LA LUNA Y NUESTRAS
EMOCIONES.
Simbólicamente
en astrología definimos a la Luna como el Yo emocional. En ella podemos ver
cada vez una cara (fase) distinta, por analogía vemos en la Luna la
variabilidad y la inestabilidad de nuestros sentimientos.
Si somos
capaces de comprender e integrar las energías de la Luna nos daremos cuenta de
que: No tiene luz propia, refleja la luz del Sol y, solo se hace visible cuando
este la ilumina.
Del mismo
modo, nuestro yo emocional depende del entorno para percibirse a sí mismo, el
ser humano se experimenta casi exclusivamente mediante la reflexión del mundo
exterior. Todo lo que ejerce influencia en nuestra psique es reflejado según
nuestro estado anímico interior, así tenemos un intercambio entre el interior y
el exterior y es de esta manera como se activa y reaccionar nuestro yo
emocional.
Como en las
fases de la Luna, el yo emocional
funciona de forma polar, los contrastes se experimentan como la Luna Llena y la
Luna Nueva, de forma alternativa. A veces el reflejo externo se activa con amor
y otras veces, con rechazo. Lo uno provoca lo otro, pues en la reflexión rige a
ley de los pares opuestos, siempre debe haber algo que sea reflejado. En este
planeta de experimentación vivimos sujetos a las polaridades, entre deseo y
frustración, amor y odio, culpa y sanción, castigo y recompensa, alegría y
sufrimiento.
Como es
natural, todos quisiéramos retener el elevado sentimiento de amor, y nos
hacemos muchas ilusiones para
mantenerlo, podemos volvernos exigentes, y tenemos esperanzas que en
ocasiones no se cumplen y quedan en nada. Al sufrir desengaños solemos creer
que la culpa es de otras personas, o de las circunstancias, y generamos
consciente o inconscientemente mecanismos de defensa, dependencias de personas
a las que amamos, de ideas, situaciones o estímulos. Las emociones a veces nos
hacen ver las cosas de forma deformada, llegando a tener cambios de humor que
pueden ir desde una alegría entusiasta hasta una tristeza absoluta, situaciones
típicas del yo lunar.
Pero al
igual que en las fases de la Luna en este plano todo es pasajero.
En
Astrología, el sistema de casas representa el entorno, la forma de
comportamiento aprendida. Los signos del zodiaco indican, la disposición
hereditaria, la estructura genética. Pero la explicación de nuestra naturaleza
emocional podemos estudiarla por la posición de la Luna en nuestra Carta Natal.
Como está motivada por las energías de los planetas, nos da una clave de
nuestros sentimientos, así como de los sentimientos de las personas con las que
nos relacionamos.
En el
estudio de astrología hay tres fuerzas básicas, las cualidades de las cruces:
cardinal fija y mutable. En el zodiaco primero aparece un signo cardinal,
seguido de uno fijo y, a continuación
uno mutable, a continuación vuelve a aparecer un signo cardinal, otro
fijo y otro mutable, de esta forma se forman las cruces. En la cruz cardinal:
Aries, cáncer, Libra y Capricornio, la idea aparece; en la cruz fija: Tauro,
Leo y Escorpio, se le da la forma y, en la mutable ésta es criticada y mejorada.
Con estos
tres principios básicos tenemos las motivaciones fundamentales que se
encuentran en todos los elementos y, en el caso de la Luna, podemos conocer nuestras necesidades más
internas y, con ellas las raíces de nuestros sentimientos.
La luna en los signos cardinales.
La cruz de los signos cardinales está formada por los
signos: Aries, Cáncer, Libra y Capricornio. Con la Luna en uno de estos signos,
el yo emocional se experimenta con aspiraciones de poder, en autonomía, en rendimiento,
en alcanzar metas, en conquistas. En estos signos la Luna no espera a un Sol
que la irradie, directamente va hacia la meta que se propone, no se cuestiona
si lo que hace es desagradable para alguien, sencillamente toma lo que
necesita. Es comparable al principio masculino que de forma activa e intrépida
supera las resistencias.
La voluntad del yo y la Luna en cuando toman contacto con
el amor lo suelen hacer de forma egoísta: dan amor para recibir amor, protegen
a los más débiles para quedar como héroes y así sucesivamente. Pero no debemos
pensar que estas motivaciones son negativas ya que tienen su lugar en la
evolución.
Por ejemplo una persona con una Luna cardinal a menudo
entrará en relación con otra persona que tenga la Luna sensitiva, que quizás se
encuentre en un punto de reposo del horóscopo y que, por lo general, no se
atreva a salir. El complemento y el equilibrio son principios cósmicos, son
leyes que funcionan de forma automática y ponen en contacto a las personas que
tienen algo que darse.
Siempre están listas para emprender experiencias nuevas y
excitantes y se precipitan fogosamente hacia las aventuras. En los asuntos
sentimentales, se comprometen de forma muy personal y, son verdaderos amigos en
los que se puede confiar. Se consideran capaces de cualquier cosa y la verdad
es que, consiguen mucho. Si alguna vez sobreestiman sus posibilidades y no
alcanzan la meta, no se desalientan.
Están preparados para la conquista por naturaleza, son personas llenas de
vitalidad que siempre abordan las tareas de forma nueva y fresca. En todo lo
que hacen, tienen el sentimiento de ser únicas.
Las Lunas Aries creen firmemente en sí mismas, están
convencidas de ser las mejores y de haber llevado a término todo por sí solas,
y les resulta muy difícil compartir sus conquistas o aceptar la colaboración de
otras personas.
En el plano material rige Marte, que enciende su
naturaleza luchadora. Con su imaginación “cortan el aliento” del entorno y, con
su carácter impetuoso, se imponen a las personas suaves y sensitivas. Deben
evitar elogiarse a sí mismas, ya que esto las hace impopulares. También tienen
la tendencia de imponer sus deseos sin consideración por los sentimientos de
los demás y, pueden arrinconar o pisotear a otras personas. Si sus dinámicos
deseos no se cumplen al instante, caen con facilidad en una depresión y culpan
al entorno o a la pareja.
Superación
La Transformación o superación por el que debe pasar una
Luna en Aries, tiene lugar cuando camina al encuentro de su signo opuesto
Libra. Mediante la unión de Marte con Mercurio, la Luna de Aries se vuelve más
sensitiva y aprende a no querer satisfacer solo sus propios deseos, sino
también los deseos y las necesidades de los “otros”. Esta es la lección que
Aries necesita aprender, aunque es una lección difícil, ya que no comprende
porque tiene que estar en el lado del perdedor. Hasta ahora siempre había
tenido éxito, su compromiso ha sido honesto y abierto, se ha dedicado con toda
su alma a alguna persona o cosa y, le resulta muy difícil aceptar que tanto sus
acciones como su compromiso, no se valoran. En este intercambio entre el YO y
el Tú, Aries se vuelve verdaderamente creativo, su voluntad y su pensamiento
orientados a metas compartidas producen un efecto creativo motivado por la
naturaleza emocional.
Es de ayuda el pensamiento semilla esotérico de Aries:
“Surjo y
desde el plano mental rijo.”
+++++++
Luna en
Cáncer.
En Cáncer, el principio cardinal se combina con el
elemento Agua. El Agua es el símbolo de la vida emocional, por eso una Luna
Cáncer tiene por naturaleza fuertes sentimientos de simpatía y antipatía; las
fluctuaciones emocionales están al orden del día. Hoy está entusiasmada por una
persona y mañana ya no quiere saber nada de ella. Reacciona desmesuradamente a
todos los estímulos de contacto del entorno (tanto positivos como negativos),
se aferra a ellos y se estimula continuamente.
Donde hay amor, las Lunas Cáncer fluyen perfectamente
pero, donde no hay amor, sufren profundamente en su interior y caen en estados
de ánimo depresivos. Como signo cardinal, una Luna Cáncer tiene también el
impulso de voluntad que, le dirige a satisfacer sus deseos. Permanentemente
quiere ser amada, estar unida a otros, formar parte y participar en todos los
acontecimientos, por lo que está dispuesta a cualquier cosa para merecer ese
aprecio. Desarrolla ideas, fantasías e imagina situaciones de relación que
quisiera ver cumplidas. A menudo, es una “glotona” en el plano emocional; nunca
tiene suficiente, manipula el entorno y lo dirige hacia la satisfacción de sus
deseos, que considera muy importantes.
Cuando deja de recibir atención o aprecio, se siente
ofendida y profundamente herida. Como el cangrejo, se desliza a su agujero,
muestra sus pinzas al exterior y, acusa a todo el mundo de no querer satisfacer
sus deseos. Se sumerge en autocompasión y hecha a los otros la culpa de su
sufrimiento.
En el plano material rige la Luna por duplicado, lo cual
ocasiona una mentalidad de niño con comportamiento infantil. Este tipo de
personas son totalmente dependientes de la influencia del entorno, se adaptan
desmesuradamente y están atormentadas por unas exigencias simbióticas
inconscientes de acercamiento, por un anhelo de calor de nido y de caricias.
La mayoría, en este estado, no saben verdaderamente lo que
quieren y, con la fluctuación de sus sentimientos, se convierten en el juguete
del entorno, dependen de la familia, de la madre, de la pareja y se resisten a
crecer. Para ellas, la seguridad es muy importante y, por eso, aspiran a la
estabilidad y, prefieren vivir siempre en la misma casa y en la misma ciudad.
Si este YO lunar infantil no obtiene lo que quiere, se repliega sobre sí mismo
asumiendo a solas su responsabilidad. Es decir, debe aprender a satisfacer sus
deseos por sí mismo y a encontrar la propia seguridad en su interior.
Superación.
La superación mediante la crisis tiene lugar en el signo
opuesto, Capricornio. Cuando el comportamiento esperado, o bien de la madre o
de las personas queridas, no se produce. Algunas Lunas Cáncer maduran siendo
abandonadas a un periodo de soledad y aislamiento, otras son arrojadas del nido
para que aprendan a volar. La Luna Cáncer, frente a esto, reacciona con
autocompasión, se siente engañada e incomprendida, excluida, dejada en la
soledad y ofendida por momentos, se esconde en su propia concha.
Cuando pierde la seguridad y la pertenencia al nido protector,
cuando no tiene el calor que necesita, entonces sufre lo indecible y hace
responsable de ello a las circunstancias, sin embargo, ella es la que más
sufre.
Cuando quiere castigar al mundo, aislándose de él, incapaz
de demostrar amor, entonces es cuando empieza en su interior un proceso de
purificación y de maduración. Todos los signos de agua tienen algo que ver con
la purificación, las compuertas se abren y las lágrimas fluyen. Después de
haberse desahogado llorando, la mayoría de veces vuelve purificada y muchas
veces como si nada hubiera ocurrido.
Lo mejor cuando la Luna Cáncer tiene una crisis es dejarla en paz, ya que su transformación se manifiesta en su signo opuesto Capricornio que sube a la cumbre de la montaña en solitario. Así pues, hay que dejar que la Luna Cáncer se aislé, que sea reacia, que este de morros, que se purifique hasta que vuelva por su cuenta y se quede libremente.
Lo mejor cuando la Luna Cáncer tiene una crisis es dejarla en paz, ya que su transformación se manifiesta en su signo opuesto Capricornio que sube a la cumbre de la montaña en solitario. Así pues, hay que dejar que la Luna Cáncer se aislé, que sea reacia, que este de morros, que se purifique hasta que vuelva por su cuenta y se quede libremente.
Entonces alcanza el tercer nivel en donde Neptuno entra en
funcionamiento, mostrando en ese nivel consciente un profundo amor por todo que
proviene de la transformación del regente egocéntrico, en el amor universal del
regente esotérico Neptuno que se preocupa incondicionalmente de los demás.
Neptuno las capacita para intervenir y sacrificarse allí
donde reina el sufrimiento, al hacerlo, olvida sus propias necesidades
personales y puede dedicar sus sentimientos maternales hacia los demás.
Aquí, también es de ayuda el pensamiento semilla esotérica:
“Construyo
una casa iluminada y en ella habito”
+++++++++
Luna en
Libra.
En el signo de Libra, el principio cardinal se une con el
elemento Aire. Aquí, la Luna se encuentra como hecha para el amor, y puede
adaptarse con toda facilidad a las demás personas, produciéndoles el
sentimiento de ser queridos y comprendidos.
La Luna Libra siente la más profunda satisfacción cuando
está unida a otras personas con amor y armonía; esto le da derecho para
existir. Está perfectamente dotada para interpretar el papel de enamorada, por
lo menos mientras considere que se le paga con la misma moneda.
Pero tan pronto como siente lo contrario, se retira. No
permite que se aprovechen de ella porque, en Libra, el principio del equilibrio
representa la motivación principal. Si bien está dispuesta a hacer cualquier
cosa por la pareja amada, también espera (consciente o inconscientemente)
siempre la contrapartida.
El signo de Libra busca siempre el equilibrio y, cuando
una Luna Libra no recibe el mismo respeto y amor que da, se retira y va a
buscar reconocimiento y amor a donde lo pueda obtener.
