LIBRA: 23 DE
SEPTIEMBRE AL 22 DE OCTUBRE
ZONA DEL CUERPO: PARTE INFERIOR DE LA ESPALDA
Libra inicia la segunda mitad del ciclo zodiacal. La primera mitad de Aries a Virgo, forjaron el yo. Ahora entramos en Libra, con la base necesaria para zambullirnos en el otro, y para hacerlo sin perdernos en el medio, porque no está terminado nuestro desarrollo sino que continua en una nueva dirección; una dirección que nos pide, con todos nuestros deseos, sueños y esperanzas, que acomodemos a los demás de un modo que tenga sentido. Es como caminar por una delgada cuerda y preguntarse dónde acaba uno y comienzan los demás. Exige equilibrar muchas balanzas de la verdad, tarea que ha venido a hacer amablemente el signo de Libra.
La espalda es la zona del cuerpo que se extiende desde el borde de la pelvis hasta la base del cuello. Aunque la recorre la columna vertebral y la mayoría de los músculos ocupan todo su ancho y largo, normalmente se consideran dos subzonas en la espalda: la superior y la inferior. En la parte superior tenemos a Leo, y es la parte relacionada con la columna dorsal o torácica. La parte inferior contiene la columna lumbar, y es la zona relacionada con Libra.
La zona lumbar es distintiva por sus vertebras grandes. Es necesario ese tamaño para sostener todo el peso de arriba, de la cabeza, el cuello, los brazos y la espalda, y equilibrar los movimientos del tronco. Para esto la espalda tiene su propio mecanismo de soporte, como los discos intervertebrales, situados entre vértebra y vértebra, para absorver los golpes, y un sistema de ligamentos para la estabilidad.
También hay músculos profundos que mantienen en su lugar las vértebras los discos y los ligamentos, entre ellos los erectores de la columna y los transverso-espinosos. Estos estabilizadores profundos sostienen toda la estructura de la espalda y soportan su función; son los que mantienen dinámicamente la espalda "derecha" cuando uno se sienta en un taburete (sin respaldo).
La columna lumbar es estable, pero también móvil, y una mayor movilidad tiene por consecuencia una mayor susceptibilidad a lesiones, en especial si no damos a la espalda lo que necesita para funcionar bien. Si los músculos y articulaciones están débiles, o mal sostenidos por el abdomen, no pueden equilibrar todo lo que llevan encima. Y equilibrio es el nombre de la principal actividad de Libra. Si no somos capaces de equilibrar nuestro peso, ¿cómo vamos a equilibrar eficazmente el de otros?
Saber equilibrar a otros comienza por saber equilibrarse uno. Al fin y al cabo, cuando nuestro Libra interior está equilibrando el peso del mundo, nos conviene que lo haga a partir de la estabilidad. Si no, un día uno podría levantar una caja, y paf, se le fractura la espalda. Aunque podría parecer que esto fue un accidente repentino, podría haber llevado tiempo preparándose. Las estructuras que rodean las vértebras lumbares han perdido poco a poco su equilibrio natural, pero sin duda esto ha tardado su tiempo.
La clave para establecer el equilibrio interior la da por lo tanto el conocimiento de que el equilibrio no es un punto finito o estático en el tiempo o el espacio; que existe dentro de cualquier espectro dado y se manifiesta en las decisiones que tomamos continuamente (esos microajustes), en las proporciones que nos convienen, que nos dan resultado. Y podemos acceder a este equilibrio invocando nuestra sensibilidad Libra.
Aunque la constelación de Libra, está en el cielo, el signo nos ofrece un recordatorio terreno de que hay balanzas invisibles colgando a nuestro alrededor. Desde las exigencias del trabajo y cuidado personal a las raciones de verduras o postre, para equilibrar los platillos de estas balanzas necesitamos la intervención de nuestro Libra interior, para saber qué platillo necesita más peso, más enfoque, más tiempo y más atención.
