sábado, 7 de junio de 2014

EL PRESENTE.


                                                          


Muchas veces, al reunirnos con nuestros amigos o nuestra familia nos ponemos a recordar momentos pasados, situaciones felices y otras que no lo fueron tanto. Momentos de gloria, de apogeo, cuando de repente aparece la famosa pregunta: “te acuerdas de cuando…? y dedicamos todo el tiempo a hablar de lo que hicimos y de lo que fue aquella época.

 
Tal vez no te das cuenta de que le estás dando demasiada importancia a tu pasado porque en tu presente no hay nada. No hay metas, no hay proyectos,  no hay propósitos y tampoco resultados. Quizá tampoco tu pasado fue tan glorioso pero es que ante un presente vacío, sin ocupación, sin ideas, sin vida, todo lo pasado parece extraordinario.

 
Tu presente y tu futuro no son tan bonitos ni tan felices como para ser contados.

 
Si lo pasado fue mejor, algo tendrás que replantarte en el presente. No tiene sentido estar todo el tiempo ocupados en cosas que no decidimos hacer y que tampoco elegimos, pero que las hacemos porque otros decidieron por nosotros. Si tu realidad es así, no estás cumpliendo tu propósito, solo llenando tu tiempo con actividades.

 
Si tu pasión murió, puedo asegurarte que no estás viviendo, simplemente estás interpretando un papel que te dieron otros.

 
La condición de persona te habilita para ir de victoria en victoria, no de derrota en derrota. Tu vida vale la pena de ser vivida con pasión hasta el último momento, sin desperdiciar un solo minuto.

 
Haz una auto evaluación de tu vida, de tu mente y de tu espíritu. Si estás feliz con lo que has logrado hasta hoy, adelante, todavía hay mucho que recorrer; y si no estás del todo satisfecho, es momento de volver a tu posición de “ser único y original”, situarte en tu propósito y volver a idear planes, proyectos, metas, sueños y objetivos.

 
Es hora de que te encuentres a solas sin interrupciones, sin MP3 en tus oídos, sin el PC delante de tus ojos, sin televisión, sin amigos, sólo tú contigo mismo, para encauzar tu vida con objetivos calaros y definidos. No te automatices, comprométete con tu vida. Es el momento de encontrarte contigo y con tu interior.

 
Si ponemos el ojo en el exterior, alguien siempre tendrá la culpa de lo que nos ha salido mal, o de lo que no hemos sido capaces de conseguir por diversos motivos, siempre encontraremos un chivo expiatorio: el país, el gobierno, la familia, el trabajo… Pero si el ojo está opuesto en tu interior, todo dependerá del control y las acciones que emprendas para alcanzarlo.

 
Aquí no se pondrán en juego ni la buena ni la mala suerte, ya que ninguna de las dos existe. Lo que si existe son personas con determinadas características que deciden estar en el momento y el lugar correctos para que las cosas sucedan.

 
Hay personas que pueden ver las bendiciones y otras solo ven las maldiciones. Por ello, cada día es tu responsabilidad, sea martes 13, martes 15 o el mundo está festejando Halloween. Todo dependerá de tu propósito.

 
¿Alguna vez te has preguntado ¿Cuál es el propósito para el cual naciste?

 

Propósito significa “que todo lo creado es hecho con un fin. Todo lo que nosotros vemos en la Tierra fue creado para algo, eso es propósito. Y nosotros fuimos creados para un propósito”.

 
Cuando eres una persona con un propósito nadie tendrá que estimularte para que te esfuerces por alcanzarlo, porque no se trata de lo que los demás te imponen, sino de lo que anhelas y deseas. La motivación está dentro de ti. Nadie tiene que convencerte de nada, el objetivo que hay en tu espíritu y en tu mente es lo que te conduce a alcanzarlo.

 
Además, tu propósito es el que te impulsa, te moviliza y te conduce a la acción. El claudicar no está en tu mente ni en tu espíritu, solo las agallas del éxito, el coraje, la constancia y la perseverancia con las que fuiste equipado

 
Para conocer adónde debes ir, necesitas saber dónde te encuentras hoy. Encontrar ese propósito te hará vivir centrado. En contrapartida, vivir una vida equivocada, fuera de tu propósito, es lo peor que te puede pasar.

 
Si quieres tener éxito y lograr tu sueño, debes estar centrado en lo más importante: tu propósito.

 
Nadie puede ser totalmente feliz si depende de otros, si cumple el propósito de otro. Solo cuando seas libre de los demás respetarás tu individualidad, tu verdadero yo. No es necesario copiar a nadie. Solo respeta al otro y el otro te respetará como eres.
J.A. Marcos Fonfria.

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