miércoles, 8 de agosto de 2018

LA LEY DEL ESPEJO




“solo entendiendo la razón por la cual no te gusta lo que ves en otra persona podrás avanzar”


La Ley de la Vibración sería la ley más importante de este Multiverso. Esta ley viene a decir que todo vibra, todo en este universo tiene una vibración. Y todo tiene una vibración determinada.

Dos aspectos de esta ley que trabajan con la base de que todo vibra serían 
La ley del espejo,  que nos muestra a través de los demás, aquello de lo que necesitamos ser conscientes para aligerar la carga que llevamos a la espalda. Que en su mayoría, son asuntos no solucionados. Y la Ley de la Atracción que nos dice que vibraciones similares se atraen. Como un imán.
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¿Qué es un espejo? ¿Para qué sirve?

Básicamente, un espejo es una superficie que devuelve la imagen de aquello que se refleja en él..
Lo que se refleja en el podemos ser nosotros mismos, preparándonos para salir de casa, por ejemplo.  Justo en este momento comprobamos cual es la imagen que enseñamos al mundo. Y si no nos gusta, nos retocamos el pelo, nos cambiamos la ropa, los accesorios…
Lo que se refleja en él puede ser lo que tenemos detrás. Usando el escudo como Perseo, que no iba a mirar a los ojos a Medusa.
Sitúate frente a un espejo. Mira tu pelo, te acabas de despertar, tu pelo esta despeinado. Cierra los ojos, y mantenlos cerrados ¿Qué sucede? ¿Tú desapareces? ¿Tú pelo sin peinar desaparece? ¿Tu pelo se peina solo? Lo que tienen los espejos, es que si te pones frente a ellos, y cierras los ojos, se sigue reflejando lo que pasa. Y esto, es lo que nos pasa en la vida diaria, vamos con los ojos cerrados y no vemos los espejos.
Pero, al igual que ya sabemos cómo usar el espejo del baño para comprobar cuál es la imagen que mostramos al mundo;
Podemos usar los espejos del mundo para nuestro desarrollo personal.
Para qué sirve la ley del espejo
 Gracias a los espejos del mundo, podemos ir quitándonos todo el peso de nuestras mochilas. Esas, que llevamos a la espalda, y que llegado el momento, pesan tanto que no nos dejan movernos. Nosotros decimos que es la edad, que determinadas cosas a determinada edad no se pueden cambiar. Se puede.
Mediante la observación y posterior aceptación de los espejos podemos ir vaciando las mochilas poco a poco.

¿Cómo reconocer los espejos? ¿Este espejo es realmente mío?

Nuestros espejos se muestran en nuestro día a día de una forma muy sencilla. Cuando algo nos molesta de otra persona, es un espejo.
Tenemos que recordar que todas las personas que nos rodean, todas las cosas que nos rodean, no están allí por casualidad, están por causalidad. Están para mostrarnos algo.  Todas las personas que nos rodean todas las pequeñas cosas que nos molestan de ellos, es algo que nos molesta de nosotros mismos.
No tiene por qué ser conocidos. También pueden ser completos desconocidos, que te enseñan algo. Personas que se te cruzan el tu camino.
Recuerda, nuestra mochila se proyecta hacia fuera para que la limpiemos. Y nos da pistas para que sepamos por donde mirar.

 Algo que me molesta en otro es algo que está en mí. 

Es algo que está en mí. Que no me gusta. Y que no lo sé. Si yo lo supiera y si estuviera aceptado, o fuera consciente no, no me molestaría.
Los espejos se nos suelen presentar de distintos modos.
Si vas por la calle, estás en el trabajo, con la familia...sabremos que estamos delante de un espejo cuando sintamos una reacción desmedida contra algo, si algo te afecta de tal forma que tienes sentimientos negativos como humillación, impotencia, frustración, odio, rabia.
Alguien te dice: ¿Pero cómo te coges semejante enfado por esa chorrada? O algo similar
¡Uy! qué mala espina me da, eso sigue siendo el espejo, por mucho que siguiendo la evolución de la persona resulte que ese instinto es correcto. Eso que no te gusta lo tienes dentro de ti. Y puede salir.
Estas hablando con un amigo y de repente te ves dándole un consejo. Mira, donde puedes aplicar ese consejo en tú vida. Lo mismo si hablas de un tercero.
También puedes sentarte tranquilamente en el sofá y responder a preguntas como las que escribo a continuación. Pregúntate:
¿Qué es lo que más odia?
¿A quién no puedes perdonar?
¿Qué es lo que menos te gusta de ti? (Criticate un poco, pero solo como ejercicio)
¿De qué te quejas?
¿Qué cosas etiquetas como malo?

Trabajando con  la ley del espejo

Para usar el espejo, en tu día a día, no se necesita mucho. Estar atento a las situaciones y ya pasado el momento reflexionar sobre ello.
Esta ley, te recuerdo que

nos enseña a autobservarnos para avanzar cambiando patrones de comportamiento.

