sábado, 12 de octubre de 2024

PERDER EL PARAISO



El hombre puede vivir de dos maneras, la natural y la no natural. La no natural tiene mucho atractivo porque es nueva, desconocida, aventurera. De ahí que todo niño tenga que abandonar su naturaleza y entrar en lo no-natural. Ningún niño puede resistir esa tentación es imposible; el paraíso tiene que perderse.

La perdida del paraíso es algo intrínseco, no puede ser evitado, es inevitable. Y, por supuesto, solo el ser humano puede perderlo. Este es el éxito y la agonía del hombre, su privilegio, su libertad y su caída. Jean-Paul Sartre tiene razón cuando dice que el ser humano esta "condenado a ser libre". ¿Por qué condenado? Porque con la libertad surge la elección, la elección de ser natural o no natural. Cuando no hay libertad tampoco hay elección.

Los animales aún están en el paraíso, nunca lo pierden. Pero, como nunca lo han perdido, no pueden ser conscientes de él. No pueden saber donde están. Para saber donde estas, primero tendrás que perderlo. Así es como se hace posible saber; perdiendo.

Lo primero que hay que entender es que el hombre puede elegir. 

El hombre es el único animal de la existencia que puede elegir, que puede hacer cosas que no son naturales, que puede hacer cosas que no deberían hacerse, que puede ir en contra de la existencia, que puede destruirse a sí mismo y toda su dicha, que puede crear un infierno. Al crear un infierno, crea el contraste, crea la dualidad, y entonces uno puede ver que es el cielo. Solo es posible conocer a través del contraste.

De modo que recuerda, hay dos maneras; uno puede vivir naturalmente y uno puede vivir de manera no natural. 

Cuando digo que una persona puede vivir de manera natural, quiero decir que uno puede vivir sin mejorarse a sí mismo en ningún sentido. Uno puede vivir espontáneamente. Puede vivir sin ser un hacedor. Vivir en la inacción, lo que los taoistas llaman wei/wu/wei, la acción a través de la inacción. Naturaleza significa que no tienes que hacer nada, todo esta ocurriendo ya, ahora, en este instante.

Los ríos van fluyendo, sin que ellos estén haciendo algo, fluyen por ley natural. Los árboles están creciendo, sin que tengan que preocuparse por ello. Las flores crecen sin pensar ni planificar de que color y forma deberían ser. 

Todo esta simplemente ocurriendo.

Entender esto, es entender que las que las cosas pueden suceder sin  que tengas que preocuparte por ellas. Las cosas han estado ocurriendo desde siempre. E incluso cuando te conviertes en un hacedor, solo eres un hacedor en la superficie. 

¿Cuántas cosas están ocurriendo dentro de ti , sin que tu hagas nada?

El hacer permanece en la superficie. El hombre puede vivir en la superficie de manera artificial, pero en lo profundo, en el núcleo más interno, siempre es natural. Tu artificialidad sólo es una capa superpuesta sobre tu naturaleza. Pero esa capa se hace más densa cada día: más planes, más actividad, más hacer. Más del hacedor, del ego.....y la corteza aumenta. Y esa es la corteza que Buda llama samsara. EL MUNDO.

Pero en el fondo de todo lo que existe.....las cosas siguen ocurriendo. 


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