martes, 23 de febrero de 2016

“PSORAX”


 


La mente inconsciente es un laberinto muy activo, donde tenemos acumuladas todas las experiencias vividas. En ocasiones notamos como nos envuelve el caos de situaciones no resueltas que quieren fluir de algún modo, es una sensación o impulso que parece tener vida propia, y que existe dentro de nosotros.

 
En la psicología moderna, esta entidad oculta se ha llamado la “sombra” o el “inconsciente”
 
Pluma Blanca llamó a esta entidad “psorax”.

 La definición de esta entidad del inconsciente es mucho más profunda que cualquier otra explicación “del mal”. Es más bien un entendimiento práctico de cómo la mente crea realidades frustrantes que permanecen atrapadas dentro de nosotros.

 
Lo llamó “psorax” porque él lo vio como la energía vital, o prana, que se contamina y queda atrapada dentro del cuerpo físico. Esta vitalidad bloqueada distorsiona el cuerpo y la mente. Puede acumular y atraer parásitos mentales a sí misma creando un verdadero caos de negatividad.

Psorax es una energía atrapada, una proyección mental que no puede proyectarse, es una entidad psicofísica que en algunos aspectos es auto-creada por el individuo, pero que al mismo tiempo es alimentada por el intercambio de entidades psorax de otros humanos.

 Podemos recibir, así como transmitir este virus psíquico de la misma manera que transmitimos los virus físicos.

Un ejemplo práctico: estamos en paz, solo con unos pocos pensamientos positivos en la mente y algunas sensaciones agradables. Detrás de esta actividad sutil de la mente hay un profundo testimonio misterioso que sólo es agradable. De la nada, al parecer, entra una imagen oscura, violenta en la escena mental. ¿Es mi propio inconsciente alterando mi paz, o es porque otra persona está cerca y tengo la sensación de su sufrimiento?


Esta semilla vibra dentro de mi mente, y tal vez excita algunos recuerdos y temores. Solo estando en un estado de calma profunda y no-juicio podemos empezar a presenciar estas actividades, y darnos cuenta de cómo afectan nuestra mente, veremos cómo nuestros sentimientos cambian, e incluso cómo y dónde están influencias vibran y se arraigan en el cuerpo físico. Lo más importante es distinguir si el Psorax es nuestro o del otro.

Pluma Blanca era un yogui avanzado, así como un sanador, y utilizó su conocimiento para observar estos fenómenos, saber cómo se crean las enfermedades físicas y mentales, y desarrollar maneras de curar estas enfermedades basándose en estos conocimientos.

La meditación profunda y sincera es la manera  más eficaz de ver y procesar la sombra, pero esto depende mucho de la salud mental, de la determinación y el discernimiento que solo se desarrollan con voluntad y esfuerzos en la vida espiritual.

Esta moralidad práctica aporta conciencia de sí mismo y las ideas universales de cómo mantener el equilibrio mental a través de la responsabilidad personal y social adecuada. Sin tener estas ideas fundamentales de humanismo, el ser humano no es sino una mezcla de impulsos animales.

Estas son las enseñanzas que Pluma Blanca compartió con Anandamurti, ambos impulsaron a más personas para que dentro de la sociedad  lucharan contra las energías negativas. Sin los esfuerzos de estos dos hombres que hablaban de este fenómeno de la manera más práctica y científica posible, todavía estaremos en la oscuridad acerca de la comprensión de “psorax”.

 
Ahora es el momento, estar alertas, estar despiertos y darnos cuenta de que podemos transmitir energías positivas que impidan que la “contaminación” se extienda por el planeta.

 
Ese es nuestro objetivo, y nuestra responsabilidad
 

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