NUESTRO VECINO MARTE.

 
En el año 1956, Ernest L. Norman, afirmó haber contactado con los habitantes de Marte.

Escribió un folleto en el que relataba; que teniendo la costumbre de meditar todas las tardes durante una hora, una tarde de 1955 fue contactado por un hombre de Marte. Este se presento con el nombre de Nur El, explicando que procedía de Marte, y que si Norman lo deseaba podía ir allá con él, en vuelo astral.

Según Nur, su gente estaba muy interesada en intercambiar información con los habitantes de la Tierra, al aceptar la invitación, hicieron el viaje llegando en cuestión de segundos, ya que no necesitaron nave.

Así relata él su experiencia:

“Llegando a la superficie de Marte, de repente tomamos conciencia del terreno extremadamente rugoso, colinas rocosas y planicies arenosas que se extienden sin fin. Nur explica que la ionosfera de Marte es muy delgada, lo cual deja la superficie casi desprotegida de los rayos beta, gamma y cósmicos. Esta alta concentración de rayos ionizan la enrarecida y gaseosa atmosfera, y junto con las corrientes termales, crean fabulosas tormentas de polvo”.

“También hay una capa de polvo finamente dividida en la ionosfera, lo que hace que el planeta sea rojizo. Hay volcanes, tres de los cuales son de tamaño importante”.

También explico que Marte tiene siete grados de inclinación en su eje, por lo que no hay mucho cambio estacional. El agua es muy escasa; la mayor parte de las precipitaciones cae en los polos, siendo la vegetación también muy escasa.

Norman continúa diciendo:

“En Marte las ciudades son subterráneas y están interconectadas por enormes tubos ovales de metal, de trescientos a quinientos pies de diámetro. Estos tubos son los que han confundido a los astrónomos de la Tierra, creyendo que son canales para transportar la escasa agua a través del planeta. Las arenas cambiantes del desierto a menudo los cubren y los descubren, lo que conduce a una confusión, porque parecen desaparecer y aparecer”.

Los marcianos le explicaron a Norman que hace más de 100.000 años Marte era muy parecido a la Tierra. Había aire, agua y una abundancia de vida, plantas y animales. En aquel tiempo, y gracias a su tecnología, vieron que en el espacio exterior un Sol se incendió como una nova, explotando luego; grandes pedazos salieron disparados hacia el espacio en distintas direcciones, y cada uno de ellos era un sol ardiente, más pequeño. Sus estudios determinaron que uno de los pedazos pasaría muy cerca de nuestro sistema solar, por lo que tenían que tomar una decisión; emigrar a otro planeta o construir ciudades subterráneas, después de una búsqueda, y no encontrando posibilidades de vivir en otro planeta decidieron hacer las ciudades subterráneas.

El cataclismo golpeo el sistema solar, y Marte quedo diezmado y quemado. También la Tierra sufrió, hubo grandes terremotos y olas gigantes, al cambiar drásticamente la órbita terrestre y su eje.

La historia de Ernest Norman que es muy parecida a otros escritores de la época, resulta interesante por las observaciones que hizo de las condiciones climáticas de Marte, que no eran conocidas por los científicos en los años cincuenta. Su información sobre los volcanes  fue verdaderamente profética, considerando que en el tiempo que su folleto fue escrito, Marte no era considerado sísmicamente activo.

Marte fue uno de los primeros planetas  en recibir la atención de las pruebas espaciales enviadas desde la Tierra, aunque no ha sido un planeta fácil de alcanzar.

En Noviembre de 1962, los soviéticos lanzaron una sonda a Marte, llamada Marte 1, la cual se encontraría con el planeta en Junio de 1963. Sin embargo, solo 10 semanas antes del encuentro programado, los soviéticos perdieron contacto con la nave.

Tres años más tarde, los soviéticos mandaron otra sonda llamada Zond 2, programada para orbitar Marte, esta sonda también perdió contacto con la Tierra.

Los Estados Unidos mandaron el Mariner 7 al planeta rojo, en 1969, pero en 1970 se perdió la comunicación con él, se perdió su control y la velocidad de la nave se incrementó. Unas horas más tarde el Mariner 7 repentinamente restauro su velocidad y la comunicación se reanudo, a pesar de que su sistema de cohete era inoperante. Los científicos nerviosos comenzaron a hacer chistes acerca del “Gran Necrófago Galáctico”, comparándolo con el Triángulo de las Bermudas.

El 12 de Julio de 1988, la USSR lanzo el Phobos II, un satélite no tripulado a Marte. Arribo en Enero de 1989 entrando en órbita alrededor de Marte como primera fase de su destino real, la pequeña luna marciana llamada Phobos. En Julio de ese mismo año un objeto elíptico fue detectado moviéndose hacia el satélite, segundos antes de que perdiera comunicación con la Tierra. Todo indicaba que posiblemente el objeto había atacado al satélite, el cual estaba ahora muerto y fuera de control. A pesar de lo ocurrido el Phobos II capturo fotografías del planeta antes de perder contacto con la base, una de ellas rebelaba la imagen de un objeto que no fue identificado en la superficie marciana.

Muchas de las tentativas de llegar a Marte fracasaron, y los científicos no han podido explicar las causas, quizás no era el momento de que la humanidad tomara contacto con otros mundos.

En el 2012 la Nasa envió a Marte a Curiosity, ante la expectación que ha despertado la conferencia de prensa en San Francisco, el  Jet Propulsión Laboratory  que  opera esta misión, ha declarado que “los rumores y especulaciones respecto a que se han producido importantes descubrimientos en esta primera etapa de la misión son incorrectos”. La conferencia de prensa, añade, será una actualización sobre el primer uso de la gama completa de instrumentos analíticos  para investigar una deriva de suelo arenoso.

Parece ser que todavía no se han encontrado evidencias de compuestos orgánicos en Marte, o quizás no buscan de forma adecuada, no se… la incógnita está servida, y el futuro nos dará la respuesta.

 En la actualidad Estados Unidos mantiene su compromiso de enviar astronautas a Marte en la década de 2030 y todo el programa de exploración de la NASA se dirige hacia ese objetivo, dijo el jefe de la agencia espacial estadounidense, Charles Bolden.