La capacidad de dedicarse total y completamente al TU
permite a la Luna Libra reaccionar abiertamente al contacto. Con el tiempo
desarrolla un auténtico talento para embellecer la vida de la pareja pero en el
fondo de su naturaleza emocional, espera ser correspondida. Siempre está
buscando el amor perfecto.
En el plano material rige Venus. El Yo Lunar quiere
armonía a cualquier precio, está ciego para la fealdad y siempre busca lo mejor
y lo más bonito para sí y crea una apariencia de armonía que puede romperse con
facilidad. Con una predisposición equivocada, la Luna Libra rechaza todo lo que
conlleva conflicto y todo lo que perturba el estado de felicidad alcanzado.
Hábilmente, intenta mantener un mundo aparente que se vuelve hueco y vacío
porque solo contiene condiciones formales y nada de amor.
En este nivel, la Luna busca placer en las cosas
materiales, en el lujo, en ropas elegantes y toma de TU todo lo que pueda
obtener. Es una especie de prostitución moderna en donde siempre se está
dispuesto a pagar por la propia comodidad. Se trata de la ley de la
compensación y del equilibrio.
Superación.
La superación de la Luna en Libra tiene lugar en el signo
contrario Aries. En la polarización entre el YO y el TÚ la Luna en Libra siente
la derrota en el rechazo, en la mayoría de casos, en conexión con la pareja.
Los conflictos son inevitables, la lucha comienza, quizás los demás se dan
cuenta de que ya han dado bastante y de lo que reciben no está de acuerdo con
lo que aportan. Entonces ya no sirven ni las promesas, ni las protestas ni los
halagos, ni la belleza exterior ni la elegancia. En la fase de derrota se
tropieza con granito, los demás ya no se dejan manipular.
En esta crisis la Luna Libra experimenta una profunda
impotencia y desesperación, tiene la sensación de que todo se vuelve contra
ella, de que todos le atacan y le echan la culpa. La sensación es inevitable,
se queda sola y se repliega en sí misma.
En el otro lado del eje se encuentra el signo del YO,
Aries, que fuerza a la Luna Libra hacia su propio centro. Entonces puede tener
lugar la transformación de Venus a Urano, haciendo que el Yo lunar renazca de
la crisis.
En este contacto, La Luna puede ponerse sin ningún
esfuerzo en el lugar del otro y ayudarle a solucionar sus problemas. Urano como
regente esotérico, representa la inteligencia creativa que ya ha entrado en
acción, y entonces puede encontrar la palabra adecuada, sabe hablar con justa
medida y juicio. Esta es la elevación de Libra, la Luna transformada que
funciona de forma excelente y, sabe que
lo que exige para sí también debe concederlo a los demás.
Así se produce el equilibrio creativo en las relaciones
con el Tu y la integración con la sombra.
El pensamiento semilla esotérico de Libra es:
“Escojo el
camino que transcurre entre las dos grandes líneas de fuerza”.
++++++++
Luna en
Capricornio.
En Capricornio, el principio cardinal se une con el
elemento tierra. La tierra vuelve sensorial a la Luna, antiguamente, se decía
que una Luna en Capricornio era un Luna fría porque el regente de Capricornio
es Saturno. Por la tierra, la Luna es muy sensitiva y por el principio cardinal
está dotada de voluntad y poder, por lo tanto, es una Luna que puede procurarse
lo que necesita. No es una Luna espontánea que se dirija a otras personas sin
una razón fundada, siempre tiene alguna meta que quiera conseguir.
Su Yo emocional anhela seguridad y, por eso, prueba a los
demás durante largo tiempo hasta que está segura de que todo está en orden y de
que no hay posibilidad de engaño. Criterios formales como status, carrera,
profesión e ingresos juegan un papel muy importante.
La Luna en Capricornio casi siempre necesita una razón
objetiva para establecer contacto, comprender el amor por sí mismo le resulta
difícil. Capricornio, como signo de la individualidad, sabe cuál es su valor
desde el punto de vista emocional y la mayoría de veces, se vende muy caro. Es
una Luna individualizada que no se deja enganchar por metas extrañas sino que
siempre quiere escoger y decidir por sí misma.
Está orientada hacia lo realista y mira los asuntos de las
relaciones y del amor con unas gafas de objetividad. En casi todas las
relaciones busca una utilidad, pruebas de dedicación y posibles ayudas para su
carrera. No se abre emocionalmente hasta que ha comprobado la seguridad y la
solidez de todo, solo entonces empieza a mostrar sus sentimientos. Si las
condiciones y el entorno son adecuados domina perfectamente la escala de
sentimientos y puede entusiasmar y, apasionar al entorno con sus sentimientos y
su encanto.
La mayoría de veces, la Luna Capricornio actúa de forma
orgullosa y arrogante frente a personas extrañas, ejerce un poder natural sobre
su entorno y, puede proporcionarse sin demasiado esfuerzo lo que necesita. Esto
se lo debe a Capricornio, cuyo principio cardinal le empuja hacia arriba, hacia
el punto de individualización, escalando hacia arriba, sabiendo lo que quiere,
para alcanzar las metas que se ha fijado y dominar.
En momentos de estrés, la Luna Capricornio tiene la
tendencia de tomarse sus tareas profesionales demasiado en serio, exige mucho,
tanto de sí misma como de los demás, trabaja en base a las altas metas que se
ha fijado y hasta que no las alcanza no puede relajarse y disfrutar de la vida.
En el plano material, estas personas quieren éxito, reconocimiento y poder personal. Muchas se
casan por razones materialistas o para disfrutar de determinado prestigio.
Otras son egoístas en sus exigencias con el entorno, pues a este nivel Saturno
es bastante fuerte y actúa duramente y sin compromisos.
La crisis en Capricornio ocasiona el regreso al interior,
debe descender de su montaña hasta su Cáncer, sus orígenes. Debido a su
ambición, se ha alejado demasiado del amor y ha creído demasiado en los
sentimientos de poder, de manera que no necesita a los demás. En esta situación
de autonomía se queda en su montaña, en el fondo, se siente una persona
solitaria.
Superación.
La crisis de transformación de Capricornio empieza cuando
falta el éxito y hay que soportar el rechazo y la derrota. La mayoría de veces,
esto sucede por influencias externas y errores de peso que la misma persona ha
cometido y cuyas consecuencias debe sufrir. Las metas alcanzadas empiezan a
tambalearse y se pierde el poder, el prestigio, los amigos y, a veces, incluso
la posición. En esta crisis de transformación, tiene lugar inevitablemente la
caída desde las alturas alcanzadas.
Para la Luna Capricornio es impensable que personas o
cosas puedan ir a parar fuera de su control. Por mucho tiempo no lo admite y
adopta una postura rígida. Sin embargo, ocurre lo que a toda costa quería
evitar, se le quita aquello por lo que ha trabajado y el entorno le declara
culpable. El derrumbamiento disuelve la resistencia y se exige la integración
del signo opuesto Cáncer. En otras palabras, debe volverse más humilde y tomar
en serio los valores sentimentales. Cuando admite que también necesita amor,
calor y ternura, como el resto de las personas entonces es capaz de participar
en una vida comunitaria.
Se trata de renunciar al punto de vista de la utilidad y
del provecho en favor del amor espontaneo. Una Luna purificada así, vuelve a
ascender a las alturas individuales, a encontrarse con otras personas con una
mayor comprensión, a ser un modela para ellas y a ayudarlas en caso de apuro.
En el área de los sentimientos, la mayoría de veces, irradia seguridad y fuerza
aunque se porte de forma distante y
objetiva, por eso, puede dar orientación
apoyo y sostén a los demás.
El pensamiento semilla esotérico de Capricornio es:
“Estoy perdido
en la Luz Suprema, no obstante vuelvo la espalda a esa Luz”
++++++++++
Una vez hemos comprendido que cualidades nos aporta la
Luna en la cruz cardinal, y como podemos modificar cualquier exceso que resulte
de encerrarnos en una posición y no integrar las cualidades del signo opuesto, pasamos
a conocer las energías de la Luna en los signos fijos.
La Luna en los signos fijos:
Esta cruz se compone de los signos: Tauro, Leo, Escorpio y
Acuario. Su principio básico es la fuerza creadora de forma con dos
motivaciones fundamentales: Perseverancia y Seguridad.
En esta cruz, el yo emocional se vuelve estructurado y su
espontaneidad y su movilidad están restringidas para conseguir una expresión
constante y estable de la forma. El impulso de la cruz cardinal toma forma con
la ayuda de la cruz fija, haciendo que los sentimientos alcancen una
determinada estabilidad, a pesar de que expresen los deseos y las emociones.
Una Luna fija tiene
unas necesidades bien distintas de las otras cruces, busca seguridad, quisiera
agarrarse a lo que ama y no soltarlo nunca más. La repetición para ella no es
ningún problema, al contrario, cuando todo permanece igual se siente segura y a
salvo. Esto ocasiona una contradicción interna que se produce por la misma
naturaleza de la Luna, ya que esta quiere reaccionar espontáneamente pero el
principio fijo se lo impide, tiene el impulso hacia cosas nuevas pero la
energía fluye más lentamente, con frecuencia los deseos no se cumplen y los
anhelos permanecen insatisfechos.
Una Luna fija mantiene las puertas cerradas hasta que se
convence de lo contrario. La cruz fija se agarra a las condiciones a las que
está acostumbrada, tanto si son buenas como si son malas. El proceso transcurre
de forma cuantitativa, es decir, algunas personas necesitan repetir los mismos
desengaños y experiencias, los mismos golpes de destino hasta que su
comportamiento cambia. La mayoría de veces, la transformación y los cambios se
producen por repetición y por desgaste.
Las crisis en la cruz fija se producen por perdidas de
todo tipo, precisamente lo que la persona intenta evitar, sin embargo, es en
estas crisis donde se adquiere la experiencia más importante para el
crecimiento, ya que una vez la Luna ha soltado su miedo y se abre al amor con
toda confianza, es cuando puede vivir en paz y tranquilidad.
Luna en Tauro:
El signo de Tauro, perteneciente al elemento tierra es el
prototipo de la cruz fija, por eso los sentimientos espontáneos sólo son
posibles con cierta reserva. Las personas con la Luna en Tauro poseen una gran
perseverancia y resistencia y en toda relación construyen un sólido fundamento
de seguridad. Cuando están con personas de confianza reaccionan de forma
abierta y libre, pero en un entorno extraño se comportan de forma reservada.
Con Venus como regente, la Luna Tauro tiene una fuerte aspiración hacia la
belleza, alegría de disfrutar y unión con la naturaleza, también indica la
capacidad de crear un entorno plásticamente artístico.
Las personas con la Luna en Tauro anhelan seguridad y, se
sienten más seguras cuando tienen su propio hogar, saben cuidar de sí mismas y
mantener su esfuerzo dentro de unos límites, de manera que su energía no se
agote.
Si se les quiere inducir a hacer algo con prisa o a algún
cambio rápido, pueden reaccionar de forma testaruda, ante una insistencia
responden con ira.
Cuando piensan que una relación está en peligro, se
sienten intranquilas y deprimidas, sufren de celos, se imaginan lo peor y el
miedo a perder se acrecienta. Estos sentimientos ocasionan fácilmente
comportamientos de compensación, molestias físicas e ideas paranoicas. Si
llegan al bloqueo emocional, sus sentimientos se petrifican y se estancan mostrándolos como frustración o surgiendo de
nuevo en forma de agresión.
Para comprender mejor la naturaleza de las Lunas Tauro,
podemos observar la ley de economía que consiste en oferta y demanda. Cuando no
hay demanda, no puede amar. Raramente puede despertar demanda por sí misma. Una
Luna cardinal puede hacerlo porque tiene energía conquistadora a su
disposición. La Luna Tauro, la mayoría de veces, es más dependiente de que se
le pida, de que sea necesitada por alguien, de lo contrario no se suelta.
Cuando no hay quien la quiera tener, quien la ame, la frustración llega rápido,
y es mucho peor cuando vive una relación desequilibrada en la que el otro toma
más energía de ella de lo que es habitual. A la larga, la Luna Tauro no puede
soportar esa pérdida permanente de energía.
Lo peor que le puede ocurrir a una Luna Tauro es la
perdida de energía, intenta evitar cualquier perdida, intenta preservar su
propia sustancia y no derrocharla, por lo que toma precauciones. Cuando da
amor, casi siempre piensa en lo que recibirá a cambio.
En el plano material Venus actúa como regente tradicional,
esto puede hacerla comodona, lenta y perezosa, no quiere moverse ni trabajar en
su desarrollo. Tal vez está convencida de que todo está bien como está.
Entonces piensa primero en sí mismo y en la satisfacción de los propios
sentimientos, sin preocuparse mucho de las necesidades de los demás. La inercia
de la materia puede durar mucho tiempo indicando una paralización, cualquier
idea de cambio o de desarrollo es enérgicamente rechazada y bloqueada hasta que
llega la necesaria crisis. De la dureza de la concha construida dependerá la
violencia del golpe de destino necesario para romperla, liberando así al YO
emocional prisionero.
