Muchas
veces, al reunirnos con nuestros amigos o nuestra familia nos ponemos a
recordar momentos pasados, situaciones felices y otras que no lo fueron tanto.
Momentos de gloria, de apogeo, cuando de repente aparece la famosa pregunta:
“te acuerdas de cuando…? y dedicamos todo el tiempo a hablar de lo que hicimos
y de lo que fue aquella época.
Tal
vez no te das cuenta de que le estás dando demasiada importancia a tu pasado
porque en tu presente no hay nada. No hay metas, no hay proyectos, no hay propósitos y tampoco resultados. Quizá
tampoco tu pasado fue tan glorioso pero es que ante un presente vacío, sin
ocupación, sin ideas, sin vida, todo lo pasado parece extraordinario.
Tu
presente y tu futuro no son tan bonitos ni tan felices como para ser contados.
Si
lo pasado fue mejor, algo tendrás que replantarte en el presente. No tiene
sentido estar todo el tiempo ocupados en cosas que no decidimos hacer y que
tampoco elegimos, pero que las hacemos porque otros decidieron por nosotros. Si
tu realidad es así, no estás cumpliendo tu propósito, solo llenando tu tiempo
con actividades.
Si
tu pasión murió, puedo asegurarte que no estás viviendo, simplemente estás
interpretando un papel que te dieron otros.
La
condición de persona te habilita para ir de victoria en victoria, no de derrota
en derrota. Tu vida vale la pena de ser vivida con pasión hasta el último
momento, sin desperdiciar un solo minuto.
Haz
una auto evaluación de tu vida, de tu mente y de tu espíritu. Si estás feliz
con lo que has logrado hasta hoy, adelante, todavía hay mucho que recorrer; y
si no estás del todo satisfecho, es momento de volver a tu posición de “ser
único y original”, situarte en tu propósito y volver a idear planes, proyectos,
metas, sueños y objetivos.
Es
hora de que te encuentres a solas sin interrupciones, sin MP3 en tus oídos, sin
el PC delante de tus ojos, sin televisión, sin amigos, sólo tú contigo mismo,
para encauzar tu vida con objetivos calaros y definidos. No te automatices,
comprométete con tu vida. Es el momento de encontrarte contigo y con tu
interior.
Si
ponemos el ojo en el exterior, alguien siempre tendrá la culpa de lo que nos ha
salido mal, o de lo que no hemos sido capaces de conseguir por diversos motivos,
siempre encontraremos un chivo expiatorio: el país, el gobierno, la familia, el
trabajo… Pero si el ojo está opuesto en tu interior, todo dependerá del control
y las acciones que emprendas para alcanzarlo.
Aquí
no se pondrán en juego ni la buena ni la mala suerte, ya que ninguna de las dos
existe. Lo que si existe son personas con determinadas características que
deciden estar en el momento y el lugar correctos para que las cosas sucedan.
Hay personas que pueden ver las bendiciones y otras solo ven
las maldiciones. Por ello, cada día es tu responsabilidad, sea martes 13,
martes 15 o el mundo está festejando Halloween. Todo dependerá de tu propósito.
¿Alguna vez te has preguntado ¿Cuál es el propósito para el
cual naciste?
Propósito
significa “que todo lo creado es hecho con un fin. Todo lo que nosotros vemos
en la Tierra
fue creado para algo, eso es propósito.
Y nosotros fuimos creados para un propósito”.
Cuando
eres una persona con un propósito nadie tendrá que estimularte para que te
esfuerces por alcanzarlo, porque no se trata de lo que los demás te imponen,
sino de lo que anhelas y deseas. La motivación está dentro de ti. Nadie tiene
que convencerte de nada, el objetivo que hay en tu espíritu y en tu mente es lo
que te conduce a alcanzarlo.
Además,
tu propósito es el que te impulsa, te moviliza y te conduce a la acción. El
claudicar no está en tu mente ni en tu espíritu, solo las agallas del éxito, el
coraje, la constancia y la perseverancia con las que fuiste equipado
Para
conocer adónde debes ir, necesitas saber dónde te encuentras hoy. Encontrar ese
propósito te hará vivir centrado. En contrapartida, vivir una vida equivocada,
fuera de tu propósito, es lo peor que te puede pasar.
Si
quieres tener éxito y lograr tu sueño, debes estar centrado en lo más
importante: tu propósito.
Nadie
puede ser totalmente feliz si depende de otros, si cumple el propósito de otro.
Solo cuando seas libre de los demás respetarás tu individualidad, tu verdadero
yo. No es necesario copiar a nadie. Solo respeta al otro y el otro te respetará
como eres.
J.A. Marcos Fonfria.
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