Técnica 1

Hay veces que con hacerle una reflexión sobre tema es suficiente para avanzar
Hay veces en las que toca aplicar un cambio de comportamiento, una nueva acción, después de la reflexión. Una de mis frases preferidas es la de Eisntein definiendo la locura. Locura es hacer siempre lo mismo y esperar obtener distintos resultados. Y esto es algo que aplicar con la ley del espejo.

Técnica 2

Te recuerdo que estamos usando el espejo para vaciar la mochila que no nos deja avanzar. Y eso implica que en algún momento nos vamos a tropezar con algo que tenemos metido al fondo de la mochila. Muy al fondo. Algo que queremos olvidar, porque recordarlo duele.
Pero eso es lo que estamos haciendo, sacando a la luz las cosas de nuestra mochila porque eso es lo que hace el espejo  ILUMINAR.
Cuando estas cosas aparecen, me suelen llevar más tiempo limpiarlas puesto que los recuerdos van saliendo poco a poco, a veces envueltos con un montón de sentimientos.
Estos espejos suelen ser dobles. Es decir, yo repito un patrón que hicieron conmigo. Probablemente a la que la persona que me lo hizo se lo hizo, o lo vivió también. Y para sanar esto tengo que perdonar, y cambiar mi patrón de comportamiento.
1.- Reflexionar sobre asunto
2.- Perdonar Yo no necesito saber porque la otra persona hizo lo que hizo. A veces ni siquiera tengo que hablar con ella para perdonar. Puede que esté lejos, que no sepa como localizarla, que no crea que haga falta o que no quiera.

Paso 1: Reflexionar sobre el asunto

Esta vez para reflexionar sobre el asunto cojo papel, lápiz y a veces, una caja de kleenex….
Suelo empezar con algo tipo mapa mental, es decir, escribo la palabra clave en el centro y desde allí, añado palabras clave, sobre todo para no cortar el proceso de pensamiento.
Tienes que localizar a la persona que espejas. Busca a las personas que en tu vida estén pasando lo mismo que tú, ahora o cuando era pequeño.
Una vez localizada, toma un folio en blanco, escribe lo que sientes por esa situación. Desahógate. En serio. Aunque salgan insultos, plásmalo… No te cortes. Esta hoja es solo para tus ojos.
Esto te puede llevar un tiempo. No pasa nada. El que marca el ritmo aquí eres tú.
No hace falta que escribas lo siguiente, pero puedes reflexionar sobre porque esa persona hizo lo que hizo. Intenta ponerte en la piel del otro. Entender su situación. Eso no quiere decir que lo juzgues como bueno o malo. Sino, solamente busca el porqué, intenta ver la situación desde fuera, como si estuvieras escribiendo una novela, y estuvieras presentando a los personajes. . ¿Qué habrías hecho en su lugar? ¿Qué podrías haber pedido en esos momentos que no pediste?
Esta reflexión nos lleva a perdonar y a cambiar los patrones de comportamiento.

Paso 2: Perdonar y cambiar patrones

Una vez reflexionado sobre el tema, eres tú quien decide si quiere sacar el tema con esa persona. Y disculparte. Sí. Disculparte por la parte que tú sientes incorrecta. O contarle como te hubiera gustado que se resolviera la situación. Hablar de un tema que tienes pendiente.
Antes de nada, tienes que sentarte contigo mismo y reflexionar si puedes mantener esa conversación. Es decir, si no tienes una idea clara de cómo se puede cambiar el patrón. Quizá es mejor que postergues esa charla, ya que lo que buscas es zanjar el tema. No avivar las ascuas.

Paso 3: Cortando lazos

Este tercer paso solo lo recomiendo si esa realmente crees que no tienes forma, (ni ganas) de contactar con esa persona o paso ya hace mucho, mucho tiempo. Y por supuesto, solo después de haber realizado los dos primeros pasos. Un lazo energético es una conexión energética con otra persona. ¿Recuerdas cuando contestas al teléfono y la persona que llama es en la que estabas pensando? Pues bien, esa conexión es un lazo energético.
Solamente cortaremos los lazos energéticos cuando no podamos contactar con la otra persona. Bien porque ya está muerta. O bien porque pese a nuestros esfuerzos, no nos coge el teléfono, ni el correo, no somos capaces de localizarla…
Los lazos energéticos que vamos a cortar son los que unen el chakra del corazón. Es decir, iría de tu chakra a su chakra.
Así que sentamos, tranquilamente, sin que nada nos interrumpa. Cerramos los ojos y respiramos profundamente.
Repensamos la situación con la otra persona. Aquello que sentimos que no hicimos nosotros, aquello nos hizo él.  Cuéntatelo a modo de resumen.
Visualiza el lazo con esa persona y agárralo con una mano.
Con la otra mano, coge unas tijeras (imaginarias)
Cuando estés listo. Di
“Lo siento. Perdona. Gracias por lo que me has enseñado. Y adiós”
Y corta el lazo.

Conclusión

La ley del espejo como ves es realmente sencilla de usar y de reconocer, ahora bien, he de reconocer que a veces las lecciones que nos enseña son duras. Se necesitas honestidad con uno mismo y constancia. En esos momentos especialmente duros, recuerda todo el potencial que tienes dentro. Recuerda tus sueños…. Te aseguro que el esfuerzo vale la pena.
Fuente: Nexo

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