La ciudad se remonta a la etapa del Tercer Sol, hace más de veinte mil años. En esa época, había una etnia que mantenía un equilibrio perfecto de cuerpo, mente y espíritu. Su sistema inmunologico era tan fuerte que la enfermedad les era prácticamente desconocida. La ciencia y la tecnología habían alcanzado un nivel más elevado que en la civilización actual.
En esa raza humana había una comunicación abierta resultado de un entendimiento sin restricciones entre cada mente humana. Las personas no estaban limitadas por los conceptos de culpa y juicio. La tercera humanidad tenia en la mente un sueño de la realidad que se aproximaba al cielo en la Tierra.
Los seres humanos no son los únicos con una mente poderosa. Unidos a la humanidad, existen unos seres invisibles que también son un órgano de la Tierra. Y, al igual que las personas, comparten el metabolismo del planeta. Son muchas las tradiciones que nos hablan de ellos, Desde siempre han coexistido junto a la raza humana, y más de un pueblo los ha denominado "dioses".
Su destino y el nuestro están muy próximos. Los toltecas los llamaban "aliados". Los aliados carecen de emociones, pero necesitan su energía etérea para sustentar su vida.
Nosotros recibimos la energía solar, que ya han procesado otros seres vivos como las plantas y los animales, a través de los alimentos que ingerimos. Nuestro cerebro transforma la energía material a la energía etérea de nuestras emociones. Esta proporciona sustento a nuestras mentes y a los aliados o dioses.
Durante el periodo del Tercer Sol, los aliados deseaban que los seres humanos generaran emociones más intensas, que les sirvieran, a su vez, de alimento. Así pues, para lograr sus propias metas, les conminaron a dividirse cada vez más. Y lo hicieron interfiriendo en la perfección de la comunicación humana. El resultado fue la discordia entre las naciones, La destrucción de la paz mundial la registra la historia bíblica como la Torre de Babel.
Por aquel entonces, los tres principales centros de población eran ; la Tierra de Mu, que se correspondería con las actuales India y China (Miguel no suscribe la teoría de que Mu o Lemuria desapareciera bajo las aguas del océano Pacifico); la Tierra de los Monos, hoy en día América del Norte y la Tierra de la Atlántica, una isla continental situada entre Europa y América. Durante siglos, todas ellas habían vivido en armonía.
La influencia destructiva de los "dioses" llevó a las naciones de Mu y de los Monos a unir sus fuerzas contra la Atlántica, a la que devastaron en una guerra nuclear masiva. (Una vez más, el punto de vista de Miguel difiere del de quienes creen que los atlantes fueron destruidos por hacer uso indebido de la genética y por el impacto de un cometa.) Una descripción de esta guerra nuclear mundial la encontramos en el Ramayana, uno de los Vedas o libros sagrados de la India, en concreto en la leyenda de Rama. Miguel afirma que en las montañas del norte de la India todavía permanecen enterrados restos de seres humanos altos y fuertes de la tercera Humanidad.
Con la destrucción de la Atlántica se inició un período de decadencia en el que la vida humana se degrado al nivel de animal. Desde nuestra perspectiva actual, aceptamos una única evolución y creemos que somos producto de los protohumanos. Pero Miguel identifica a nuestros antepasados con la Cuarta Humanidad, los decadentes descendientes de aquella majestuosa raza anterior.
Fuente: Mas allá del Miedo.
Las enseñanzas de D. Miguel Ruiz:
Recogidas por Mary Carroll Nelson
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