Superación:
La Luna Tauro tiene la posibilidad de liberarse de su
“fijeza” de sus conceptos emocionales en el signo de Escorpio mediante la
transformación del regente exotérico al regente esotérico. Con la ayuda de
fuerza escorpiónica se somete a una
transformación fundamental de motivación, y atraviesa un proceso de muerte y
renacimiento del que sale depurada y purificada. El principal criterio para la
transformación es la confrontación con el carácter efímero de la vida.
Expresado en términos psicológicos, debe superar su egoísmo y darse cuenta de
las necesidades de los demás, todos sus miedos se pérdida o de posesión se
superan cuando tiene que mirar de frente a la separación o la muerte y,
entonces se da cuenta de que todo lo terrenal es pasajero.
El regente esotérico lleva su influencia a su expresión en
el plano consciente mediante una total y absoluta motivación. Se trata de
Vulcano guardián del primer rayo “Voluntad y Poder”, que la Luna Tauro percibe
en el punto más alto de la crisis. Es una experiencia reveladora y poderosa en
la que, por un momento la Luna experimenta el motivo primordial de su
existencia. La sensación de unidad con el Plan le da el sentimiento de
seguridad y de estar a salvo, experimentando esa unidad con el Tu. Con ello
desaparece Maya, la ilusión, y sabe a dónde pertenece, cuál es su patria
original.
La Luna Tauro transformada siente amor por todo lo creado
y sirve de acuerdo a las leyes naturales del Plan Divino. Estas personas son
fuertes en el plano emocional, se puede confiar en ellas, y siempre que se las
necesita ayudan de forma espontánea y eficaz. El entendimiento práctico las
hace serviciales y útiles allí donde entran en juego. Una vez que han tenido la
visión de la meta en sus ojos, ya no se desvían de ella aunque tengan
dificultades.
Cuando una Luna Tauro ofrece su amor, su afecto, su
interés o su agradecimiento a alguien, nunca más lo suelta. De la misma forma
que una flecha luminosa, lleva su dedicación, su amor y su responsabilidad
adelante sin mirar ni a la derecha ni a la izquierda.
El pensamiento semilla esotérico corresponde claramente a
este comportamiento:
“Veo y cuando
el ojo está abierto todo se ilumina”
+++++++
Luna en Leo.
En Leo el principio fijo se une con el elemento fuego. La
Luna Leo indica que la persona es generosa y alegre, su vibración contagia a
los otros, cuando ríe, todos ríen con ella, siendo difícil sustraerse a su
influencia. La Luna Leo necesita respuesta del entorno, y lo estructura hasta
que obtiene suficiente popularidad.
El símbolo de Leo es el rey sentado en su trono, se mide
en cantidad, cuanto mayor es su pueblo mayor es su influencia. Cuantos más
aplausos recibe más seguro y más potente se siente.
El Sol como regente del signo confiere energía de fuego a
la Luna, dándole una hábil energía solar para conseguir sus deseos, mucha de
esa energía la utiliza con su fuerza emocional para impresionar a los demás y
ser amado y admirado. Por naturaleza la Luna Leo es orgullosa y prefiere dar
órdenes que recibirlas, les resulta difícil aceptar ayuda y apoyo y, no quieren
mostrar de ninguna forma que se encuentra en apuros, prefieren adoptar el papel
de protector antes que el de tomador.
Otra característica importante de las Lunas Leo es la
delimitación de su reino, en su área de competencia no se permite la entrada a
nadie extraño. El establecimiento de límites de la cruz fija hace que
desarrolle maniobras defensivas protegiendo su intimidad. Cuando el amor de una
Luna Leo se enciende, se involucra con toda su persona, adquiriendo esa
relación un enorme significado.
En el plano material rige el Sol, que también es el
regente esotérico de este signo por lo que debe desarrollarse la sensibilidad
del corazón en el plano de la conciencia. Las personas con la Luna en Leo
quieren dominar el entorno, sus reivindicaciones ocupan el primer lugar y los
demás deben atenerse a ellas. Suelen ser posesivas en el amor y, se sienten
satisfechas cuando se les manifiesta una ilimitada admiración, aprecio y
obediencia.
Una Luna Leo no deja que se acerquen a ella personas de
rango inferior, para que su autoestima se mantenga garantizada. Desde su
magnificencia no cede y se siente herida cuando alguien la crítica o se
descubren defectos que con tanto cuidado había escondido. Le resulta muy
difícil reconocer sus errores y salvaguarda su cara a cualquier precio. Para la
Luna Leo, lo más maravilloso del mundo es enamorarse y unirse con una persona,
pero la pareja debe sentir exactamente lo mismo, si no es así, se siente
profundamente ofendida y herida su vanidad. Es celosa, está convencida de que
nadie puede ser mejor que ella, su gran corazón generoso, su amor apasionado,
su erotismo y su generosidad serán puestos a los pies de los que ame…….y eso
debe ser apreciado.
Superación:
La transformación se produce con la perdida de amor,
cuando personas amadas la dejan o la cuestionan. La crisis empieza cuando tiene
que compartir, cuando le toca hacer el segundo papel. En la polaridad de
Acuario experimenta que solo es una parte de la totalidad y que, cada parte de
la totalidad tiene el mismo valor, que toda la humanidad es una unidad y que no es el único en el universo. Para una
Luna Leo, tener que compartir es una dolorosa lección, y se aísla tratando de
proteger su propio yo. El principio fijo construye muros y levanta acusaciones
contra los que intentan invadirla, cuando las personas que la rodean no la
consideran la mejor y la más estupenda, son castigadas con su desprecio.
En esta crisis, la Luna Leo se siente herida en su más
profundo interior, y se aísla, separándose de todos los contactos, hasta que
empiece la transformación de fuego y tome posesión de su núcleo. La crisis se desarrolla de forma que el ego
queda cauterizado por el fuego solar como
un diamante. Mediante el amor en su corazón debe sacar a la luz un
núcleo interior de oro con el que pueda volver a asumir el riesgo del amor y
pueda abrirse a los demás.
Simbólicamente, todas las personas con la Luna en Leo pueden desarrollar en su corazón de fuego una sensibilidad con la que pueden mirar el corazón de sus hermanos y ayudarlos. Se trata del principio solar que puede reanimar el optimismo, la voluntad de vivir, el erotismo etc. Eso es Leo, con sus verdaderos sentimientos y su cordialidad.
Simbólicamente, todas las personas con la Luna en Leo pueden desarrollar en su corazón de fuego una sensibilidad con la que pueden mirar el corazón de sus hermanos y ayudarlos. Se trata del principio solar que puede reanimar el optimismo, la voluntad de vivir, el erotismo etc. Eso es Leo, con sus verdaderos sentimientos y su cordialidad.
Hoy en día, en el plano físico, existe un exceso de fatiga
en toda la humanidad, las personas Leo pueden desarrollar una tarea muy
especial. Como la energía solar de Leo puede reponer a una Luna cansada y
fatigada, deberían reunirse para cooperar con el estímulo apropiado. El
cansancio general del plano emocional ocasiona mucho sufrimiento, depresión,
aletargamiento, falta de interés etc.
Muchas personas agradecen el estímulo que recogen de las Lunas Leo, de esta manera ellas obtienen la admiración que resulta de la observación de cambio de su entorno y que no es manipulada.
Muchas personas agradecen el estímulo que recogen de las Lunas Leo, de esta manera ellas obtienen la admiración que resulta de la observación de cambio de su entorno y que no es manipulada.
Este es el efecto transformador que lleva del ego (el
pequeño yo), hacia el grupo (el gran yo) y se expande a toda la humanidad.
El pensamiento semilla esotérico expresa la unidad de lo
interior y lo exterior:
“Yo soy este,
y este soy yo”
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Luna en
Escorpio.
En signo de Escorpio esta combinado con la cruz fija y el
elemento agua. Desde el punto de vista de la cruz, se tiende a la seguridad y
la estabilidad y, debido al agua estas exigencias se producen en el plano
emocional.
Escorpio es el signo de los extremos, por eso, la Luna,
como yo emocional está sometida en este signo a fuertes transformaciones, por
lo que siempre está ocupada en buscar emplazamiento firme para no perderse en
la vorágine de los sentimientos.
En las relaciones experimenta los opuestos, simpatía y
antipatía, atracción y repulsión, amor y odio. A menudo, oscila entre el bien y
el mal y no puede percibir bien la línea de demarcación. En medio de esta
tensión, se vuelve creativa y encuentra siempre una salida de las situaciones difíciles, no se
doblega y es capaz de sacarse del pantano tirando de su propia coleta. A partir
del amor, crecen en ella insospechables fuerzas con las que puede regenerarse y
asumir privaciones y sacrificios.
De forma valerosa y luchadora se arriesga por aquellos que
ama o por los que ha asumido responsabilidad. No le asusta reconocer los
propios errores, toma las medidas preventivas para que no vuelvan a ocurrir y se
propone seriamente eliminarlos. De forma crítica, busca faltas tanto en su
propio carácter como en el de los demás, con ello puede poner el dedo en la
llaga y frecuentemente herir a los otros, lo cual ha menudo, es mal aceptado. A
sí misma tampoco se trata de una forma delicada, siendo esto un proceso de
depuración que en determinados casos extremos pueden ser autodestructivos. Los
típicos procesos de muerte y renacimiento de Escorpio no dejan a la Luna en
paz.
Los dos extremos de vida o muerte llevan a la Luna de
Escorpio a situaciones de “o esto, o esto” sobre todo en relaciones de amor o
pareja, donde a menudo ella misma destruye el amor al que se quiere agarrar,
mientras le imputa la pérdida a la pareja. Las personas con esta configuración
o bien están apasionadamente dispuestas a encontrar pareja bajo cualquier
circunstancia o bien renuncian desde un principio para ahorrarse sufrimiento.
En el fondo saben que la anhelada unidad o simbiosis, no existe.
En este signo se encuentra la sabiduría arquetípica de que
nada es permanente porque la vida y la muerte están muy cerca la una de la otra
y el carácter efímero de la existencia debe ser asumido. Muchas personas con la
Luna en Escorpio tienen un gran miedo a los posibles cambios y problemas, tal
vez por eso continúan manteniendo relaciones y parejas insostenibles, o bien
porque se sienten culpables o porque tienen miedo de las consecuencias de la
separación.
En la totalidad del eje Tauro/Escorpio actúa la ley de dar
y recibir, también de la economía, este comercio de amor dice: “Yo te doy esto,
a cambio, tú me das amor”. A disposición de la Luna Escorpio, se encuentra todo
el eje de posesiones que representa uno de los arquetipos más antiguos que la
humanidad ha producido: Tauro en cuanto al impulso de alimentarse y, Escorpio
en cuanto al impulso de reproducirse.
Ambos impulsos aspiran a su satisfacción
y pueden volverse peligrosos si no se satisfacen. En este eje se construyen las
autodefensas, domina la ley: “Ojo por ojo, diente por diente”. Revancha, desquite,
venganza etc. No en vano, se la llama el eje de la mafia, en donde el chantaje
es lo corriente.
Una Luna Escorpio tiene ese contenido en sí, si esto se
emplea como revancha y castigo o como potencial de alto desarrollo, depende del
nivel de desarrollo de la persona, que en todo caso, tiene a su disposición
todo el campo arquetípico de posesión y defensa.
Superación:
Una Luna Escorpio se supera a lo largo de toda su vida,
pero también puede negarse y rechazar la transformación, la cual va del regente
exotérico Marte al esotérico Plutón, el que puede dirigir la fuerza de voluntad
en dos direcciones, o bien se practica conscientemente la limpieza y la
depuración, o bien toda la fuerza de voluntad se emplea en retrasar la
transformación defendiendo su posición.
Solo cuando la Luna Escorpio quiere continuar creciendo y esta cansada de sufrir se atreve a dar el salto, superando el miedo a la extinción del yo, se deja caer en el abismo y es recogido al vuelo por una fuerza cósmica que no es de este mundo. Pero para dar este paso adelante debe estar dispuesto a dejarlo todo tras de sí; debe querer por sí mismo esa transformación en la oscuridad de la noche, sino el Escorpio se queda en la estacada y se hunde en el materialismo.
Solo cuando la Luna Escorpio quiere continuar creciendo y esta cansada de sufrir se atreve a dar el salto, superando el miedo a la extinción del yo, se deja caer en el abismo y es recogido al vuelo por una fuerza cósmica que no es de este mundo. Pero para dar este paso adelante debe estar dispuesto a dejarlo todo tras de sí; debe querer por sí mismo esa transformación en la oscuridad de la noche, sino el Escorpio se queda en la estacada y se hunde en el materialismo.
