Usa tu disciplina y tu constancia, sin las cuales nada es posible, pero úsalas bien. Hay vidas de risas y vidas de lagrimas, y tu vida puede ser de las primeras o de las segundas. Pero tu camino debe traerte siempre esperanza, vida, sensación de novedad, de interés, de aventura. Lo importante no es dónde estás, sino adónde te diriges. si estás en un naufragio, busca un trozo de madera para agarrarte, rema hacia la costa. Si llegas a la costa, construye una cabaña, si tienes una cabaña, busca comida. No puedes construir una cabaña si estás en medio del mar.

Todos los seres humanos estamos perdidos. todos estamos en un naufragio. todos estamos en el desierto. Tu vida no es distinta  de las otras. Pero ten la certidumbre de que la tierra firme existe, de que el desierto termina. Al otro lado del desierto, más allá de las dunas, hay unas montañas. Allá, entre inmensos abismos, en un valle apartado, hay un monasterio donde se encuentra el conocimiento, hacia ese monasterio se dirigen tus pasos. También los míos. 

Sin duda nos encontraremos en el camino, tú y yo. Y cuando nos veamos nos reconoceremos, tomaremos té juntos y nos contaremos historias del viaje. Quizá sigamos juntos el viaje, quizá no. Allá arriba, en las montañas, los hombres y las mujeres que viven en el Monasterio Perdido, los que ya han llegado.....nos están esperando.

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