La amargura es una
forma de depresión en la cual la persona se centra principalmente en el mundo
exterior, considerando que ha sido tratado injustamente: (por los demás, por el
destino, por el mundo…), y se siente como una víctima de un mundo injusto y
cruel, que parece estar empeñado en frustrar sus planes y hacerle infeliz. Se
siente resentido, y adopta una actitud pesimista ante el mundo y el futuro,
esperando siempre lo peor.
Empiezan a sentirse
impotentes, incapaces de lograr aquello que creen que podría hacerlos felices y
acaban pensando que nada de lo que pase importa en realidad. Con su actitud
cínica, suelen estar orientados hacia el exterior, más que hacia sí mismos,
buscando algo negativo en todo lo que le rodea, ya sean situaciones o personas.
Culpan a todo y a todos excepto a sí mismos, sin tener en cuenta su parte de
responsabilidad en lo que sucede.
Con frecuencia, el
resentimiento hacia alguien no se expresa abiertamente. La persona no dice
directamente lo que piensa, no expresa que algo que otra persona ha dicho o
hecho la ha herido, sino que expresa su resentimiento de modos indirectos y
pasivos, con comentarios despreciativos o cínicos sobre cualquier cosa excepto
el tema que de verdad le ha dolido.
La persona resentida
ve solo el lado negativo de las cosas. Se siente una víctima y esto le
proporciona la excusa perfecta para no aceptar ninguna responsabilidad por su
propio destino o situación. Sigue señalando al mundo o a los demás como la
causa de sus desgracias, negándose incluso a considerar la conexión que puede
existir entre los acontecimientos de su vida y sus propias conductas,
pensamientos o actitudes.
Las relaciones
personales de la persona amargada también se ven afectadas por esta actitud, ya
que suele ser aguafiestas, nada le parece bien, nada parece importarle, nada le
entusiasma y ve errores y defectos en los demás continuamente. Críticas,
reproches, mal humor, negatividad, comentarios sarcásticos, actitud gruñona
etc.. Las personas que se encuentran a su lado acaban hartándose y se alejan de
una persona así. Este rechazo sirve para
fomentar más su amargura y pesimismo. Y la soledad debido al rechazo de los
demás o a su propia retirada del mundo, es el caldo de cultivo de la depresión.
Estas personas saben bien
cómo exigir a los demás, pero no están dispuestos a dar. Esto aleja a las
personas que en un principio estaban dispuestas a ofrecerle su ayuda. Así,
puede decir que los demás se muestran desagradables y antipáticos, sin
reconocer que ha sido su propia actitud con los demás la causante de esta
antipatía hacia ellos.
Los motivos de la amargura
La causa última de la
amargura es la falta de aceptación de la realidad tal como es en cada momento.
No aceptan lo que son y lo que tienen y piensan que deberían tener algo mejor.
Para superar un fracaso o un revés en la vida, primero tenemos que reconocer lo
que ha pasado y aceptar que a nosotros, igual que al resto del mundo, también
nos pueden pasar cosas malas. El amargado no acepta que esto sea posible, sino
que tiene una actitud un tanto narcisista, pensando que no tiene por qué
pasarle a él cosas desagradables.
Como salir del estado de amargura
y pesimismo.
1- En primer lugar has de reconocer
que es así como te estas sintiendo y que está resultando perjudicial para ti.
Proponte empezar a cambiar desde ahora.
2- Ten presente que tu amargura
procede de tu modo de pensar e interpretar la realidad. Por tanto, observa tus
pensamientos y detecta cuándo están fomentando tu amargura. Luego trata de
modificarlos por pensamientos realistas y constructivos.
Por ejemplo: En vez
de pensar “Todo me sale mal, la vida es un asco, no vale la pena intentarlo”,
piensa: “es normal que a veces me salgan mal las cosas, pero eso no es una
tragedia, puedo volver a intentarlo o pensar en otra cosa que también me
resulte satisfactoria, puede haber muchos modos de vivir mi vida sintiéndome feliz,
y no solo uno”.
En vez de pensar: “Todas
las personas son desagradables y antipáticas y se portan mal conmigo”, puedes
pensar: “No es posible que todo el mundo sea igual, hay personas de todo tipo,
y si la mayoría son desagradables conmigo, tal vez sea porque yo no me comporto
adecuadamente y soy una aguafiestas; puedo tratar de cambiar mi actitud hacía
ellos y ver qué pasa”.
Y así sucesivamente intenta superar
todos aquellos pensamientos que te hacen sentir amargura o resentimiento y que
te llevan a alejarte principalmente de ti mismo y luego de los demás.
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