La Luna Escorpio purificada y trasformada puede volverse
más distendida y, entonces, ya no se lo toma todo tan en serio, como si se
tratara de vida o muerte. Puede aprender a estar por encima de esto y a
establecer este mecanismo como fuerza purificadora en el entorno. Puede liberar
su psique, su aura y toda su personalidad del miedo y llevarles la luz. Hoy en
día, una de las tareas de las Lunas Escorpio es la purificación de la psique de
toda la humanidad para liberarla de todos los miedos negativos, de las
aplicaciones destructivas del poder y de la agresividad.
Tienen la fuerza mágica para determinar si Plutón entra en
juego para causar autodestrucción o para la construcción de un mundo mejor, su
fuerza es la obra mágica de la purificación psíquica, cuando la usa
conscientemente puede influenciar en la mente de las personas de forma
positiva, llevando la luz a las oscuras tortuosidades de la psique de los
demás, bien como sanador, terapeuta o transformador de energías espirituales.
La Luna es víctima en tanto sea dependiente y está
detenida, cuando el miedo sea mayor que el coraje necesario para entregarse a
esa transformación.
La Luna Escorpio puede experimentar “la segunda muerte”, en la que conscientemente y sin miedo camina por un “suelo en llamas” y deviene cada vez más purificada hasta que como el ave Fénix resurge de las cenizas y vuela hasta lo más alto, para allí recibir la última purificación, la metamorfosis de Plutón. Entonces la fuerza escorpiana se hace efectiva como fuerza de curación.
La Luna Escorpio puede experimentar “la segunda muerte”, en la que conscientemente y sin miedo camina por un “suelo en llamas” y deviene cada vez más purificada hasta que como el ave Fénix resurge de las cenizas y vuela hasta lo más alto, para allí recibir la última purificación, la metamorfosis de Plutón. Entonces la fuerza escorpiana se hace efectiva como fuerza de curación.
Para la Luna Escorpio es importante saber que no solo hay
muerte sino también renacimiento. Es el discípulo triunfante en Escorpio que
deja que la Luna y el yo infantil se vuelvan creativos. En algún momento
debemos volver a ser como niños para poder renacer de nuevo.
El pensamiento semilla esotérico de Escorpio expresa este
renacimiento:
“Guerrero
soy, y de la batalla salgo triunfante”.
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Luna de
Acuario.
En este signo, el principio de la cruz fija se encuentra
con el temperamento aire. Con el aire el pensamiento entra en juego con la
naturaleza emocional para hacer realidad la motivación de seguridad.
Las personas con la Luna en Acuario se imaginan los
sentimientos, tienen una gran capacidad para imitar sentimientos e impulsas
emocionales. Los propios sentimientos los guardan bajo llave, hasta que están
seguras de que no los desperdician con quien no los merece, entonces los dejan
salir arrastrando al entorno consigo. Sin embargo, siempre hay presente un
cierto sentimiento elitista con el que se diferencian y se despegan de los
demás de una forma inaccesible pero interesante.
Acuario es un signo individual, y las personas con la Luna
en Acuario tienen su propio concepto del amor y del contacto. Se toman las
responsabilidades muy en serio, y aunque muestran una gran disposición social y
amistosa, siendo correctas con las personas pero inflexibles e intransigentes
frente a los que considera inferiores.
Cuidan su individualidad, su libertad y su independencia
siendo realmente difícil inducirles a hacer algo que no quieran, son rebeldes
contra todo lo que les quiera limitar o determinar, seguramente no querrán hacer
nada que sea normal o usual, por lo menos voluntariamente.
Es difícil apreciar cuando una Luna Acuario se abre y
cuando se cierra, la mayoría de veces, sucede de forma abrupta. Del mismo modo,
también puede separarse de los amigos de pronto, sin que estos sepan el porqué,
los abandona con facilidad, o bien porque ya no los necesita o porque no
responden a su idea. Son naturalezas independientes que no se unen a cualquiera
fácilmente.
La Luna Acuario no piensa dejarse desequilibrar por
alteraciones emocionales, por su propia seguridad construye un muro de protección,
por eso también le llamamos “la Luna de cristal”. Con una pared invisible se protege y mantiene al Tu a la
distancia necesaria para quedar libre de influencias que no desea.
Es una Luna cultivada y refinada que cuida de sí misma y
se preocupa por su bienestar corporal, emocional y espiritual. “Yo soy mi
propio médico”, exclaman cuando están enfermas. Son imaginativas en el
descubrimiento y aplicación de correcciones, mejoras o métodos de curación
alternativos. De esta forma consiguen “un suelo firme bajo sus pies”, si sus
necesidades están satisfechas, no les molesta dedicarse a las necesidades de
los demás, pero primero deben arreglarse a sí mismas.
La supresión y la represión de las emociones puede
convertirse en una actitud ante la vida, de ello, resulta la frialdad de
sentimientos que niega lo vivo y juzga a las personas desde el punto de vista
de la finalidad, del estatus, del rango o del uso. Esto se muestra en forma de
una arrogancia infundada y de un comportamiento snob.
La ingenua Luna Acuario cree tener un alto nivel de
desarrollo porque no tiene sentimientos, es presuntuosa, se cree que es mejor
que los demás, se consideran elegidas y miran a los demás por encima del hombro.
Ese tonto orgullo se distingue en aquellos que, por sus ideas, están dispuestos
a desmentir en la vida todo lo que es diferente, defendiendo sus ideas con un
gran fanatismo, tanto si son ciertas como falsas.
Puede caer fácilmente en visiones utópicas, de las cuales,
solo una profunda transformación las puede sacar, para poder participar en la
vida humana.
Superación:
Las personas con la Luna
Acuario que se han aislado en su torre de marfil y que han tomado una
distancia excesiva de la realidad deben descender de su trono. Deben pasar por
un periodo de soledad y aislamiento y, alejados de todo lo vivo, llegar a
encontrarse solas. Allí, en medio de esa soledad sin sentido, buscara de nuevo
el camino del amor, empezara la búsqueda de personas que piensen como ella, que
la quieran tal y como es, sin condiciones. Esta selección puede compararse con
el Agua de la Vida que se vierte para todas las personas sedientas, no solo
para un grupo escogido.
Cuando en un sentimiento global de unidad experimenta la
verdadera comunión como amor, se vuelve capaz de experimentar un increíble sentimiento
de amistad, entonces ya no busca amigos para aprovecharse de ellos, sino que
está ahí cuando la necesitan.
La amistad va unida a la lealtad, cuando el otro se siente
solo, la Luna Acuario puede darle apoyo y fortalecerle, como conoce la soledad,
puede entender lo que la otra persona necesita. También puede influir en el
entorno, a muchas, su pureza interior les permite salir sin daños. Son como “el
Loco del Tarot” que pasa por iniquidades sin perjuicios. El eje de relaciones
Leo/Acuario está a su disposición.
La Luna Acuario transformada reflexiona continuamente
sobre la sociedad ideal y sobre cómo cambiarla. Tiene sus propias ideas sobre
los valores humanos, pueden comprender los sentimientos de los demás y saben cómo
tratarlos. Como en todo signo fijo, la autovaloración juega un papel muy
importante y aquí se mide mediante la ética, el respeto y el comportamiento
correcto.
Está dispuesta a renunciar a sus conceptos ideales,
visiones, dogmas y formas de pensar cristalizadas porque esto la ha distanciado
de las personas. Comprende que si fuéramos robots inteligentes no tendríamos
amor. Por eso ahora debe experimentarlo, interesándose por el verdadero amor de
la humanidad, que incluye y no deja nada fuera.
El regente esotérico es Júpiter, por lo tanto la
transformación va de Saturno/Urano a Júpiter. Esta es la auténtica, verdadera y
adecuada imagen del mundo que debe construir para que sirva al mayor número de
personas. Entonces irradia confianza actuando de forma correcta en la que no
juzga a las personas sino que las acompaña y las ayuda en su camino de desarrollo.
Sabe lo que tiene que exigir, pero también lo que incumbe
a otros. El obrar correctamente en una ética con una profunda cualidad de
humanidad, es la confianza mutua de donde surge la “Armonía de lo Original” que
debe haberse desarrollado el final de la era de Acuario.
El pensamiento semilla esotérico dice:
“Agua de vida
soy, vertida para los sedientos”
Luna en
Géminis.
Géminis es el signo de aire de la cruz mutable y está
regido por Mercurio. Esta combinación da una nota intelectual a los
sentimientos, es decir, la razón actúa en el mundo emocional.
Con la Luna Géminis la persona puede desarrollar muy bien
los trabajos de intermediaria, donde se necesiten reacciones rápidas. Es una
comerciante excelente para la venta o la oferta de prestación de servicios.
Sabe intuitivamente como convencer a las personas, tiene talento didáctico y
fascina a los demás con sus palabras.
El elemento mutable es su elixir energético, allí
“florece”, allí fluyen sus energías. Sus contactos y actividades son tan diversos
que la multiplicidad y la dispersión pueden ocasionarle intranquilidad y
nerviosismo.
Con demasiada ligereza hace promesas fáciles que no puede
mantener y después debe dar explicaciones e inventar excusas que pueden dejarla en evidencia. En el fondo quiere
llevarse bien con todos y hacerlo todo bien, pero en muchas ocasiones no lo
consigue.
En el plano material, la Luna Géminis no tiene ninguna
estructuración, es una Luna colectiva e está expuesta de forma vulnerable a
todas las influencias, orientándose por las normas establecidas en el entorno.
Imita a sus colegas y parientes y, sin darse cuenta, se vuelve como ellos y, es
que en realidad no tiene opinión propia. Para ella la verdad es relativa y, a
pesar de que es inteligente i reacciona con rapidez, con facilidad se pierde en
el colectivo y no muestra ningún perfil propio.
La propia responsabilidad la delega en los demás,
sobretodo en los colegas, los socios, los hermanos, los tíos, etc. Con su
habilidad especial puede obtener información que otros mantienen oculta, y
consigue que le cuenten lo que quiere saber. Con determinadas posiciones en su
horóscopo, tiene tendencia a contar cosas que le han confiado, ya que siendo
Mercurio su regente tiene la tarea de transmitir mensajes e información, por
eso le resulta difícil guardársela.
En las relaciones, a menudo la Luna Géminis experimenta
una depreciación de todos los valores, experimentando el amor en la superficie,
sin alcanzar profundidad. Cuando les sobrevienen problemas emocionales se
mantienen a flote, se inventan algo, se las arreglan y, niegan tercamente que
están en crisis, no, les gusta afrontarlo y se niegan a sacar conclusiones de
la situación sentimental en la que se encuentran.
La Luna Géminis transformada es la maestra totalmente dedicada
a los demás, que habla el lenguaje colectivo, que conoce las verdades eternas
por haberlas experimentado en sí misma y, que puede transmitirlas a los demás
de forma convincente, sabe que todas las cosas tienen dos caras y sabe decir la
palabra adecuada en el momento adecuado. Puede actuar de forma clarificadora y
comprensiva en situaciones confusas y desembrollarlas de forma inteligente. Emocionalmente,
sabe lo que es correcto y lo que no lo es, porque está en permanente
intercambio con su propio YO, con su guía interno.
El principio de intercambio ayuda en esto a la Luna
Géminis, como casi no puede dejar de dialogar consigo misma, puede
intuitivamente diferenciar lo correcto de lo erróneo. Venus como regente
esotérico después de la transformación se vuelve cada vez más fuerte. Mercurio
deja todo lo que no tiene valor, la Luna Géminis transformada busca en todas
las cosas una cualidad, un sentido con aspiración espiritual. En su propia
profundidad busca “la perla auténtica” y el verdadero YO se encuentra a sí
mismo.
De esta forma, se convierte en intérprete divina, en
divulgadora de valores espirituales. El pensamiento semilla esotérico expresa
este proceso:
“Reconozco mi
otro yo y en la mengua de ese yo, crezco y resplandezco”
Las Lunas Virgo saben perfectamente lo que les hace bien a
los demás, y lo que les perjudica. Tienen aptitudes para las profesiones de
terapeutas y de curación. Hacen todo lo necesario para que la salud se mantenga
en equilibrio o se restablezca. Se sienten completas cuando pueden ayudar a los
demás, pero también pueden desarrollar el denominado “síndrome de ayuda” cuando
no saben poner límites.
En el amor, estas personas están orientadas a lo práctico
y a la realidad de la existencia. Se sienten felices y afortunadas cuando lo
tienen todo ordenado para la persona amada y cuando pueden cuidar de la casa y llevar a cabo su trabajo
diario y su existencia. Para estas personas, esto es una expresión de amor.
Virgo es un signo de trabajo servicial que tiene la tarea
de mantener el mundo en orden. La voluntad de ayuda llevada al extremo puede
estar relacionada con una motivación egoísta. En ese caso, mediante el propio
rendimiento se pretende demostrar al entorno el propio valor y la propia
bondad. Si el entorno no valora su trabajo, entonces sufren una crisis
emocional y acusan al entorno de ingratitud.
En el plano material, Mercurio rige sobre el yo emocional.
