jueves, 20 de agosto de 2020

¿HAY PERSONAS SIN SENTIMIENTOS?


¿Hay personas sin sentimientos? Muchos nos hemos hecho esta pregunta en más de una ocasión.  Lo hacemos, sobre todo, cuando conocemos a alguien que nos resulta frío, carente de empatía y conexión emocional. Solemos llamarlos corazones de hielo, hombres y mujeres fríos que no solo nos llaman la atención por cómo actúan, sino que en ocasiones hasta nos producen cierta inquietud.

Por otro lado, también es habitual relacionar a este tipo de perfiles con las personalidades psicopáticas. Es muy fácil caer en esa idea, en pensar que quien no es capaz de entender las realidades emocionales ajenas tiene un problema o que las personas capaces de dañar a otras de algún modo, ya sea física o psicológicamente, están vacías de emociones.

Ahora bien, asumir de verdad que pueda existir alguien hueco en cuanto a sentimientos e incapaz  de experimentar amor, miedo, tristeza, ilusión, vergüenza o felicidad es cuanto menos aterrador. Porque si de verdad hubiera un ser con estos rasgos, no sería humano. Estaríamos posiblemente ante un prototipo de sofisticado robot provisto de inteligencia artificial.

Por tanto, a pesar de que sea muy popular la clásica frase “¡Es que no tienes sentimientos!” debemos asumir que, en realidad, todos tenemos sentimientos, todos tenemos emociones. Ahora bien, que seamos capaces de entenderlas, de expresarlas o de usarlas de manera correcta es otro tema muy diferente.

Profundicemos un poco más en este tema.

Personas sin sentimientos.

Si hay algo con lo que está familiarizado cualquier psicólogo es con leer las emociones ajenas. Dimensiones como la ira, la rabia, la decepción o la frustración se contienen en muchas rostros que en apariencia dicen estar bien. Toda persona tiene deseos y cualquier anhelo, ya sea con buena o mala intención, esconde una emoción detrás.

Con ello queremos decir algo evidente: no hay personas sin sentimientos.

Todos los tenemos porque son esos estados psicofisiológicos los que orquestan lo que somos, los que facilitan el aprendizaje, nuestro desarrollo, nuestra interacción cotidiana y en esencia, todo lo que somos. No existe un cerebro en el cual, no estén presentes dichos procesos.  No obstante, eso sí, que estén presentes, que dispongamos de esos mecanismos para experimentarlos no significa que “funcionen” de la manera correcta.

Lo analizamos.

Personalidades antisociales: el vacío afectivo y las emociones instrumentales.

Cuando nos preguntamos si hay personas sin sentimientos es común pensar casi al instante en los psicópatas. A día de hoy no hablamos de “psicópatas” como tal, sino de personas con un trastorno antisocial de la personalidad, una condición que afectaría al 1% de la población.

En estos casos, lo que apreciamos en materia emocional es lo siguiente:

No son capaces de crear vínculos afectivos sólidos.

Están motivados solo por fines instrumentales: buscan experimentar sensaciones y obtener aquello que desean.

Más allá de lo que se cree popularmente, los psicópatas sí tienen empatía. Pero hay matices.

Estudios como los llevados a cabo en la Universidad de Rotterdam (Países Bajos) nos señalan que disponen de empatía cognitiva (entienden lo que está sintiendo la otra persona). No obstante, carecen de empatía afectiva (no conectan emocionalmente con los demás). Ello les facilita el poder manipular y engañar.

No hay personas sin sentimientos, pero puedes encontrarte con un alexitímico.

Te dirán que te quieren pero no te lo mostrarán como tú quieres o necesitas. Son distantes, fríos,  sin sentido del humor, aburridos a instantes, taciturnos la mayor parte del tiempo y sin esa chispa que facilita y enciende la conexión emocional. Los alextímicos son para muchos el claro ejemplo de que hay personas sin sentimientos. Sin embargo, asumir sería nuevamente un error.

La alexitima tiene como origen un trastorno del aprendizaje emocional o bien una alteración neurológica. Sea como sea, el resultado es el mismo: son personas incapaces de comprender sus propios estados emocionales, de entender los ajenos y de poner nombre a lo que sienten.

A pesar de ello, sí aman, si experimentan felicidad, miedo, ilusión, anhelo, angustia, esperanza….Tienen emociones pero las experimentan de manera distorsionada y son incapaces de expresarlas.

¿Existen o no?

No hay personas sin sentimientos. No existen seres humanos sin la capacidad de experimentar emociones, como no hay tampoco un cerebro carente de sistema límbico. Esta región es la que orquesta (en buena parte) cada proceso, cada sensación, cada impulso que nos hace reír, llorar, emocionarnos, recordar un momento o desear olvidarlo.

Las personas no somos seres racionales, somos seres emocionales que razonan. Las emociones (entendidas como esas respuestas neuroquímicas y hormonales que originan sensaciones en nosotros) y los sentimientos (definidos como las representaciones mentales de las emociones) son procesos constantes en cada uno de nosotros. No hay día ni instante en que no estemos experimentando algo, aunque sea calma, aunque sea sosiego.

Todo ser humano siente pero no todos lo hacemos de igual modo. Es más, no todo el mundo hace de las emociones el instrumento para favorecer la convivencia, para generar conexiones enriquecedoras.

Y ese es posiblemente, nuestro mayor problema y desafío actual.

Valeria Sabater 


 

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