“Y
mientras todas las criaturas miran,
con los ojos subyugados a su tierra ancestral,
Él
pide que el hombre camine erguido,
observando
el cielo de donde vino su alma,
y adonde dirige todas sus esperanzas”
Ovidio.
Integración, significa el permiso para que todos
los niveles sean considerados parte del Todo. Significa desprenderse de la
negación. Significa abrazarnos a nosotros mismos al igual que abrazamos a los
demás.
De la
misma manera que nuestra conciencia creó este reino de polaridad, también
podemos transformarlo, una vez que se dé la integración, este mundo se definirá
con parámetros diferentes. Nos convertiremos en los arquetipos y también en los
Fundadores; cambiaremos de perspectiva y nos daremos cuenta de que nosotros
mismos somos el Creador, sin que nuestras identidades sean absorbidas.
Serenándonos
y escuchando atentamente, podemos oír y sentir las corrientes de esta
transformación. La existencia y el cambio son las únicas constantes. Podemos
jugar el juego de la ilusión y pensar que somos el resultado de una creación
accidental, pero tarde o temprano nos despertaremos y el juego habrá terminado.
En la realidad de la Tierra, tenemos a los seres de Arcturus, Sirio, Lira,
Orión, las Pléyades, etc., ellos serán los seres que nos sacudan el hombro para
despertarnos. Ellos son nosotros.
Ante todo
debemos saber que el despertar tendrá lugar con o sin nuestras actuaciones
conscientes. La diferencia consiste en que una actuación consciente permitirá
que el viaje sea más placentero, Sentiremos que tenemos más control sobre
nuestros destinos.
La
actuación consciente que acelerará nuestro proceso de integración es muy
simple: darnos permiso.
La
integración se dará en cuatro niveles principales: mental, emocional, espiritual
y físico.
Mental.
Integrar
nuestra mente significa para nosotros que nos permitamos que se combinen no
sólo nuestros procesos mentales sino también los intuitivos y emocionales. El
tipo de pensamiento de hoy en día se centra en la cabeza, si nos permitimos
entender que los procesos intuitivos y emocionales son igual de validos si los utilizamos en
combinación con el mental, estaremos en
el buen camino hacia la integración de nuestra mentalidad.
Emocional.
Cuando
hablamos de integración emocional, hablamos de empezar a abrazar nuestra
sombra, podemos abrir armarios interiores y hurgar en las profundidades del subconsciente
y erradicar creencias que nos tienen amarrados. En la mayoría de los casos,
estos aspectos negados de nosotros mismos sólo quieren que les prestemos
atención.
Al igual
que los pleyadianos descubrieron, y antes que ellos los liranos, la negación
prolonga el dolor de la existencia. Debemos aprender de estos mundos distantes
¡No repitamos las mismas lecciones una y otra vez!
Espiritual.
Integrar lo
espiritual, tal vez, es lo más fácil. Todos poseemos una espiritualidad
interior no ligada a ninguna otra doctrina. Si liberamos la doctrina tocamos la
espiritualidad innata, y el proceso de integración comenzará. Cuando honramos
la verdad de cada persona como manifestación de la Verdad Única, irradiamos
hacia fuera y abrazamos al planeta. Esto
nos permite coexistir con nuestras creencias sin necesidad de cambiar las del
otro.
Físico.
La
integración física es ligeramente diferente, implica un reconocimiento de
nuestro pasado y de nuestra historia como parte de un escenario más grande, a
escala cósmica. Nos hemos fragmentado de la Fuente y de los Fundadores. Hemos
estirado nuestra individualidad hasta límites insospechados, Volver a unirnos
requerirá de nosotros volver a reconocernos y aceptarnos como parte de la
Familia Galáctica.
Al
superar nuestros miedos raciales y dejar de creer que el color de la piel o las
diferencias culturales son una barrera entre nosotros, también superaremos
nuestros miedos a celebrar la comunión cósmica, podemos permitir la integración
de todos los niveles aquí en la tierra. Todos procedemos de la Fuente y esta es
infinita.
Podemos
decir que la gente de la tierra es un modelo de integración; somos divinos y
terrestres, procedemos de dioses y de hombres, y somos la prueba positiva de
que la vida humana puede adaptarse a circunstancias aparentemente inverosímiles.
La Tierra
del presente y la Tierra del futuro son un milagro, y debemos aceptar la
responsabilidad de nuestra realidad planetaria.
NUESTROS DESPERTAR NOS CONDUCIRA AL
HOGAR…..A NOSOTROS MISMOS.
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