domingo, 15 de abril de 2018

GANAR VOLUNTAD


 
Seis hábitos que no pueden ayudar a fortalecer la voluntad.

Alimentar mejor el cerebro. La mayoría de los expertos en nutrición y cerebro recomienda una dieta que permita mantener niveles adecuados de azúcar: Proteínas sin grasas, nueces, judías, fibras y cereales, la mayoría de las frutas y vegetales. Básicamente, comida en su estado natural, sin agregados de grasas, química ni azucares.

Dejar de beber refrescos light. Atención cuando bebamos una bebida sin glucosa, como las famosas light o cero. El sabor dulce engaña al cuerpo, que creyendo que le viene un pico grande de azúcar, va a sacar la glucosa de la sangre anticipando el pico de azúcar que está por llegar. Para prevenir un desagradable como por azúcar, el cuerpo tiene que bajar el nivel de azúcar que circula en ese momento. Pero este descenso de azúcar te deja un poco débil y raro, haciendo que las ganas de azúcar aumenten aún más. Pero el azúcar no llega porque lo que estas bebiendo es light, entonces te quedas con menos energía y menos autocontrol. El azúcar que no entro nos deja vulnerables y puede que después de comer una ensalada con una bebida light nos pidamos de postre una mousse de chocolate.

Disminuir las respiraciones. Una práctica fácil para fortalecer tu fuerza de voluntad es disminuir tu respiración a cuatro o seis respiraciones por minuto. Eso es unos diez a quince segundos por respiración. Mucho más despacio de lo normal, pero no es tan difícil de lograr con un poco de práctica. Hacer esto activa la córtex prefrontal-lo que permite usar la razón, el análisis lógico-, es decir, pensar mejor e incrementa la variabilidad del ritmo cardiaco. Cuando lo hagas recuerda no contener la respiración, simplemente ralentizarla.

Disfrutar del ejercicio físico. Cuando miramos el interior de cerebros de personas que realizan ejercicio físico regularmente, vemos un aumento de la materia gris (las neuronas) y de la materia blanca (lo que aísla y protege las neuronas para que puedan comunicarse más y mejor). Entre treinta y cuarenta y cinco minutos por día es un tiempo suficiente. No importa qué tipo de actividad realices. Si te diviertes mucho mejor.

Dormir las horas necesarias. Dormir mal también aumenta las posibilidades de perder el control sobre las emociones y la atención durante el día. La falta de sueño perjudica el modo en que el cerebro y el cuerpo usan la glucosa, la forma base de energía de las células. Cuando estás cansado, a tus células se les dificulta absorber la glucosa del flujo sanguíneo. Esto las deja con poca energía, y a ti, exhausto. Tu cuerpo y tu cerebro se desesperan pidiendo energía, y puede que empieces a reponerla comiendo dulces o cafeína.

Meditar. Esta práctica mejora tus habilidades de voluntad y autocontrol. Reduce tu estrés y le enseña a tu mente cómo actuar frente a distracciones internas como preocupaciones, ansias, deseos y tentaciones externas. La meditación no trata de eliminar tus pensamientos, sino de aprender a no estar perdidos en ellos. Si tus pensamientos se alejan del foco de atención durante la meditación, simplemente vuelves a centrarte en el foco elegido. Aunque al principio puedas meditar “mal”, con el tiempo y la práctica puede resultarte muy efectiva

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