Debe recordarse que Mercurio rige a Géminis y le proporciona al yo emocional
una especial capacidad analítica, en Virgo, esta capacidad es más práctica que
mental. Esta es la diferencia entre aire y tierra. Así pues, la Luna Virgo
puede analizar los propios sentimientos y también los de los demás. En los
asuntos emocionales se irritan con facilidad, la más mínima transgresión o
muestra de imperfección perturba el flujo armónico de sus sentimientos.
Una persona con la Luna en Virgo puede llegar a analizar y
criticar tanto el mundo emocional que al final, prácticamente, no quede nada de
sentimiento.
Se toman muy en serio las reglas, la limpieza, las
prescripciones, y en cambio no el sentimiento de amor. Lo que no se adapta a su
pequeño mundo es criticado y apartado. También tienen miedo de que su orden
pueda descomponerse.
Con la Luna Virgo se alternan los sentimientos de
superioridad (presunción) y de inferioridad, con su obsesivo sentido crítico,
se elevan por encima de los demás y, en el servicio, se vuelven sumisas. Por
eso, a veces, atraen a personas más fuertes que abusan de su entrega. Entonces
se defienden con medios erróneos, reaccionan con gritos, críticas, reproches e
insultos, esto no les trae ni el amor ni el reconocimiento que desean, sino más
rechazo.
En esta situación, somatizan y tienen molestias físicas, con lo cual esperan recibir amor y dedicación por parte del entorno. A menudo se trata de enfermos hipocondríacos que todo lo critican y para los que nada se hace bien.
Otras personas se preocupan interminablemente por asuntos
o cosas con las que no tienen nada que ver. Esto ocurre porque les cuesta
trabajo delimitarse ante el sufrimiento de los demás y, debido a su
sensibilidad comparten el sufrimiento. Algunos incluso asumen las enfermedades
de los demás. La empatía y la comprensión son virtudes muy deseables pero una
Luna Virgo debe tener cuidado de no perderse a sí misma en ello.
La capacidad de servir en lo material, de evitar todo lo peligroso y de mantener el justo orden y salud degenera hasta la negación de lo vivo. Entonces tiene lugar la crisis de transformación, la cual catapulta a Virgo hasta el signo opuesto Piscis, hacia el desorden, el caos, la falta de sentido en donde finalmente nace la Luna como regente esotérico.
Si la crisis
emocional no se produce, solo se ve lo negativo de la vida, lo que puede llevar
al borde de la capacidad de supervivencia. La envergadura de la crisis se
extiende por el eje de existencia (Virgo/Piscis), desde la existencia física
hasta el espacio infinito de amor eterno. Todo lo pasado pierde sentido, se disuelve. Todos los
mecanismos de defensa, las medidas de seguridad y previsión ya no sirven,
desaparecen en la nada. Es un proceso de muerte y renacimiento parecido al que
experimenta la Luna Escorpio, pero en este
caso de Virgo, va hasta las raíces del ser.
Luna en Sagitario
La Luna Sagitario está abierta a todo tipo de contactos,
se interesa por todo lo vivo, orgánico y natural. Tiene un gran corazón, mucha
comprensión por las debilidades y errores de las personas y una gran
generosidad al juzgar que influye beneficiosamente en el entorno. No se siente
extranjera en ningún lugar y se adapta fácilmente a los acontecimientos.
De la misma manera que la Luna Géminis, la del signo
opuesto, la Luna Sagitario tiene también un destacado sentido del humor que, en
determinados casos, puede manifestar como burla. Con su amor por la verdad
pueden poner el dedo en la llaga de sus semejantes y, lo hacen pensando que con
ello no pueden herir los sentimientos de los demás. Debido a esa sinceridad sin
miramientos, a veces, se hacen impopulares. En la mayoría de casos, la
capacidad de adaptación no está demasiado desarrollada porque el principal
deseo del signo Sagitario es encontrar la verdad y nada más que la verdad.
Tienen un fuerte concepto de su propia singularidad y lo
irradian en forma de energía mental. Se trata de una ideología sobre el propio
mundo emocional, sobre el cual se construyen su propio sentido que más tarde
deberá ser corregido.
Debe aprender a pensar en los demás y darse cuenta de que
los necesita para ser feliz, además, debe llegar a esta conclusión por sí misma
y a estar dispuesta a hacer cualquier cosa por las personas amadas.
Con la Luna Géminis esto puede manifestarse como sentido
común pero también como pobreza emocional o como sentimientos superficiales.
Sus reacciones espontaneas, su capacidad de adaptación, su inteligencia y su
flexibilidad le convierten en alguien muy hábil en los asuntos de relaciones.
Curiosa por todo la que pasa a su alrededor conoce muchas
respuestas y le gusta dar información al respecto. Alerta, pronta en la
réplica, inconstante e intranquila, reacciona a muchas cosas a la vez,
encontrando gran satisfacción al hacer varias cosas al mismo tiempo. Así pues
como tiene que dar abasto a un gran círculo de amistades, a menudo, promete más
de lo que puede cumplir.
Como la Luna Géminis puede adaptarse a nuevos contactos,
no es fácil que sea fiel, ya que queda seducida por la multitud de
posibilidades, lo que le hace difícil decir “no” y siempre está dispuesta a
experimentar y vivir.
Como la Luna Géminis reacciona con rapidez a los estímulos
externos, las personas con esta Luna se pierden fácilmente en lo relativo;
todas las cosas se meten en el mismo saco, les falta capacidad de
discriminación y profundidad en la valoración de las cosas. Piensan demasiado
sobre los sentimientos y, si bien intentan solucionar los problemas
sentimentales mediante comprensión, sufren bajo una dolorosa indecisión.
Por eso, las Lunas Géminis no manejan bien las crisis emocionales ya que pretenden hacerlas desaparecer mediante construcciones lógicas, y negándolas con cantidad de argumentos. Cuando por fin se dan cuenta de que no pueden resolverlas, le ponen nombre al factor que le ocasiona la perturbación y con guardarlo en el correspondiente cajón, lo dan por liquidado. Les encanta investigar y analizar los sentimientos de los demás, pero no están dispuestas a hacer lo mismo con sus propios sentimientos.
Por eso, las Lunas Géminis no manejan bien las crisis emocionales ya que pretenden hacerlas desaparecer mediante construcciones lógicas, y negándolas con cantidad de argumentos. Cuando por fin se dan cuenta de que no pueden resolverlas, le ponen nombre al factor que le ocasiona la perturbación y con guardarlo en el correspondiente cajón, lo dan por liquidado. Les encanta investigar y analizar los sentimientos de los demás, pero no están dispuestas a hacer lo mismo con sus propios sentimientos.
Superación.
La transformación tiene lugar en el signo opuesto
Sagitario, al otro lado del eje. Sagitario quiere exactamente lo contrario,
quiere encontrar la verdad, los valores y el sentido de las cosas. Esto es
precisamente lo contrario del impersonal elemento emocional de la Luna Géminis,
en donde el amor en profundidad, casi no puede experimentarse.
La Luna Géminis en la crisis es empujada hacia sus límites, los cuales antes no estaba dispuesta a sobrepasar. Cuando ya no puede más y la situación supera sus fuerzas, entonces debe decidirse a tomar el camino hacia adentro. Esa conversión interna solo es posible cuando la persona ha sido llevada a sus límites, al punto cero.
La Luna Géminis en la crisis es empujada hacia sus límites, los cuales antes no estaba dispuesta a sobrepasar. Cuando ya no puede más y la situación supera sus fuerzas, entonces debe decidirse a tomar el camino hacia adentro. Esa conversión interna solo es posible cuando la persona ha sido llevada a sus límites, al punto cero.
Pero para eso debe estar dispuesta a renunciar a la
diversidad y a la multiplicidad. Debe dejarse capturar, decidirse por una
persona, por una tarea y dejar el resto de posibilidades aunque sean muy
seductoras. La transformación exige limitación de la libertad personal y el
empleo de la propia fuerza de voluntad; Géminis debe dirigir sus sentimientos
hacia una única meta.
Ante todo debe comprender que todo lo otro no le ayuda a avanzar. Se siente tanto entre la espada y la pared que la limitación parece inevitable. Entonces la meta debe ser tan seductora que estabilice la capacidad de concentración y ayude a superar el efecto de dispersión.
Ante todo debe comprender que todo lo otro no le ayuda a avanzar. Se siente tanto entre la espada y la pared que la limitación parece inevitable. Entonces la meta debe ser tan seductora que estabilice la capacidad de concentración y ayude a superar el efecto de dispersión.
+++++++
Luna en Virgo
En Virgo se combina el elemento tierra con la cruz
mutable. La tierra ofrece una cierta resistencia al cambio, esto para la Luna
significa ocuparse de lo material y del mantenimiento de la existencia física y
trabajar hasta que todo, incluso el mínimo detalle, esté en orden.
Las personas con la Luna en Virgo se sienten a gusto en el
trabajo, son excelentes trabajadores del detalle y tienen sentimientos de
culpabilidad si no han podido acabar algo. Son personas prácticas y eficientes
pensando siempre en terminar de la mejor manera posible tanto su trabajo como
sus quehaceres domésticos.
Es una Luna
“servicial” que enseguida se da cuenta de cuando algo está fuera de orden.
Normalmente las personas con la Luna en Virgo son agradables con sus
semejantes, siempre se comportan de forma útil y gustosamente “ofrecen el
brazo” a los demás.
En esta situación, somatizan y tienen molestias físicas, con lo cual esperan recibir amor y dedicación por parte del entorno. A menudo se trata de enfermos hipocondríacos que todo lo critican y para los que nada se hace bien.
La capacidad de servir en lo material, de evitar todo lo peligroso y de mantener el justo orden y salud degenera hasta la negación de lo vivo. Entonces tiene lugar la crisis de transformación, la cual catapulta a Virgo hasta el signo opuesto Piscis, hacia el desorden, el caos, la falta de sentido en donde finalmente nace la Luna como regente esotérico.
Superación.
Aquí, en lo más profundo, se trata de ser o no ser. La
tendencia a la disolución del signo de Piscis traspasa la frontera en donde las
cosas materiales a las que el yo lunar se ha agarrado, son eliminadas. No queda más que el amor.
La Luna Virgo trasformada entra en contacto con el mundo
trascendental, una nueva experiencia irrumpe en su conciencia. Desde espacios
cósmicos desconocidos, desde otras dimensiones fluyen sobre ella energías que
la reaniman y la capacitan para sanar.
Así como antes la Luna Virgo tenía miedo cuando se sentía
rodeada de energías extrañas, ahora crece en ella la confianza en su propio
guía interno y en sus fuerzas de sanación. Estas fuerzas curativas despiertan y
al mismo tiempo refuerzan a la Luna como regente esotérico de este signo.
Ahora es la Luna Virgo la que verdaderamente nutre y
guarda la vida, el principio del amor que mora en el interior, permitiendo
llevar amor y felicidad allí donde reside el sufrimiento. Las capacidades
analíticas de Mercurio se emplean en realizar el adecuado diagnóstico y
sanación de enfermedades. El amor y la conservación de la vida se convierten en
el principal motivo de existencia. Es un camino de la materia al espíritu, en
donde lo más elevado se une con lo más bajo.
Es entonces cuando la persona con la Luna Virgo, puede
estar ahí cuando se trate de salvar vidas y de traer amor entre las personas.
Entonces puede vivir completamente la ley del servicio y de la sanación, ha
traspasado la frontera, ha mirado en la apertura de una conciencia universal y
vuelve purificada como auténtico servidor.
El pensamiento semilla esotérico de Virgo expresa este
proceso:
“Soy la Madre
y el Hijo, soy Dios y soy materia”
++++++++
Luna en Sagitario
La Luna en Sagitario combina el principio mutable con el
elemento fuego. Sagitario es el tercer signo de fuego. El fuego es un temperamento
del yo que está relacionado con el desarrollo de la personalidad y, en
Sagitario, con la individualidad del propio pensamiento.
El desarrollo del yo empieza en el signo de Aries, en Leo
se pone a prueba y en Sagitario se produce la individualización. Por eso, la
Luna Sagitario ama tanto la independencia, aspira constantemente a la libertad
y siempre tiene un punto de vista propio. Esta tan intensamente unida al
pensamiento que éste actúa de forma importante en los sentimientos.
Las personas con Luna Sagitario son positivas y, a pesar
de las experiencias negativas, continuamente recuperan la fe, el coraje y la
energía vital. Buscan conocimientos de forma apasionada y son lectores ávidos
para expansionar sus conocimientos y perfeccionarse.
Son filósofos por naturaleza, y se sienten impulsados a
encontrar respuesta adecuada a preguntas de gran profundidad sobre la vida.
La Luna Sagitario no soporta el disimulo, enseguida
intenta aclarar las cosas. No oculta la verdad, ya ha ganado muchas batallas
con la agresividad de sus palabras. En el nivel material, reacciona de forma muy
egoísta y subjetiva, es muy individual y, no permite que se le diga lo que
tiene que hacer.
Está identificada con su yo emocional, da pasos
imprevisibles que raramente pueden calcularse con antelación. A las personas
con Luna Sagitario no se las puede programar o prever, reaccionan espontánea e
individualmente.
