La inmunidad es sensible a aspectos de nuestra vida cotidiana que podemos mejorar con ciertas rutinas y mucha serenidad.
1. Higiene.
La limpieza resulta vital a la hora de prevenir cualquier enfermedad infecciosa, ya que en la suciedad se crían gérmenes. Es absurdo estimular las defensas si no se tiene un cuidado personal y una higiene adecuados. Lavarse las manos con frecuencia, limpiar bien la ropa que nos ponemos y los lugares donde vivimos reduce el estrés que ha de soportar nuestro sistema inmunitario, de manera que puede ejercer mejor su función. La medicina natural insiste en que primero es la higiene y luego la terapia, siempre por ese orden.
2. Ejercicio.
Durante las largas semanas de confinamiento, una situación que puede repetirse en el próximo otoño, es posible que hayamos estado más sedentarios. En cuanto sea posible hay que aprovechar para hacer ejercicio al aire libre y, si no es posible, y cuando lo sea, procuraremos activarnos en el balcón o delante de la ventana. en casa puedes hacer gimnasia, yoga, saltar, bailar...Recuerda que el ejercicio físico ensancha los pulmones y refuerza la inmunidad. Pero cuando el cuerpo te pida reposo, por ejemplo, al inicio de un proceso febril, hazle caso.
3. Aire puro.
Recuerda, tanto si estás confinado en casa como si no, que el aire también se confina, y eso no es bueno. Airea tu casa con frecuencia, dejando que corra el aire de un lado a otro. Procura abrir las ventanas que den más al exterior antes que, por ejemplo, las que comunican con el patio de vecinos. Hay que respetar la distancia de dos metros hacia la vecindad, pero si son cuatro, seis o diez, mucho mejor.
4. Buena actitud.
Para la salud, siempre es mejor ser optimista. Las preocupaciones, incluso las provocadas por una pandemia, deterioran el equilibrio inmunitario y nos hacen más susceptibles a una afección respiratoria, como se ha comprobado con virus como los del resfriado. Dadas las circunstancias, la avalancha de información y los casos de personas cercanas afectadas, es posible que más de uno se deprima, pero hay que insistir en que es en estas épocas cuando podemos sacar lo mejor de nosotros mismos.
Se dice que después de la tormenta viene la calma, y que florecen mejor la flores. Muchos estudios concluyen que la depresión reduce la inmunidad y que la actitud positiva, en cambio, la estimula. Practica yoga, meditación, pensamiento positivo...Y duerme: El insomnio no es buen compañero de la inmunidad. Para evitarlo, puedes incluir en tus rutinas diarias momentos para relajación y la respiración consciente.
5. Sin medicación.
Muchos pensaran que conviene tomar medicamentos específicos al menor sintoma o sospecha de infección por el coronavirus. Craso error. En nuestro país las autoridades sanitarias recomiendan el paracetamol y el ibuprofeno, pero este último es un antiinflamatorio no estiroideo que puede reducir algo la inmunidad.es cierto que su nocividad es moderada, pero por precaución recomendamos no utilizarlo, y mucho menos automedicarse.
En cuanto al paracetamol, las dosis no deberían superar los 650 mg, ya que en exceso también afecta el hígado. El uso de corticoides está desaconsejado si no existe una indicación médica especifica y se debería usar solo en casos graves. En general, hay que insistir en no medicalizar demasiado nuestra vida, ya que las infecciones por el coronavirus SARS-Cov-2, las gripes y los resfriados no tienen un tratamiento especifico. No hagamos de médicos: puede ser contraproducente y reducir la inmunidad.
Pablo Saz. Médico.
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