Una emoción no expresada puede dar lugar a que se manifieste a través de un sintoma físico. El fluir del agua circulando libremente es el símbolo natural de las emociones. Hay personas que no se permiten completar el ciclo de una emoción determinada y la contienen una vez tras otra. Esto ocurre cuando existe una intención consciente de contenerla o bien cuando hay un patrón inconsciente que no permite su expresión.
En estos casos, la energía de la emoción se va acumulando en el cuerpo. Si la intención de contener una emoción es consciente, es posible permitir su liberación empleando para ello el movimiento corporal o energético. Si el patrón de contención es inconsciente, la energía de la emoción se acumula en el cuerpo.
Según el tipo de emoción, esta se va acumulando en una u otra parte del cuerpo o en un órgano determinado. El cuerpo físico tiene una determinada resistencia y cuando esta se supera aparece el sintoma. Las emociones pueden manifestarse en distintas partes del cuerpo, principalmente en el área desde la pelvis hasta la garganta. El área abdominal es por excelencia el templo de las emociones, especialmente los órganos relacionados con la digestión.
Las emociones tienden naturalmente hacia fuera, hacia su expresión. Distingo entre emociones calientes y frías por la dirección dirección que toman hacia arriba o hacia abajo respectivamente. Si bien el movimiento es ascendente en su origen, la acción del cuerpo mental puede enfriarlas y dirigirlas hacia abajo.
Una emoción caliente como el coraje o la ira va a seguir la dirección ascendente y se expresara naturalmente a través de la voz. Si hay una creencia en el cuerpo mental del tipo "no es bueno expresar el coraje", se bloqueara el paso para su expresión. Si también se le añade la creencia "el coraje es malo", la persona pensara que ella misma es mala también, dado que lo que esta sintiendo es real para ella.
Esto le podrá generar culpabilidad y tratara de tragar o empujar hacia abajo la emoción, enfriandola para que nadie la perciba, para esconder eso malo que cree que hay dentro de ella.
Lugares donde pueden almacenarse estas emociones.
El área abdominal es la central que recibe la fuerza creativa de la emoción. Si se intenta contener va a presionar en primer lugar la boca del estomago, que es el único lugar por donde puede subir. Lo hará en forma de acidez o reflujo.
Si lo que intenta es guardar una pena o tristeza, lo usual es que lo haga en el pecho y que este proceso se manifieste a través de catarros, tos, bronquitis o mucosidad.
Un miedo a morir no expresado puede alojarse en los pulmones. Si la emoción se expresa verbalmente a medias o con dificultad, puede afectar la garganta.
Si la emoción se percibe como rabia, puede incluir un impulso inconsciente primario o ancestral de morder al oponente y cuando se reprime puede causar bruxismo o problemas dentales.
Cuando la emoción que se reprime esta relacionada con lo que uno esta viendo, podría manifestarse a través del enrojecimiento de los ojos.
En otro nivel, puede manifestarse en la piel, que es el limite entre dentro-fuera que separa a una persona del resto. El enrojecimiento o eccema es una forma de expresar esa misma emoción, ya convertida en fuego, de forma silenciosa.
Las emociones frías, como la culpabilidad, la impotencia o la frustración, siguen una dirección descendente, del mismo modo que el agua fría tiende naturalmente a ir hacia abajo. El intento de "contenerse" o aguantarse puede manifestarse físicamente como incontinencia: cuando uno intenta contenerse, el agua acaba encontrando una salida.
Atendiendo a las funciones de los órganos, si uno vive algo que ni puede digerir, el sintoma se manifestara en el estomago, si no lo puede asimilar lo hará el intestino delgado, y si no lo puede soltar o eliminar, se manifestara en el intestino grueso o colon. Los aspectos de culpabilidad relacionados con lo sexual suelen manifestarse en la zona genital.
Puede que esto no sea así en todos los casos, pues el alma habla a cada uno de forma individual. Sin embargo, se ha podido comprobar que se dan estas fases sintomáticas en gran número de casos, y cuando la persona transforma el patrón de contención y expresa las emociones, los síntomas mejoran o desaparecen completamente.