En la Luna
Sagitario, las ideas se imponen sobre los sentimientos, y se originan formas
mentales, ideas fijas que justifica y
defiende a toda costa. Son formas mentales cristalizadas que proceden del
intelecto, verdades, conceptos, ilusiones que están alejadas de la realidad y
del amor. Estas personas interpretan el rol de juez, juzgan a los demás y se
hacen impopulares, la gente las evita, y se apartan de su camino. Son personas
solitarias que deambulan a grandes pasos por la Tierra y que hablan de amor
aunque no son amados.
Las personas con la Luna Sagitario creen que pueden hacer
y decidirlo todo solas, no permiten que se les den consejos, se sientan en su
“elevado trono” y desde ahí miran despectivamente a la mediocridad terrenal, lo
saben todo mejor que nadie. Esto puede hacer que en ocasiones sean injustas
dándole la vuelta a la verdad para su conveniencia.
De sus debilidades hacen virtudes e incluso una filosofía que presentan como buena a los demás. No les gusta sentirse atadas ni obligadas a dar gracias, prefieren organizarlo todo ellas mismas. El yo reclama mucha libertad e independencia, muchas veces, esta reivindicación no está justificada pero sin embargo la reclaman.
De sus debilidades hacen virtudes e incluso una filosofía que presentan como buena a los demás. No les gusta sentirse atadas ni obligadas a dar gracias, prefieren organizarlo todo ellas mismas. El yo reclama mucha libertad e independencia, muchas veces, esta reivindicación no está justificada pero sin embargo la reclaman.
Las Luna Sagitario tienen miedo al compromiso, a perder la
fuerza de expansión Que Júpiter les otorga al ser su regente. Para ellas, las
relaciones son siempre voluntarias, si alguna ejerce presión sobre ellas, se
van. Evidentemente, no se llevan bien con la fidelidad, si se les ofrece una
relación o un amor de forma espontánea, aprovechan la oportunidad, ya que según
su filosofía el verdadero amor solo puede experimentarse de forma espontánea.
Como en todos los signos mutables, aquí también hay una
contradicción; quieren el amor, pero no asumir ni obligaciones ni
responsabilidades.
El cuerpo emocional no es el más adecuado para la
individualización, esto lo hace mejor el Sol, y sin embargo, estas Lunas tienen
esta tendencia. Muchas son incapaces de amar.
Superación.
Para las personas con Luna Sagitario, la crisis de
transformación se activa en el signo opuesto Géminis. Es el principio que
reduce y equilibra el propio orgullo, entonces estas personas experimentan que
no son tan especiales como creían y que deben desarrollar una cierta humildad
para poder llegar a aprender y a sentir.
Las reivindicaciones de singularidad llegan a superarse en
la soledad, cuando nadie quiere saber nada de ellas. Al final de la crisis,
puede desarrollarse el regente esotérico, la Tierra, y, al mismo tiempo, pueden
establecerse relaciones completas a todos los niveles. Entonces, el amor se
experimenta como un acontecimiento universal, en donde no hay ni alto ni bajo,
ni rico ni pobre.
En otras palabras, la Luna Sagitario, mediante su
sentimiento de necesidad de amor, llega a conocer que no sirve de nada
experimentar en solitario la belleza de la existencia, y que, en cambio, en
común, le ilumina un disfrute de la vida más elevado. Experimenta que debe
entregarse a otras personas, que debe dirigirse hacia alguna meta en el amor.
Comprende que no puede funcionar de forma tan libre y, al mismo tiempo exigir
amor.
Esta entrega a los demás debe de ser verdadera, real y
autentica, el regente esotérico, la Tierra, no admite decisiones a medias. Con
la Luna Sagitario transformada, el pensamiento y el sentimiento actúan
conjuntamente. Corazón y cabeza están unidos. Entonces estas Lunas son dignas
de confianza, pueden explicar las cosas desde un punto de vista superior y
hacerlas comprensibles.
La Luna siempre tiene que ver con el amor, el gran
principio, y cuando la Luna Sagitario sale de la crisis está purificada,
dispuesta a experimentar. Está convencida de que el amor lo cura todo y,
comunica esta verdad a todas las personas.
Normalmente, las Lunas Sagitario tienen capacidades
pedagógicas y de educación. Como maestras trabajan con objetivos filosóficos y
quieren refinar la imagen del ser humano. La tendencia a lo lejano es una
fuerza que impulsa hacia adelante, que da lugar a nuevas esperanzas. Así pues,
están siempre dispuestas a hacer algo para la innovación y tienen suficiente
coraje para intervenir en donde predominan circunstancias o estados
antisociales. De forma alegre, esperanzada y con fe, se dirigen siempre hacia
nuevas experiencias
.
.
El pensamiento semilla indica esta capacidad:
“Veo la meta,
alcanzo la meta y veo la siguiente”
+++++++
Luna en
Piscis
El signo de Piscis es la combinación del principio mutable
y del temperamento agua. El agua se adapta bien con el principio mutable, por
eso, las personas con la Luna Piscis reaccionen a los cambios en la vida
emocional de modo flexible.
Anhelan un amor ilimitado, armonía y comprensión, una
tierra donde se hable su idioma. Tienen mucha fantasía, dotes de Mediumnidad y
están interesadas por el arte. Su naturaleza emocional puede expandirse y
abarcar todo el universo.
La mayoría de estas personas son pasivas y pacientes
frente a la vida y frente a los demás. Esperan a que los demás establezcan
contacto, entonces reaccionan rápidamente, pero de por sí, son poco activas.
Cuando se ha establecido un contacto, su capacidad de adaptación es muy grande,
perciben todos los detalles de flujo de sentimientos y, a menudo, se tiene la
impresión de que no tienen sentimientos propios.
No suelen reaccionar a exigencias expresadas toscamente, se escabullen de ellas como peces en el agua.
No suelen reaccionar a exigencias expresadas toscamente, se escabullen de ellas como peces en el agua.
Viven en su propio mundo, están unidas a dimensiones
espirituales (influencias transpersonales) así como al inconsciente colectivo,
a las más profundas capas emocionales del alma humana. La unión con el
superconsciente ocasiona una profunda y mística espiritualidad que se hace
difícil de comprender para el entorno, que las considera soñadoras, difíciles o
ajenas a la realidad. Lo que ocurre, es que las personas con Luna Piscis tienen
una comprensión de la unidad que permanece oculta para los demás. Viven en dos
mundos al mismo tiempo.
A pesar de que tienen una comprensión natural intuitiva de
las penas y necesidades de las personas, son incapaces de emprender algo para
ayudarlas, a pesar de ello se dejan conmover por las situaciones críticas de
las personas y sufren por el dolor de los demás.
Tienen el amor por la paz profundamente arraigado en su corazón y, cuando sus emociones fluyen con amor hacia la humanidad ya no perciben más su propio yo. La mayoría no pueden ponerse limites, se identifican con el entorno, y su cuerpo al igual que una esponja es capaz de absolver las molestias y dificultades de los demás.
Tienen el amor por la paz profundamente arraigado en su corazón y, cuando sus emociones fluyen con amor hacia la humanidad ya no perciben más su propio yo. La mayoría no pueden ponerse limites, se identifican con el entorno, y su cuerpo al igual que una esponja es capaz de absolver las molestias y dificultades de los demás.
Las personas con la Luna en Piscis casi no perciben lo que
su Luna necesita, muchas veces, no tienen ni idea de lo que necesitan para sí.
A veces, no tienen muchas aptitudes para la vida práctica, actúan de forma
desvalida hasta que otros se ocupan de sus asuntos. Muchas están convencidas de
que todo se soluciona por sí mismo, solo debe esperarse el tiempo suficiente.
Esta pasividad hace que necesite una pareja activa que la mayoría de veces
encuentra.
En el nivel material, las Lunas Piscis son a menudo,
víctimas de personas más fuertes. Como no pueden defenderse por sí mismas, con
frecuencia se abusa de ellas. A este nivel, la Luna Piscis no tiene voluntad
propia, está determinada por el exterior y se convierte en juguete del entorno.
Muchas, casi no saben nada de su emocional, y no están dispuestas o no son
capaces de formarse una base sólida para vivir, se dejan llevar y se vuelven
dependientes, o bien de personas o de alcohol y drogas. Lo que necesitarían
para sentirse seguras en su mundo emocional es una profunda unión con una
fuerza superior, pero esto, a este nivel, no es fácil de establecer.
Suelen tener largos periodos de inseguridad y de perdida
interior, Júpiter es el regente tradicional de Piscis, por eso, en el fondo,
desean una vida cómoda y evitan conflictos. Cuando se sientes preocupadas o condicionadas
a cuidar a alguien mucho tiempo, se agotan, se sienten hechas polvo y
desamparadas. Algunas pueden tener llantos convulsivos o ataques histéricos,
otras se refugian en enfermedades.
Normalmente, las ayudas externas no sirven, la transformación debe provenir del interior. Para las Lunas Piscis es importante reconocer su propia dependencia y querer librarse de ella. Pero eso requiere un cambio interno importante y la activación de la más elevada energía de voluntad de Plutón, que es su regente esotérico. Pero esto solo ocurre en el punto más alto de la crisis.
Normalmente, las ayudas externas no sirven, la transformación debe provenir del interior. Para las Lunas Piscis es importante reconocer su propia dependencia y querer librarse de ella. Pero eso requiere un cambio interno importante y la activación de la más elevada energía de voluntad de Plutón, que es su regente esotérico. Pero esto solo ocurre en el punto más alto de la crisis.
La crisis se origina en la polarización con el signo
opuesto Virgo. Piscis/Virgo es el eje de existencia que lleva a las raíces del
ser. Las Lunas Piscis están enganchadas en este eje, oscilan de aquí a allá,
entre el anhelo por un mundo mejor y la realidad de la existencia. Todo lo que
Virgo ve claramente con su inteligencia analítica, la Luna Piscis tiene que
aprender a verlo, aunque la realidad no encaje en su mundo de fantasía, debe
aceptar la realidad.
A menudo, es a
través de las experiencias de enfermedad o de muerte, cuando aprende que tiene
que luchar por su propia vida, en las crisis se dan cuenta de que la vida, con
sus realidades y obligaciones diarias, también puede ser hermosa.
Entonces se vuelve activo Neptuno, el segundo regente, al
integrar a Virgo, aceptan lo negativo del mundo, le dan un nuevo sentido y lo
comprenden como camino de desarrollo.
Superación.
En la crisis de transformación, primero, se origina un
gran abismo entre Virgo y Piscis porque el mundo de Virgo no encaja con el de
Piscis. La Luna Piscis experimenta este abismo en el eje de existencia. Ahí en
medio se encuentra la Luna, se siente colgando entre el cielo y la Tierra y es
incapaz de hacer nada.
A la Luna Piscis le parece que esto no tiene sentido y preferiría
huir de la propia vida.
En esta crisis, puede llegar a una gran desesperación, el
dolor del mundo le atrapa y le sobrevienen pensamientos de suicidio.
Es como “la noche oscura del Alma” en la que, a veces,
también pueden aparecer enfermedades psicosomáticas para, de esta forma, hacer que otras personas
se ocupen de ella.
Esta dependencia es muy profunda, oculta ante sí y ante los demás el sentimiento
de necesidad, compensándolo con sucedáneos, simplemente porque no puede con el
mundo.
Es en las crisis de existencia cuando las Lunas Piscis se confrontan
con Plutón, su regente esotérico, la Luna entonces se repliega en su interior,
activando así el yo superior, en núcleo interno. Plutón le quita todo, llegando
hasta el límite, entonces la transformación es total, es un proceso de
purificación de alta calidad.
Empieza con que la Luna Piscis se desprende de todo
aquello a lo que alguna vez ha servido, cuando el entorno la rechaza, la juzga,
duda de su capacidad de amor, le retira la confianza y no la necesita más, es
cuando se produce la transformación en su interior. Cuando las dependencias
externas ya no le son útiles y dejan de tener sentido, entonces se dirige hacia
el propio núcleo. La autocompasión es uno de los últimos escollos que debe
sobrepasar en el punto más alto de la crisis.
La Luna Piscis, con la ayuda de la estructuración de
Virgo, puede decir auténticamente “sí” a la existencia y desarrollar la
capacidad de ayudar cuando la necesitan. Son personas que ayudan, enfermeras o médicos
que se ocupan de los enfermos con toda entrega y sensibilidad, son terapeutas y
psicólogos que nunca se cansan de escuchar y atender a los demás.
Una Luna Piscis transformada puede ver en la profundidad y
reconocer las conexiones anímico-espirituales. A menudo, sana sencillamente
mediante su presencia.
Con su altruismo,
está disponible para todas las personas en caso de crisis emocionales o
necesidad, Posee olfato psicológico e intuitivamente, sin palabras, sabe que es
lo que pasa.
Su gran sensibilidad la distingue, es la conciencia
crística, la más elevada forma de amor.
