LA PERDIDA DE LO FEMENINO
Con las primeras tablillas cuneiformes sumerias, la escritura del Indo y los jeroglíficos egipcios de alrededor del 3000 al 2500 a, de C., al principio de la edad de Bronce, los escribas de ese periodo empezaron a registrar las historias de los lideres militares y los cantos de los poetas.
Los relatos de los sucesos históricos comenzaron a considerarse hechos indiscutibles y a sustituir a las leyendas, que eran una mezcla de hechos y mitos transmitidos entre generaciones a través de una rica tradición oral. Los dioses masculinos del ciclo, como Zeus, Yahvé y Shiva, fueron poco a poco dominando sobre las tradiciones femeninas y las diosas terrenales.
La gente no consideraba ya la naturaleza como la manifestación de la divinidad, sino como fuente de recursos: bosques para construir casas y barcos, terreno para ser cultivado y animales que se criaban para proporcionar alimento. Empezó a prevalecer una visión mecanicista de la naturaleza, al tiempo que los alquimistas cedían el terreno a los químicos, y los astrólogos a los astrónomos.
Con la llegada de la física newtoniana a finales del siglo XVII, cualquier fuerza que no pudiera ser explicada por la ciencia se descartaba y se veía como superstición.
La medicina nació a partir de esta visión del mundo. En lugar de confiar en remedios naturales para curar las dolencias corporales, los médicos se volcaron en los medicamentos sintéticos y la cirugía. La visión científica sustituyó al mundo misterioso de los antiguos.
La invención del microscopio permitió que los científicos investigasen lo que antes se consideraban "espíritus" invisibles que causaban enfermedades y los clasificasen como microbios. Más tarde, los investigadores descubrieron el código genético y empezaron a acariciar la idea de que el ser humano podía controlar la salud de la misma manera en que controlaba la naturaleza. los genetistas hallaron la manera de manipular los genes y controlar las dolencias con medicamentos.
En la actualidad, los médicos occidentales parecen estar demasiado concentrados en responder reflexivamente a los problemas físicos que creen que subyacen a las enfermedades de sus pacientes, Tanto si la causa es un agente infeccioso latente como un desequilibrio químico, El facultativo y el paciente suelen considerar el talonario de recetas como el único medio para tratar una enfermedad, ignorando así la cuestión fundamental en el tratamiento de un paciente: su singularidad.
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