El Libra interior de cada persona está llamado a equilibrar su balanza. Sin duda, a veces el péndulo se mueve hacia uno de los organismos o poderes, pero no se queda ahí mucho tiempo. La naturaleza del péndulo es balancearse entre los extremos de un espectro y hacer pasar su equilibrio por el medio y lo mismo vale para nosotros.
Aunque para el péndulo la fuerza equilibradora es la gravedad, tenemos a nuestro Libra interior para guiarnos hacia una armonía fluctuante que nos convenga; una capacidad interior que no sólo nos ayuda a encontrar y mantener el equilibrio sino también a hacerlo de una manera coherente con nuestra verdad interior.
Pero al acceder a una verdad superior hay que ponerla al nivel de la persona para que pueda vivirla como verdad personal; si no, no puede efectuar un cambio. Y eso puede ser difícil. Porque, aún siendo una verdad imponente, dominante, se entiende de tantas maneras como son sus buscadores, incluso dentro de uno mismo. Cada lado de una historia presenta su propia versión de la verdad, y Libra las ve todas. Esa parte nuestra sabe que ni uno ni otro lado tienen razón, sino que todos son validos simultáneamente y todos deben respetarse en el mayor grado posible.
La clave está en mantenernos en contacto con nuestro verdadero Libra, aun cuando esté en contradicción con otros.
En el interior y en el exterior, Libra está aquí para equilibrar las muchas verdades del mundo y de un modo amable. El enfoque fundamental de Libra está en las sociedades y relaciones, en el tú o el nosotros, que no en el yo. Y la lección de esta energía es procurar que nuestro Libra no pierda su integridad con las necesidades de todo el mundo. Muchas veces puede resultarle más fácil encubrir su verdad, o no defenderla, para mantener la paz.
Puede ocurrir, que sin darse cuenta opte por dejar que la superficialidad dirija sus palabras y obras. Entonces se eleva de rango o categoría en el trabajo no porque viva su verdad interior sino porque satisface las apariencias y expectativas. Al hacerlo incluso podría disfrazar sus opiniones con mentiras piadosas, no decir nunca no y sonreír con el barniz de falsa amabilidad, todo por hacer felices a los demás.
Pero eso sólo puede durar un tiempo; complacer es cansador, en especial cuando tu lado Libra complace a todo el mundo menos a ti. Así pues, es probable que nuestro Libra llegue a un punto en el que se sienta agotado, fatigado y, en general, desequilibrado. Incluso podrían presentarse problemas físicos para inducirlo a reequilibrarse. Es decir, Libra necesita redescubrir la columna que lo sostiene.
Si los músculos de la espalda están tensos, es posible que Libra esté aferrado a las estructuras de sostén como si en ello le fuera la vida. Es posible que sus rutinas de cuidado de sí mismo sea muy rígidas, muy limitadas, o que se basen en verdades de las que está tan convencido que se han convertido en dogmas. Es decir, se apoya tanto en ellas que lo limitan a una sola cosa cuando necesita un margen más amplio.
Entre las manifestaciones físicas de un Libra que se resiste podríamos tener:
Tensión o rigidez en los músculos de la parte inferior de la espalda.
Calambres o
espasmos musculares
Movilidad
limitada
Postura
rígida de la espalda
Dolor agudo
al hacer movimientos repentinos
Otras:
Desequilibrio renal o suprarrenal (en conformidad con el acto equilibrador de
Libra, tenemos dos riñones y dos glándulas suprarrenales, situados al interior
de la parte inferior de la espalda).
Libra es el séptimo signo del ciclo zodiacal. A su energía le atañe equilibrar. Ya sea tu verdad, su verdad o la de la sociedad. Libra honra amablemente la autenticidad de todos.
Si tu naturaleza Libra complaciente inclina la balanza hacia el lado demasiado limitado o hacia el demasiado complaciente, podrías experimentar diferentes síntomas en la parte inferior de la espalda (por ejemplo, dolor, tensión muscular).
Equilibra a tu lado Libra interior con preguntas, ejercicios y actividades que centren la atención en la parte inferior de la espalda. Hazlo para sintonizar y equilibrar tus necesidades de cuerpo, mente y espíritu.
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