Si vivimos en el pasado, no
disfrutaremos de lo que sucede en el momento presente, porque siempre
desearemos que sea distinto. No hay tiempo para perdernos lo que ocurre a
nuestro alrededor, porque estamos vivos, y si vivimos en el pasado estamos viviendo
a medias. Esto puede conducirnos a la autocompasión, el sufrimiento y las
lágrimas.
Nacimos con el derecho a ser felices,
con el derecho a amar, a disfrutar y a compartir nuestro amor. Nuestra
existencia prueba la existencia de una energía manifestándose en la Tierra a
través de nosotros, por eso; no necesitas probar nada. Solo, arriésgate a vivir
y a disfrutar de tu vida, eso es lo único que importa.
Di que no cuándo quieras decir NO, y
di que sí cuándo quieras decir SI. Tienes el derecho a ser tú mismo, y si te lo
niegas estas negando tu existencia. Para reforzar estos conceptos, no necesitas
muchos conocimientos ni estudios filosóficos solo necesitas aceptarte, sin
importarte que los demás lo hagan. Expresaras así tu propia divinidad expresando
en tu vida el amor hacia ti mismo y hacia los demás.
No esperes que las cosas cambien de
pronto, nuestros hábitos rutinarios son muy fuertes y están firmemente
arraigados en nuestra mente. Pero si hacemos lo mejor que podamos las cosas
irán cambiando de forma espectacular. No vale desanimarnos por volver a
tomarnos las cosas personalmente, ni esperemos no volver a hacer ninguna
suposición ni critica, pero si podemos hacer todo lo posible para que estas
cosas no sigan sucediendo, para que no nos atrapen y sigan gestionando nuestra
vida.
Es importante no juzgarse, ni
sentirnos culpables por no ser capaces de mantener nuestro propósito, si
estamos alerta y conseguimos nuestro objetivo nos sentiremos bien con nosotros
mismos y a través de la práctica continuada conseguiremos ser maestros de la
transformación. La práctica forma al maestro. Fíjate que todo lo que sabemos lo
hemos aprendido mediante la repetición. Así aprendimos a escribir, a conducir, a andar, a hablar
etc…
La acción es lo que importa, hacer lo
máximo que podamos en la búsqueda de nuestra libertad personal y de nuestra
autoestima, entonces descubriremos que encontrar lo que estamos buscando sólo
es cuestión de tiempo. No se trata de soñar despiertos, ni de sentarnos a soñar
mientras meditamos. Se trata de ponernos de pie y actuar como un ser humano,
honrando lo que somos. Respetando nuestro cuerpo, disfrutarlo, amarlo,
alimentarlo correctamente, limpiarlo y sanarlo. Ejercitándolo y haciendo todo
lo posible para sentirnos bien.
Tu cuerpo es la manifestación de una energía
universal en la Tierra, si le das amor, si le honras, todo cambiara para ti.
Todo lo que realices se convertirá en un ritual mediante el cual encontraras tu
armonía. Cada pensamiento alimentara tu espíritu, y vivirás un presente sin
juicios, sin ser víctima y libre de la necesidad de criticarte y maltratarte.
Tu objetivo es transcender la experiencia humana del sufrimiento, utilizando
todo el poder que tenemos.
Si al principio te resulta difícil y caes en errores, no
te juzgues, no le des a tu juez la satisfacción de convertirte en víctima. Se
firme contigo mismo. Yo tenía un
profesor que cuando meditábamos durante ejercicios de Raja- Yoga para que no
nos despistáramos nos decía: “Firmes en la Luz” Y así es como mejor estaremos
en el aquí y el ahora, cuando sintamos que podemos desfallecer nos diremos “firmes
en la Luz” y recobraremos las fuerzas.
Vive el día a día y ten presente que:
HOY ES EL PRINCIPIO DE UN NUEVO AMANECER.
Carmen
Vargas
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