El pensamiento semilla de Piscis clarifica ese desarrollo:
“Dejo la casa
del Padre y al volver, salvo"
+++++++
LA LUNA EN LAS CASAS DEL ZODIACO
LA LUNA EN LA CASA I
La Luna en la Casa I favorece el desarrollo de una gran
sensibilidad, inspiración, intuición y fantasía. Pero si está mal aspectada
también puede conducir al nativo a tener un carácter variable o un poco
lunático, con frecuentes cambios de estado anímico.
El corazón prevalece sobre la cabeza en el gobierno de su
destino y hay un predominio del mundo onírico y del inconsciente, que tiene una
gran influencia sobre la personalidad. La sensibilidad de estas personas es tan
grande que parecen tener antenas con las que captan los estados de ánimo de
quienes les rodean, pero al mismo tiempo son como esponjas que absorben todo lo
que perciben a su alrededor.
Los nativos con la Luna en la Casa I, por lo general son
personas que tienen mayor tendencia a adaptarse a las circunstancias, en vez de
intentar modificarlas. Suelen también eludir los conflictos en lugar de
afrontarlos, y mucho menos provocarlos. Son muy humanos, protectores y
maternales, siempre les gusta agradar a los demás.
Es una influencia profundamente femenina, y las mujeres
ocupan un lugar preferente en la vida de estos nativos, desde la madre a la
esposa o las amigas. Albergan en su interior todo un gran universo de sueños y
fantasías, pero a menudo les falta valor y energía para materializarlo en la vida
real. Si la Luna esta afligida puede
favorecer un carácter obsesivo o neurótico, histérico o con una fuerte
inestabilidad emocional.
LA LUNA EN LA CASA
II
Cuando la Luna se encuentra en la Casa II, puede ser
causa de inestabilidad económica, más concretamente en los ingresos; estos
pueden proceder de alguna profesión relacionada con la sensibilidad o el arte,
con el contacto con el público y los niños, o bien con la hostelería, las
bebidas y los líquidos.
Es una posición que tiende a dar una vida llena de
altibajos financieros.
El dinero proporciona a estas personas una gran seguridad
o tranquilidad emocional. Ese mismo anhelo de seguridad las lleva a ser
reservadas o tacañas a la hora de gastarlo, sin embargo en ocasiones pueden
realizar grandes gastos carentes de lógica, que sólo obedecen a los impulsos
del momento o a los dictados de su fantasía. En líneas generales, hay una
predisposición a conducir la situación financiera, más con el corazón que con
la cabeza; sus cambios de humor y fluctuaciones internas influyen en su economía
y en su relación con los demás.
Esta posición de la Luna favorece que, en muchos casos,
las mujeres, la madre, la esposa o la familia en general puedan tener un papel
relevante en los ingresos en la economía de los nativos, en muchas ocasiones proporcionándoles
ayuda en este ámbito. De cualquier modo, son personas que tienen más tendencia
a vivir en el mundo de los sueños que a cultivar el sentido práctico y el
realismo. Los asuntos mundanos no son su fuerte y siempre existe el peligro de
que su situación material pueda ser insegura y carente de solidez, o incluso en
algunos casos precarios.
LA LUNA EN LA CASA
III
La Luna en la Casa III inclina a la persona a ser
fantasiosa y soñadora, Pero también la dota de una inteligencia intuitiva e
imaginativa. Su mentalidad es muy semejante a la de los niños, con predominio
de las facultades mentales pasivas y de lo subjetivo. Sin embargo, es una
posición que favorece la inspiración, por lo que es excelente para un artista,
un poeta o un escritor, pero no lo es para un matemático o un científico.
En estos nativos hay una tendencia a centrar la mente en
los asuntos domésticos, afectivos y en la vida cotidiana. Suelen tener
hermanas, en muchos casos mayores que ellos o también puede ocurrir que los
hermanos sean de características lunares, sensibles, soñadores, hogareños, etc.
Si la Luna está bien aspectada, hay buena relación con
las personas de su entorno, hermanos, vecinos, compañeros de trabajo etc. Hay
una predisposición a tener empatía con ellas, aunque también cierta pasividad o
sumisión. Asimismo propicia los viajes cortos y beneficia el contacto con el
público, siendo favorable para los comerciantes y vendedores.
Si la Luna está afligida, dará una tendencia a las
obsesiones y los sentimientos de ansiedad, y hará que la mente sea muy
superficial, exacerbando su lado más fantasioso, con lo que también hará a la
persona muy lunática e inestable.
LA LUNA EN LA CASA
IV.
La Luna en la Casa IV se encuentra en su propio
domicilio, por lo que su influencia es plena y pude aportar lo mejor de su
naturaleza. Esta posición favorece la constitución de un hogar y una familia,
especialmente si está bien aspectada, contribuyendo a que la familia se
mantenga unida.
Las personas con esta posición tienen un acusado amor por
la vida familiar y suelen estar muy apegadas al hogar, las tradiciones y el
pasado. A menudo se sienten mucho más atraídas por la vida íntima que por los
asuntos públicos, o bien ésta es mucho más importante en la trayectoria de su
destino.
La Luna en la Casa IV realza de forma especial la
infancia de estas personas, y la huella posterior que deja en ellos, que será buena
o mala según los aspectos que reciba la Luna.
También ensalza la figura de la madre, que tiende a influir
decisivamente en las vidas y destinos de los nativos con este aspecto.
Si está bien aspectada favorecerá la conservación del
patrimonio y la posesión o adquisición de bienes inmuebles, también será
positiva para la agricultura y todos los trabajos relacionados con el agua o el
mar. Esta posición puede propiciar asimismo numerosos cambios de residencia,
especialmente si está afligida. A menudo, estos nativos serán más felices, o tendrán
una mayor estabilidad, en la segunda mitad de su vida.
LA LUNA EN LA CASA
V.
En la Casa de los hijos, el planeta de la fecundidad
puede favorecer una abundante descendencia, especialmente en un horóscopo femenino,
salvo que la Luna esté afligida por Saturno u otros planetas maléficos. En
especial, señala la posibilidad de tener hijas, o puede indicar que los hijos,
con independencia de su sexo, tendrán características lunares en su carácter o
destino. En cualquier caso, da un gran amor por los niños y la maternidad.
También se trata de una excelente posición para la
creación artística al potenciar la imaginación, la inspiración y la fantasía.
LA LUNA EN LA CASA
VI.
Las personas con la Luna en la Casa VI son personas
sencillas que se dedican toda su vida a servir a sus semejantes. Esta profesión
favorece todas las profesiones y actividades relacionadas con la entrega a los
demás o el servicio público, entre ellas especialmente el servicio doméstico o
la hotelería, y también aquellas que se relacionan con la sanidad y la salud,
en general trabajos y actividades considerados como “femeninos”.
Fomenta el amor al trabajo, la abnegación y el sacrificio,
aunque todas estas cosas tienden a vivirse de un modo inestable, obedeciendo al
impulso o la emoción del momento. De carácter servicial y con tendencia a
solucionar problemas ajenos, existe sin embargo el peligro de que sus subordinados,
que a menudo suelen ser mujeres, sean caprichosos o perezosos.
En las personas con esta posición pueden darse frecuentes
cambios de trabajo o bien éste puede desempeñarse con los padres o familiares, o en un ambiente familiar. A
estas personas les gustan los animales domésticos.
Es una mala posición para la salud, sobre todo si la Luna
está afligida, ésta puede ser delicada especialmente en aquellos órganos relacionados
con su influencia: el estómago y el aparato digestivo, los pechos o el aparato linfático.
Hay cierta predisposición a enfermedades variadas o
múltiples aunque de corta duración, así como las de infancia o adolescencia, o
las de carácter hereditario. En un horóscopo masculino, la madre o la esposa
pueden tener mala salud.
LA LUNA EN LA CASA
VII.
Si la Luna está bien aspectada en la Casa VII es una posición muy favorable para el matrimonio
y la formación de un hogar. El matrimonio puede ser precoz, y si se trata de un
horóscopo femenino el marido será habitualmente un hombre más bien dócil,
sensible y amante de la familia. Pero si está afligida, puede ser bastante negativa
para estos asuntos, no niega el matrimonio pero predispone a una vida conyugal
agitada o a la unión con una persona variable, inestable, voluble o caprichosa,
aunque también sensible.
En cualquier caso, a la hora de casarse, estas personas
siempre tienden a escuchar mucho más al corazón que a la cabeza, lo que a veces
traerá más lamentos que beneficios. Muchas veces, de forma consciente o
inconsciente, los hombres con esta posición buscan una mujer que los quiera más
como una madre que como una persona, o también una excelente madre para sus
hijos. Los padres pueden intervenir en la elección del cónyuge, o bien serán
tomados muy en cuenta.
En el terreno social o profesional favorece las
asociaciones con familiares, así como una predisposición a la inestabilidad en
las uniones. Estas personas sienten una simpatía instintiva por sus semejantes
y una tendencia a preocuparse por sus necesidades.
Cuando está bien aspectada es una posición que favorece
la popularidad y el éxito social, así como todas las actividades relacionadas
con el público. En caso contrario, habrá
desengaños y disgustos con los socios y con el público en general, y la
popularidad podría ser negativa. Si está afligida puede haber juicios y procesos
familiares o por asuntos inmobiliarios.
LA LUNA EN LA CASA
VIII.
En este sector regido por Plutón, la Luna desarrolla una
vida emocional tan intensa como profunda. En las relaciones íntimas, las
personas dan mucha más importancia a los sentimientos que al sexo. Se sienten
profundamente atraídas e interesadas por todo lo secreto u oculto, así como por
la muerte, el más allá, y todo lo relacionado con el mundo esotérico y las
facultades paranormales.
Si la Luna esta afligida, puede ser una posición
peligrosa para la salud, que puede ser muy débil incluso en la infancia. Así
también, si está muy afligida pueden inclinar al nativo a siniestras pasiones, incluso
pueden causar temor y agredir a sus semejantes.
En los hombres, esta posición puede ser un mal augurio
para la vida de la madre, esposa o alguna hija. Aparte de esto, si la Luna está
bien aspectada puede anunciar una herencia, sobre todo si proviene de la madre
o de alguna otra mujer, aunque por lo general está posición más bien es
presagio de inestabilidad en la situación financiera de la pareja y después del
matrimonio.
LA LUNA EN LA CASA
IX.
En esta Casa, a menudo presagia largos viajes por el mar,
viajes realizados en compañía de mujeres o niños, o en unión de la madre o las
hermanas. En otros casos, la persona puede lograr su realización sentimental en
el extranjero o bien su pareja será una persona extranjera. Aunque muchas veces
los viajes se efectúan con la imaginación y la fantasía.
Es una posición muy favorable para escritores,
especialmente para los que narran viajes o aventuras. Estos nativos, en general,
recorrerán mundo y, de sus experiencias, extraerán una filosofía de vida. Por
otro lado, favorece el desarrollo de una gran intuición, presentimientos,
sueños proféticos o clarividencia. Son gente con una capacidad innata para
comprender los problemas existenciales de forma intuitiva, guiándose más por el
corazón y la imaginación que por la mente racional.
Estas personas también alimentan ideales de carácter místico,
espiritual o religioso, pues una posición que favorece la devoción a una
religión o ideal, aunque también conlleva el riesgo de que esos ideales,
opiniones o filosofía de vida pueden ser inestables o variables, obedeciendo a
impulsos emocionales o propios de la fantasía.
Cuando la Luna está afligida, la imaginación se dispara y
la persona se entrega a toda clase de utopías carentes de base.
LA LUNA EN LA CASA
X.
Cuando la Luna en la Casa X está bien situada y
aspectada, es una posición muy favorable para lograr el ascenso social y la
popularidad, En muchas ocasiones ese ascenso se produce gracias a la gran bondad
o grandeza de alma del nativo, y las empresas que lo conducen el éxito están
más relacionadas con el sentimiento que con lo racional.
Son individuos que sienten la necesidad de ser útiles a
la sociedad en la que viven. Bien aspectada es una posición muy favorable para
los artistas, que alcanzan el éxito gracias a su fecunda imaginación, sobre
todo aquellos que dependen totalmente del público y de las modas pasajeras,
como es el caso de los actores o cantantes.
Los políticos con esta posición son especialmente
populares, y arrastran multitudes por su capacidad innata para llegarles al
corazón, captar sus necesidades e influenciarles, aunque si la Luna está
afligida entonces esa popularidad podría ser ambivalente e incluso en algunos
casos negativa.
Por otro lado, en estas personas a menudo la madre, la
esposa, alguna otra mujer o la familia desempeñará en papel capital en su
destino y en su elevación social. En una mujer esta posición puede vaticinar
elevación social y popularidad. Pero siempre hay una predisposición a un
destino inestable, con altibajos o cambios en el ámbito profesional, aunque
siempre favorecerá el éxito en todos los trabajos relacionados con la Luna:
marino, hostelero, puericultor, historiador, sacerdote etc.
LA LUNA EN LA CASA
XI.
