Intentar complacer a todo el mundo, además de ser imposible, es un seguro de infelicidad. Solo si nos damos permiso para actuar al margen de lo que se espera de nosotros nos sentiremos realmente libres. Ser asertivos y deshacernos del yugo de la aprobación ajena no es antisocial. Al contrario, es el camino hacia las relaciones saludables y nutritivas.
¿No puedes dejar de complacer?
Dado que es una mecánica aprendida desde la infancia, atreverse a no gustar es un arte que se conquista poco a poco. Veamos algunos puntos que nos ayudaran a liberarnos:
Reconocer tus dones. En lugar de compararte con los demás, anhelando con amargura lo que otros tienen y a ti te falta, hazte esta pregunta: ¿Qué es lo que me hace único?. Seguro que tienes características y talentos distintos a estas personas a las que admiras. Sin caer en el egocentrismo, ser consciente de ellos te permitirá recorrer un camino propio, en lugar de estresarte siguiendo la estela de los demás.
No pasa nada si no te quieren. Aspirar a ser amado por todo el mundo es tan natural como imposible. Existen tantas sensibilidades, temperamentos y puntos de vista distintos
que por fuerza habrá una parte de la población que no "nos trague".En una ocasión la novelista Care Santos dijo: "Pobre de aquel que a partir de los 40 no se haya ganado un par de buenos enemigos" Con ello se refería a que el roce constante del vivir trae amistades y desencuentros. La única manera de no cosechar antipatías seria frecuentar un circulo tan pequeño que acabaría ahogándonos.
Caer mal puede ser un privilegio. Lo contrario de caer mal no es el odio, sino la indiferencia. Muchas aversiones ocultan admiración o envidia, con lo que es una forma negativa de reconocimiento. En una de sus meditaciones, Marco Aurelio afirmaba:" El verdadero modo de vengarse de un enemigo es no parecersele" Sobre todo, quien escribe este articulo en una ocasión acudió con un amigo a una fiesta en la que todos nos miraban por encima del hombro. Esto hizo que mi acompañante me confesara:" Yo aquí quiero quedar mal", cosa que logro hacer. En entornos y situaciones hostiles, resultar antipático puede ser un acto de asertividad.
El amor no se puede comprar. Comenta el doctor Antoni Bolinches que las personas que no se han sentido amadas en la infancia trataran de "comprar" de adultas el amor de los demás. Y lo harán a través de continuos favores, con una atención desmedida a las necesidades de los otros, invitando de manera irreflexiva, regalando su tiempo. Sin embargo nada de esto ayuda a formar vínculos saludables. Al contrario, cuando la relación de dar y recibir" entre dos personas esta descompensada, el que recibe demasiado acaba sintiéndose incomodo por una deuda creciente que no puede pagar y, de forma inconsciente, acaba rompiendo el lazo.
Establece límites claros. Al ocuparnos de las tareas de los demás estamos sembrando futuros conflictos.En primer lugar, porque así favorecemos el desequilibrio en la relación. En segundo lugar, porque quien se ocupa de la tarea de otros antes o después reclama una contrapartida que muchas veces no llega. Ser capaz de decir: "Esto no es asunto mio" no significa ser egoísta ni insolidario. Al contrario, en lugar de crear apegos nocivos, al devolver al otro su responsabilidad lo estamos emponderando para que tome las riendas de su vida.
Identifica lo que quieres. En la historia de Fausto, el diablo sondea al protagonista con la pregunta "¿Cuál es tu deseo?" y su cumplimiento va a acarrearle terribles consecuencias.
De manera injustificada, en nuestra tradición late la idea de que está bien ocuparse de las necesidades de los demás, pero no de las propias.Sin que ello signifique ser esclavo de los caprichos del momento, tomar conciencia de lo que de verdad queremos en la vida nos ayudara no solo a realizarnos, sino también a ser más útiles a los demás.
Disfruta de tu soledad. Decía el poeta Antonio Machado que"Quien habla solo/espera hablar a Dios un día" en el sentido de que una comunicación intima es el primer paso para una relación profunda con el mundo.Las personas que necesitan deseperadamente estar acompañadas fomentan vínculos de dependencia y toxicidad. Para estar bien con los demás. primero tienes que aprender a estar cómodo contigo mismo. En suma, ser tu mejor amigo
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