La Luna en la Casa XI es una posición que facilita
entablar numerosas amistades, especialmente con mujeres o personas de carácter
sensible, aunque existe el riesgo de que éstas sean superficiales, variables o
poco duraderas. Las amistades en general surgen de forma espontánea e
instintiva, de manera irracional, impulsadas por efectos, emociones y simpatías,
y la trayectoria de las mismas tiende a ser cambiante o inestable.
Los amigos suelen ser personas sencillas, bondadosas y
serviciales, pero también existe el peligro de que sean caprichosos o “lunáticos”
y no siempre se pueda contar con ellos. Con frecuencia se tienen muchos
conocidos pero pocos amigos verdaderos, sobre todo si la Luna esta afligida, en
cuyo caso estos no serán dignos de confianza e incluso pueden ser una carga
para el nativo.
En un horóscopo masculino, la mujer de su vida puede
empezar siendo una amiga y en general es una posición que favorece la felicidad
en el matrimonio. En muchas ocasiones, estos nativos consideran a sus amigos
como su verdadera familia, dando más importancia a los lazos espirituales que a
los de sangre.
Esta posición inspira una gran simpatía por los
sentimientos de los demás y un sincero interés por su bienestar, favoreciendo
las relaciones y la vida social. En algunos casos, la pareja aportara hijos o
puede haber hijos adoptivos. Respecto a los proyectos y esperanzas, estas
personas albergan en su corazón ilusiones y deseos de carácter imaginativo y
cambiante.
LA LUNA EN LA CASA
XII.
La Luna en la Casa XII se considera como una posición potencialmente
difícil y desfavorable para la felicidad de la persona. En este sector, la Luna
estimula el mundo inconsciente, que es especialmente poderoso o dominante.
Existe además en ellas una tendencia a ocultar o guardar en secreto las
emociones, instintos o fantasías. En ocasiones, estas actúan de un modo latente
o inconsciente aunque muy poderoso, siendo causa de grandes sufrimientos y
neurosis.
Una fértil y viva imaginación les impulsa y poseen un
psiquismo muy fuerte que absorbe como una esponja los sentimientos y emociones
de los demás. En muchos casos es una posición que puede favorecer las
facultades místicas, espirituales, psíquicas y paranormales como la intuición,
la capacidad para ser médium, la visión astral o los sueños premonitorios; por
ello es en extremo favorable para ayudar a los semejantes y excelente para
todas las actividades y profesiones relacionadas con ello; como médicos,
psicólogos, sacerdotes, videntes, ocultistas etc.
La Luna en la Casa
XII propicia el éxito en todos los trabajos relacionados con instituciones de
beneficencia: asilos, hospitales, organizaciones humanitarias. Puede dar
también predisposición a la introversión emocional o a una vida retirada, pero
si estos nativos se obstinan en ir en pos de sus impulsos egoístas, entonces se
verán afligidos por toda clase de pruebas emocionales, así como por el rechazo
o la enemistad de mujeres. También existe el riesgo de sufrir escándalos, estar
confinado y tendencia a las enfermedades crónicas o paralizantes.
++++++
LA LUNA Y EL KARMA
El principio de la Luna es similar a lo que muchos psicólogos llaman la
“imagen personal”, aunque el sentido del yo representado por la Luna no es
tanto una imagen consciente y visual como subliminal, la Luna señala una
indicación más bien vaga de lo que somos.
La Luna se ha asociado tradicionalmente al pasado, tanto el pasado vivido
en esta vida conectado con la infancia y las relaciones con los padres
(especialmente con la madre), o vinculado con una visión más vasta del pasado
en el contexto de la teoría de la reencarnación.
En muchos escritos astrológicos se ha expresado que, mientras que la Luna
muestra el pasado, el Sol muestra la orientación presente, y el Ascendente
señala el desarrollo futuro. Sin duda,
hay un razonamiento sensato detrás de estos paralelismos, y (en un nivel
abstracto) son probablemente muy exactos en la mayoría de los casos.
Sin embargo, en el presente todo llega junto; lo que hemos sido continua
influyendo en nuestras orientaciones, actitudes y acciones en el ahora. El
hecho de cómo nos sentimos respecto a nosotros mismos y que pautas de expresión
sobrevienen más naturalmente y las sentimos más cómodas (la Luna), tienen gran
importancia sobre nuestro modo presente
de vivir.
Tal como la Luna refleja, en nuestro sistema solar, a la luz del solar
hacia la Tierra, y concentra así la fuerza de vida hacia objetivos prácticos
(simbolizados por la Tierra), de igual modo la Luna en astrología representa un
reflejo general de lo que hemos sido en el pasado.
Es una imagen de experiencia pasada y pautas de conducta asimiladas con las que ahora nos sentimos cómodos porque son familiares y porque (de
hecho) hemos ejemplificado esas cualidades en nuestro mismo ser. En otras
palabras, la Luna simboliza (especialmente según la posición de su signo)
pautas Kármicas específicas, mentales y emocionales, que nos inhiben o nos
ayudan en nuestros intentos de expresarnos y ajustarnos al mundo externo.
Si los aspectos de la Luna son armónicos, revelan pasados condicionamientos
y pautas de reacción espontánea que podrán ayudar a la persona a que se ajuste
a la vida y a la sociedad, y a que exprese su yo. Si los aspectos de la Luna
son tensos, simbolizan la ineptitud para ajustarse con facilidad a la vida y/o
una imagen personal negativa, estas predisposiciones emocionales deberán
superarse.
Es importante decir que la Luna simboliza la reacción espontánea y tales
pautas de conducta y que estas orientaciones son primordialmente evidentes, en
la niñez, cuando nuestra conducta es más bien pura y desinhibida. De ahí que el signo del zodiaco en que se
encuentre la Luna y los aspectos que tenga con los demás astros, sean muy
eficaces en la primera parte de nuestra vida.
A medida que envejecemos, es posible que algunos superemos algunas antiguas
pautas emocionales, incluso puede ser que los bloqueos emocionales que muestra
la carta natal a través de aspectos lunares ya no tengan significados
importantes.
Esto no significa que el signo zodiacal de la Luna deje de ser importante,
pues siempre simbolizara un tono dominante en el modo fundamental de ser de la
persona. Lo que quiero decir es que los problemas y conflictos asociados con
los aspectos de la Luna y con la expresión de las cualidades de ese modo
simbolizadas pueden ser superados casi totalmente, o por lo menos pueden
ajustarse de manera saludable.
La Luna es un símbolo muy complejo y tiene muchos significados, vamos a ver
una pequeña relación de todos ellos planteados desde la perspectiva de la
astrología psicológica y Kármica.
a) La Luna simboliza la imagen de uno mismo que una persona ve reflejada en
su trato son los demás. De ahí que una Luna con aspectos tensos pueda mostrar
ineptitud para proyectarse armónicamente a fin de que otras personas respondan de manera
positiva. Una Luna con aspectos armónicos muestra, a menudo, que podemos
expresarnos armónicamente al tratar a los demás, y que respondemos con
exactitud intuitiva con respecto a los demás, lo que hace que ellos respondan
de forma más positiva. Por tanto, los aspectos armónicos de la Luna muestran
áreas en las que podemos proyectarnos con facilidad a fin de obtener una buena
retroalimentación.
b) Una Luna con aspectos tensos muestra, a menudo, una imagen personal
inexacta, pues la imagen que percibe la persona de sí misma se basa en pautas
pasadas equivocadas que no corresponden con la naturaleza de la persona en el
presente. Esta inexactitud de la imagen personal se refleja, a menudo, en
conductas como éstas: tomar las cosas equivocadamente, ser extremadamente
sensible, reaccionar de forma exagerada ante nimiedades, vestir de manera que
no se adapte a la naturaleza interior y a la verdadera personalidad y estar
demasiado a la defensiva.
c) La Casa donde se encuentra la Luna muestra el área de actividad de
nuestra vida donde necesitamos obtener retroalimentación, donde podremos llegar
a vernos más objetivamente, y donde podremos armonizarnos en un sentido del yo
que puede proporcionarnos tranquilidad interior.
d) El signo donde se encuentra la Luna muestra cómo nos defendemos
instintivamente. Por ejemplo, la Luna en un signo de fuego reacciona con ira;
la Luna en agua, con retiro o eclosiones emocionales, la Luna en tierra, con
aguante y resistencia.
e) El signo en que se encuentra la Luna simboliza también un modo de
expresión que llega naturalmente y un modo de conducta en el que nos sentimos
seguros, pues el signo de la Luna muestra una vieja pauta de vida que
habitualmente es cómoda (a menos que la Luna tenga muchos aspectos tensos). Por
ejemplo, una Luna en Capricornio encuentra seguridad en la vejez, en cultivar
una conducta anciana. La Luna en Tauro puede hallar seguridad en actuar como un
campesino grosero. La Luna en Leo halla seguridad en exhibiciones dramáticas o,
por lo menos en ser reconocida.
f) Puesto que la Luna representa un fuerte deseo de expresar un modo de ser
que es parte natural e íntima de uno mismo, el signo de la Luna muestra también lo
que necesitamos expresar ¡a fin de sentirnos bien con nosotros mismos! La Luna
muestra el “deseo del corazón”. Los aspectos con la Luna muestran sencillamente
con cuánta facilidad podremos expresar este modo de ser y con cuanta facilidad
podremos alcanzar ese estado de bienestar, dependiendo de los aspectos que la
Luna reciba, cuanto más aspectos tensos tanga la Luna más difícil será dicha
expresión.
g) El signo de la Luna simboliza la aplicación práctica de la energía y la
finalidad solares. Por esa un trígono, un sextil (o a veces una conjunción)
entre la Luna y el Sol representan un factor estabilizador y potencialmente
creativo, pues en estos casos, la energía solar podrá expresar fácilmente de
modo práctico.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, debe quedar claro que el signo, la
casa y los aspectos de la Luna son factores muy importantes a la hora de
considerar las cuestiones Kármicas de la carta natal.
Aunque lo más importante es detenerse en la necesidad que la Luna simboliza en esta vida, y el enfoque más
constructivo desde el punto de vista Kármico es aclarar las motivaciones y las
presiones más profundas que la persona sienta, pero que no tiene modo de
identificar o poner en una perspectiva más vasta.
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LOS PRINCIPIOS DEL SOL Y LA LUNA
La tradición vedántica habla de muchos sub-planos de la existencia entre el mundo físico y el plano causal (o mental) puro. Primero se menciona a "los mundos del Sol", luego a "los mundos de la Luna", y luego, a numerosas sub-zonas. Además, a menudo se dice que el Sol y la Luna, vistos con los ojos físicos, son meros reflejos de las fuentes de energía del Sol y la Luna en los planos más sutiles.
Los Vedas y los Shastras, dos escrituras indias tan antiguas que nadie sabe realmente cuál es su antigüedad ni donde se originaron esas enseñanzas, dice que las almas individuales bajaron de las regiones astrales a este mundo material junto con los rayos del Sol y de la Luna. Es tal vez por esta razón que el Sol y la Luna son tan importantes en astrología y que todo lo del mapa debe relacionarse con los signos y aspectos del Sol y la Luna de la persona.
En realidad, si el alma es una unidad esencial del poder divino, entonces, en sí es total y completa. Pero cuando el alma encarna en los reinos de la dualidad, como en el mundo material en el que siempre tenemos polaridades de bueno-malo, día-noche, masculino-femenino, parece que el alma se polariza según las posiciones del Sol y de la Luna.
En otras palabras, se refleja en dos aspectos del ser, manifestándose como los principios consciente e inconsciente, activo y pasivo, masculino y femenino: Sol y Luna. Se pierde la totalidad, se ha iniciado la división. En la mayoría de los casos, las mujeres están más en contacto con sus cualidades lunares y los hombres con sus cualidades solares, aunque aquí debe recordarse que estamos tratando principios arquetipos que no se manifiestan de forma pura en los seres humanos.
De allí que haya muchos hombres (por ejemplo los de Cáncer, Tauro y Piscis recalcados) que están íntimamente en contacto con las cualidades lunares y son capaces de expresarlas; y hay muchas mujeres (especialmente las de Aries, Acuario y Escorpio recalcados) que están muy cómodas con expresar la característica de fuerza e independencia propias del Sol.
Aunque el criterio científico mundial describe al Sol como inmensamente mayor que la Luna, me ha parecido siempre un símbolo especialmente notable que los diámetros y distancia relativos del Sol y la Luna son tales que, cuando se les ve desde la tierra, ambos discos subtienden casi exactamente el mismo ángulo visual, y parecen ser del mismo tamaño.
Esto, simbólicamente, no sólo ilustra que las fuerzas lunares y solares de nuestras vidas son de importancia absolutamente igual, sino que demuestra también con claridad cuán grade es realmente un grado completo cuando observamos al cielo desde la tierra. además, el hecho de que el Sol y la Luna sean visualmente de igual tamaño, nos da más motivos para considerar que, el signo de la Luna es de igual importancia en el mapa natal que el signo del Sol.
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Con que nombre te encuentro en face?
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